Era de madrugada. Ambos despertaron casi al mismo tiempo en una habitación de hospital por separado. Había ocurrido un accidente. Abril y Alejandro lamentablemente habían resultado con algunas heridas de gravedad en su cuerpo.Los familiares de ambos habían sido contactados por el hospital. La madrina de Abril dijo que se la llevaría a otro centro médico, pues, no podía pagar las facturas médicas allí. Además, ese día tendría que viajar y estaba a pocas horas de hacerlo, así que, le comentó a sus jefes con mucha nostalgia que se llevaría a su ahijada y que estaba resignada a perder su empleo de muchos años al no tener quien cubriera su lugar. Su hijo la necesitaba y ahora su ahijada también.La cuestión ahora es que ambas familias se preguntan: ¿cómo es que el joven Alejandro y Abril estaban en el mismo auto? Ambos vestidos con ropa de fiesta, incluso la madrina mencionó que no sabía que Abril había salido de la casa esa noche. Fue hasta cuando recibió la llamada del hospital avisando
La enfermera le dejó su teléfono y salió a buscar prestado otro para llevárselo a Abril. Ella le dijo: —señorita, tengo una videollamada para usted, es necesario que la atienda.—¿De quién se trata?— preguntó Abril frunciendo el ceño, pues no tenía a nadie que la llamara o que estuviese preocupado por ella, pero aun así tomó el teléfono que la enfermera le ofreció.—Pequeña, ¿cómo te sientes?— preguntó Alejandro. A ambos se les dibujó una sonrisa al ver que el otro está con vida.—Lamento mucho lo que pasó, es mi culpa que ahora estés así. Si tan solo hubiese manejado como una persona normal no estarías ahora recibiendo atención médica en un hospital e incapacitada—. —Lo lamento tanto, no te imaginas cuánto, pequeña—. Finalizó, él se muestra muy consternado.Dos días más tarde le dieron el alta a Abril. Ella fue a casa mientras que Alejandro continúa hospitalizado pero recuperándose satisfactoriamente.Una semana después y luego de dos operaciones, Alejandro pudo volver a casa y lo pr
Pasó una hora y la pareja se escuchaba que hablaban muy acaramelados. Su mano lastimada ya comenzaba a dolerle a Abril, pues, su hora de tomar el medicamento había llegado y ella aún encerrada. Alejandro parece que tuvo compasión de ella y le pidió a su prometida que fuera a la cocina y pidiera que le trajeran fruta picada. En ese momento, Abril salió de su escondite sin siquiera voltear a ver al hombre acostado en la cama; sin embargo, él la hizo detenerse.—Lamento haber mentido al decir que no amo a mi prometida. La verdad es que, nos conocemos desde jóvenes y nuestro amor cada día crece más.—Eso a mí es algo que no me importa en lo absoluto, pero siempre te daré mis más sinceras felicitaciones—. Expresó para luego alejarse.Más tarde también llegaron sus amigos y desde entonces Abril no volvió a salir de su habitación para que nadie descubriera que viven en la misma casa y fingen no conocerse.—Puedes venir un momento, por favor—. Pidió Alejandro en un mensaje de texto.—¿Qué qui
Así pasó el resto del día. Para Abril fue algo muy normal, pero para Alejandro fue una pesadilla. No podía soportar el hecho de que su chica estuviera recibiendo halagos por parte de otro hombre. Pero, ¿qué podía hacer? Él ya estaba comprometido desde antes de conocerla y romper ese compromiso arreglado sería todo un protocolo.—¿Te gustaron las flores que te envié?— preguntó Alberto mediante mensaje de texto.—Te juro que no he recibido nada—. Contestó Abril.—Se las entregaron a Alejandro en tu ausencia.“Ah, ese idiota tiró mis flores a la basura.” Dijo en su mente.Ella le fue a reclamar por ser tan malvado al no entregar lo que no le pertenece.—Si tanto te gustan las flores, puedo comprarte miles y miles de ellas y de cuantas más desees. No es necesario que un idiota te las esté obsequiando y mucho peor enviándolas a mi oficina. —protestó Alejandro.—Ese que tú llamas idiota es mi novio— mintió —Además, es tu amigo y merece respeto… ambos merecemos respeto.—Abril… no sigas. Me
