Al día siguiente, Louise se encontró con lo que más odia. Ser atendida por las sirvientas.
No porque fueran malas en lo que hacían, o por algo que les hiciera odiarlas. Sino porque se sentía totalmente inútil mientras le vestían, luego de tomar una incómoda ducha que ni siquiera se podía considerar eso.
Sin embargo, lo prefería a quedarse sucia por toda una semana.
Luego de eso, desayunó algo ligero por culpa de su estómago que no dejaba de revolverse cada vez que probaba algo. Siguió escuchando indicaciones dichas por el tal doctor por parte de las sirvientas, de las cuales solo resumió a no tocar su herida. Cosa que claramente no haría porque no era una demente.
A pesar de todo lo que había dormido, Louise seguía sintiéndose cansada. Quizás por el agotamiento que le producía pensar, quedarse todo el día sobre la cama y anhelar una pizca de suerte. No le hacía ninguna gracia quedarse encerrada por dos semanas. Dos semanas en donde ya veía que nadie l
—¿Qué? —Soltó sin aire. —¿Q-qué acabas de decir? —Se alzó contra él, levantándose poco a poco de la cama con el labio inferior tembloroso. —Deja de moverte, Louise. Tu pierna está delicada todavía.—No respondiste lo que acabo de decirte. —Entonó cada palabra, sosteniendo la muñeca del hombre. En sus ojos se avistaba confusión y miedo en partes iguales, y aquello se volcó ante las palabras del otro. —Elion te traía entre sus brazos. Aprovechó que las cosas se estaban aligerando hasta que… alguien lo apuñaló por detrás. —Sentenció bajando la mirada. —Perdió mucha sangre mientras lo llevaban dentro, además de las incontables heridas que tenía en el cuerpo. Y tú… no estabas bien tampoco.Ni le importó saber que no
Suzanne por otra parte, se quedaba en su habitación por su pedido. Louise se sintió mal cuando se enteró que sólo se quedaba en las habitaciones de las sirvientas, sola, por la falta de Opia. Entonces, con un poco de vergüenza le sugirió que se quedara en su cuarto hasta que pudiera estar capacitada para hacer de las suyas allá afuera.Una mueca adornó su rostro.Una vez más, la promesa de no abandonar a sus alumnos se había roto. Louise no tuvo la oportunidad de despedirse, porque se enteró unos días más tarde que habían abandonado el palacio por todo lo que había pasado. Y según, podría haber problemas al haber salido lastimado uno de sus niños.Eso, sin contar los cientos de rumores que se divulgaban en todo el reino. Aun con los anuncios de los cuales Alan estaba encargado, y que no había escuchado por el momento. Pero sabí
Un suspiro de alivio salió de los labios de Louise cuando escuchó lo que quería. —Se ha recuperado muy bien, el último paso es que comiences a caminar por tu propia cuenta, poco a poco. —Le sonrió el doctor Solow, quitándose los lentes. Detrás de él, estaba Dóminic de brazos cruzados con una ligera sonrisa. —Pero si notas que te causa mucho dolor, no te esfuerces tanto. Sigue tomando un poco de reposo de vez en cuando, eso sería todo. “Gracias” Dijo Louise, mirando su pierna mientras se encontraba sentada en la orilla de la cama. Seguía teniendo las vendas, pero pronto podría quitárselas con el dolor de su corazón, por la cicatriz que llevaría por quién sabe cuánto tiempo. Dóminic conversó con el doctor sobre algo que sinceramente, no le prestó atención. Salieron de la habitación, y Louise aprovechó la soledad para ponerse de pie, sosteniéndose por precaución, de la cama. Seguía punzando, y dando una sensación de escozor pero era soportable en comparación al
