Capitulo 03

Valentina Saavedra Miller

Bajé con cuidado las escaleras del avión y al llegar al suelo vi que nos esperaban 4 camionetas justo como le había pedido a Jesús que fuese, vi descender a Luca y luego a Paula, ellos miraban todo quizás con nostalgia.

Mis pequeños ya no estaban tan pequeños, tenían 9 años ambos, nos habíamos ido de aquí cuando ambos estaban a unos días de cumplir 7 años y ahora estábamos regresando unas semanas después de su cumpleaños número 9.

El tiempo había pasado tan rápido pero tan lento al mismo tiempo.

— Estás bien?— Preguntó William colocándose justo a mi lado.

— Si, estoy bien — Me alejé de él y me acerqué a mi mellizos estos no tardaron en abrazarme, si antes eramos unidos estos dos años nos había unido mucho más.

— ¿Por qué regresamos mamá?— Preguntó Paula

Quizás no estaba haciendo lo correcto, quizás debí quedarme en Inglaterra, allá los cuatro estábamos muy bien.

— Mamá tiene cosas que hacer en este lugar— Les hice saber

— Vas a vengar la muerte de papá?— Mi Luca tan directo como siempre.

Cada vez que lo veía no podía evitar ver a Lisandro en el, tan caballeroso y directo como su padre, dos cualidades que me enamoraban de él y tenerlas en mi hijo me hacía sentir feliz.

— ¿Crees que hago mal?— Le pregunté, ambos negaron

Ahora me sentía mejor teniendo la aprobación de los niños, se que no debería ser así, soy su madre y debo cuidarlos y así va hacer pero aquí.

— Hazlo pagar mami— Susurró Paula.

Le sonreí tristemente.

Besé su frente.

— Ustedes se va a ir con Alessandro y con Emiliana mientras mamá hace unas cosas— Les dije cuando ví a emiliana bajar junto a mi pequeño Alessandro.

Le hice seña a emiliana está camino hasta la camioneta, yo misma subí Alessandro a su silla, luego se subió Paula y al final Luca desee la frente de los tres.

Definitivamente ellos habían sido mi motor todo este tiempo y las personas que me habían mantenido de pie sabiendo que ellos dependían de mí que me necesitaban en su totalidad.

— Cuídate mucho mamá— dijeron en eso no mis mellizos, les dediqué una sonrisa.

Cerre la puerta pude ver a emiliano a subirse en la parte de adelante junto al chofer este rápidamente arrancó llevándose a dos carros más con él en donde estaba la seguridad ellos en este momento eran y siempre van a ser mi prioridad por ello necesitaba el mayor personal que los cuidaran.

Miré a Williams este no apartaba su mirada de mí me encantaría saber qué está pasando por su mente porque definitivamente no logro descubrirlo al 100%.

Caminaste a la camioneta en donde sabía estaba Jesús y me subí en la parte de atrás ahí estaba el que realmente era mi mano derecha y otro hombre más de la parte de adelante.

— bienvenida a Estados Unidos de nuevo señora Saavedra— hoy a Jesús decir no pude evitar sonreír levemente.

De aquí se había ido Valentina y había regresado a la señora Saavedra alguien que no sabía de límites.

— Gracias Jesús ¿Hiciste lo que te pedí?— le pregunté no tenía ganas de perder el tiempo y realmente esto iba a comenzar ya.

— como usted lo ordenó señora todos están esperando por usted— me indicó.

El carro comenzó a avanzar me mantuvo en silencio nerviosa hace año y medio que no sabía absolutamente nada de Rodrigo y supongo que hoy lo vería porque dudo mucho que estando aquí se fue a alejar de la organización espero que pueda entender porque estoy haciendo esto y no me odie.

No sé sé durante cuánto tiempo estuvo manejando Jesús lo único que sé es que apenas el carro se detuvo pude ver que estábamos frente a un enorme edificio.

Me bajé junto a Williams y junto a Jesús.

Yo delante de ellos fui la primera en entrar los tres subimos al ascensor, presioné el botón del piso número 15 y una vez que este nos dejó ahí, respira profundo antes de bajar de él.

Salí del ascensor y camine directamente hacia la oficina en donde se había estaban, tome el pomo de la puerta y una vez más respira profundo a punto de enfrentarme a estas personas me encantaría no hacerlo pero realmente en el primer paso para que yo pudiera apoderarme de todo y poder lograr Mi venganza necesitaba el apoyo de cada una de estas personas necesitaba hacerles ver que yo era la persona indicada para ser su líder.

Apenas giré el pomo abrí la puerta justo como lo pensé ahí estaban siete hombres de aproximadamente 50 a 55 años entre ellos estaba mi suegro, los ojos de todos fueron directamente hacia mí parecían confundidos al verme ahí sobre todo Rodrigo supongo que no esperaba verme en el país.

— ¿Qué hace ella aqui Rodrigo?!— tengo que admitir que el hecho de que me ignoraran y no me preguntaran a mí directamente sino que preferiría preguntarle a mi suegro me molestaba excesivamente.