Como amigo de la familia, Alejandro y sus padres también fueron invitados al aniversario de bodas. En el momento justo en que mencionaron la palabra novios, la madre de Alejandro iba pasando y se detuvo al reconocer la voz de su sirvienta. Ella se volteó para comprobarlo y justo se estaban abrazando.—¿Novios? ¿Acaso ustedes dos están saliendo?— preguntó, casi con una sonrisa en los labios, pues, eso significa que la chica no está detrás del idiota de su hijo.Alberto contempló extrañado a Abril, y, se preguntó en su mente: ¿cómo es que la señora Matilde conoce a Abril?—Chicos, os he sorprendido tanto que hasta se han quedado sin hablar—. Bromeó.—Eh… sí… ella y yo estamos en una relación—. Confirmó, tomándola de la mano.—Felicidades para los dos. Por cierto, Abril, ¿tu madrina sabe que estás aquí?—Sí, señora, ella lo sabe—. Mintió. Rogando para que Matilde se retirara.—¿Se conocen?— Preguntó Alberto.—Solo de pasada, mi madrina y ella sí se conocen—. —Oye, qué guapo te ves con es
CAPITULO 21Ser atrapados era el mayor miedo de Alejandro y Abril, pero allí estaban disfrutando de la adrenalina sin importar si los descubrían en su momento de calentura.—Abril, ¿va todo bien?— preguntó Alberto, al mismo tiempo dio un par de golpes suaves en la puerta.—No. Digo, solo espera un momento más, he hecho un desastre en el baño y trato de limpiarlo—. Se disculpó.—Está bien—. Respondió Alberto, con una sonrisa de burla, pues, ya tenía con qué molestarla en el futuro. —Te espero abajo para que nos vayamos al hotel—.—Ya pronto me reúno contigo.—¿Cómo que te quedarás en un hotel con ese idiota?—peinando su cabello con los dedos.—Habitaciones separadas—. Dijo de inmediato. Aunque no sabe ni por qué se pone a darle explicaciones a un bastardo como él.—¿Dónde tiraste mis bragas?— Se quejó frente al hombre que le acababa de dar el mejor orgasmo de su vida.—Lo siento, las destrocé por el morbo. Te compraré un par cuando volvamos a la ciudad.Sin que ella lo viera, él las ha
Al día siguiente, como Alejandro ya estaba advertido de que Abril renunciaría, no se presentó en la empresa. Observó cuando ella salió de casa, sabe que si él, como presidente, no se encuentra, ella no podrá renunciar.Esperó todo el día a que ella le llamara, pero nada de eso sucedió. Llamó al departamento de recursos humanos y preguntó si hay alguna novedad. Para su suerte, le informaron que todo estaba en orden y que, su asistente, estaba manejando muy bien su trabajo.Alejandro suspiró. Ella es muy inteligente y no debería de tener esos pensamientos de retirarse de la empresa. Pero ella es tan testaruda que prefiere hacer lo que se le da la gana cuando está enojada.Eran las siete de la noche y ella aún no regresaba. Él estaba atento y a la vez preocupado de que su taxi no haya ido por ella y le tocara caminar nuevamente y sucediera lo mismo de la noche anterior.“Lo mejor será que deje a un lado mi orgullo y la llame”. Dijo en su mente.Llamó al menos treinta veces y ella no le a
Abril no puede procesar del todo lo que ha sucedido esa mañana. Solo puede confirmar que definitivamente Alejandro está en su etapa de loco y no le permitirá renunciar.—¿Señorita Abril?— Consultó una mujer de pie en la puerta luego de haber pedido acceso.—Soy yo—. Respondió, alzando una ceja y viendo detenidamente la caja de chocolates y flores de girasol que la repartidora sostiene.—Le envían este detalle, por favor, firme la entrega.Abril sonrió, imaginó que había sido su ahora novio Alberto quien se las había enviado.—Esa persona debe de quererla mucho, señorita. —Si no, no estuviera pidiendo perdón de esta manera—. Le adelantó.La sonrisa en los labios de Abril desapareció. Su novio Alberto no debería estar pidiendo perdón por algo que no ha hecho, ¿a qué se debe eso? Aun así, ella recibió el presente y se despidió rápidamente de la mensajera para ella abrir la tarjeta.—Te dije que puedo darte las flores que quieras y el estilo que deseas. Por favor, perdóname, pequeña mía.