Louise dio un paso, y se llevó una mano a la frente. —¿Alina sabe de eso? Porque no le encuentro razón para hacer esta re-—Lo sabe, se lo dije. —Interrumpió. —Eso le pareció aún más extraño, pero solo nos llevó a una cosa. —Louise frunció el ceño. —¿Qué cosa?—… Que alguien en este palacio la escondió para que no la encontráramos. Pudo haber sido cualquier persona. Me atreví a preguntarles a las sirvientas que habían limpiado tu oficina, pero me dijeron que no habían visto ninguna carta. Pudiste haber sido tú, que la escondiste.Louise estuvo a punto de replicar con furia, hasta que el hombre le detuvo al poner una mano en su hombro.—Pero sería una tontería cuando saliste herida por todo esto, no habría razón para que la ocultaras y luego me
—¿Por qué no haces silencio? Elion ha comenzado a mejorar. Empezó a recibir bien lo que el doctor Solow le recetó. —Alan bufó ignorando sus palabras. Mientras que Louise se quedó en puro silencio, intentando detener los suspiros aliviados que amenazaban con salir de su boca.Pero ahora no podía ponerse a pensar en él. —¿Podemos volver al tema principal? Ignoren lo que Louise hizo. El problema aquí es que alguien intentó llevarse a Elion para asesinarlo.—Nunca hemos visto a estos tipos. —Aclaró el mayor. —Ya, pero fue una sorpresa que se entrometieran en este lugar tan fácil. Esa carta debe estar por algún lado y debe contener algo más que una simple amenaza. ¿Qué nos da la seguridad de que esto no volverá a pasar?—Pues Oliver no ha hecho nada más que hacer el ridículo con la Guardi
Recostada sobre la silla, se terminó primero el jugo antes de su verdadera comida. Con la mirada fija en el techo, se relamió y mordió los labios. Negó su cabeza cuando supo a donde iban sus pensamientos, y prefirió almorzar en silencio. Abriendo de inmediato el apetito de su estómago que gruñó molesto de no haber recibido nada en todo el día. Pero es que apenas había tenido tiempo de alistarse bien cuando una chica llamó a su puerta diciendo que Oliver le estaba llamando a su oficina. Lugar donde recibió la orden del príncipe de firmar unos cuantos documentos importantes que debían ser entregados hoy mismo. Claro que en primera instancia se molestó, porque no eran siquiera las seis de la mañana. Sin embargo, cuando miró la carga que llevaba el príncipe sobre sus hombros, fue suficiente para ponerse a hacer lo que Alan no había tenido el tiempo de hacer. Por lo que prácticamente no había descansado tanto como el doctor se lo había suger
—¿Dijo algo sobre Elion? —Louise negó, al mismo tiempo que una punzada atravesó su pecho. —No, por fortuna. Sin embargo, no he dejado de recibir documentos anónimos que piden un informe de él. Tal parece que después del ataque, se acordaron de él.—Probablemente sean de otros reinos. —Habló luego de unos segundos en silencio, tomando la carpeta sobre la mesa. —Por ahora, no hagamos nada. Esperemos hasta mañana a ver qué sucede, y si no te molesta, puedo hacer una declaración yo en base a lo que sepa de la Guardia Real con respecto a los ataques.No tuvo más remedio que asentir ya que, ¿qué sentido tenía? Esto se le había salido de las manos completamente luego de las tonterías que Alan había proclamado en nombre de toda la Familia Real. —Claro. —Finalizó levantándose y metiendo los do
«No creo que pueda dormir esta noche»Resonó en las paredes de su cabeza. Se recostó sobre el escritorio escondiendo la cabeza entre sus brazos, tomando grandes respiraciones en una forma de no ponerse a llorar. ¿Por qué estas cosas debían suceder cuando Damien no se encontraba cerca?Aunque dudaba mucho que su presencia hiciera alguna diferencia. Probablemente, no haría nada más que empeorarlo.Pero ya era demasiado tiempo sin verlo. No es como si le importara que regresara a sabiendas que le haría la vida imposible, más de lo que la tenía ahora. Sin embargo, a pesar de la porquería de persona que era, seguía siendo el rey. Debía estar aquí encargándose de todas estas cosas que intentaban arreglar como niños.¿Cuál era su plan al dejarle este cargo tan importante?¿Sabría él lo que