— si tiene preguntas señor Andrés definitivamente puede preguntarme a mí que estoy aquí frente a usted— dije mientras caminaba y me acercaba a él no me iba a dejar intimidar por absolutamente nadie mucho menos por dos viejos estúpidos que estaban a punto de salir.

Presioné mis manos contra el escritorio tratando de que se viera un poco más fuerte mis palabras.

El hombre no dejó de mirarme

— entonces dígame ya que quiere que le pregunte ¡¿qué hace aquí?!— preguntó con una voz fuerte evidentemente molesto con el hecho de mi presencia— usted es mujer y las mujeres aquí no son bienvenidas

Una carcajada salió de mi garganta me senté en la silla vacía que supongo era de Lisandro o debería decir fue de Lisandro en algún momento.

— los tiempos han cambiado estamos en el siglo XXI en el 2024, las mujeres podemos estar donde nosotros queramos estar señor Andrés—mi voz sonaba suave pero decisiva, y una vez más no le quité la mirada, podía sentir como Williams y Jesús se posicionaban detrás de mí no porque necesitara sentirme respaldada sino para que ellos vieran que realmente lo estaban y que en este momento estaba dispuesta absolutamente todo incluso para acabar con cada uno de ellos si era necesario para tener solamente el poder— y ahora he decidido que como única heredera de los Saavedra y esposa y madre de los futuros herederos de los millers soy yo quien va a llevar el liderazgo de esta organización— todos parecían sorprendidos ante mis palabras pero esto ya lo esperaba.

— Valentina qué estás haciendo?— Rodrigo fue el primero en preguntar se veía definitivamente muy confundido.

No la culpo, él esperaba que yo estuviese en otro lugar siendo la damisela en apuros sin embargo estaba aquí frente a él diciendo que iba a poder darme de absolutamente todo.

— ustedes necesitan un líder y en estos dos años me he capacitado lo suficiente como para hacer una buena líder le aprendí muchísimo a lisandro y como dije antes tengo dos apellidos muy importantes que deben ser respetados, mis hijos en el futuro serán los líderes tengo a tres Saavedra millers bajo mi tutoría— quizás no era lo mejor que pudiera estar diciendo ofrecer a mis hijos a esto cuando pude haberlos sacado pero había aprendido que realmente uno tenía que tener el poder para que esto no volviera a suceder.

Había entendido que mis hijos tenían que estar en el poder que era la única manera en la que siempre estarían a salvo.

— Valentina no

— en este momento estoy pidiendo su apoyo pero la próxima no pediré absolutamente nada, sé que este es mi puesto y no vengo a pedir permiso vengo a reclamarlo pueden estar conmigo o en mi contra— absolutamente todos guardaron silencio incluido Rodrigo.

Sé que tengo que hablar con él pero en este momento tengo que ser firme porque no solamente estoy con él.

— Es acaso eso una amenaza?— preguntó el que sabías se llamaba marco.

— yo lo llamaría más una advertencia pero ustedes pueden tomarlo definitivamente como ustedes gusten, solo he venido a informar lo que voy a hacer creo que merezco esto después de todo solo vengo a hacerle un bien a ustedes

— Solo quieres vengarte— me sorprendió escuchar a Rodrigo acusándome de eso que era real Esa era la verdad y creo que todos en este lugar lo sabíamos pero no era algo que yo fuera admitir o quizás sí— no vas a utilizar nuestra organización para vengarte Valentina

— ustedes tenían que haberlo hecho era su deber era su m*****a obligación!!— grité sin poder evitarlo mientras me levantaba un poco y ejercía un poco de fuerza sobre el escritorio colocando así mis manos— Lisandro lo dio absolutamente todo por esta medida organización y alguien se atrevió a asesinarlos y ustedes me hicieron una m*****!!— respiré profundo tratando de retomar la compostura—pero es mi momento de hacer algo además de beneficiarlos a cada uno de ustedes les quitaré unos escorias que seguramente van a hacer todo lo posible por atraparlos y por llevarlos a la cárcel ¿Creen que esto terminado?— Pregunté le hice señas a Jesús y este colocó una carpeta justo en mi mano la coloqué en la mesa Andrés fue el primero en tomarla pude ver su rostro sorprendido era evidente que nadie esperaba eso lo cual era absurdo— el no ha parado y no va a parar porque su único objetivo no era Lisandro su objetivo son todos y cada uno de ustedes no olviden que son agentes de la justicia y tienen muchas ganas de atrapar personas como ustedes, yo les ofrezco deshacerse de ellos lo único que tienen que hacer es darme el poder para hacerlo, hacerme su líder no debe ser tan difícil

— una mujer liderando!!— doblé los ojos al escuchar a Marcos nuevamente qué hombres tan absurdos

— una mujer haciéndolos completamente libre, podrán sacar a sus hijos de sus refugios por hacer una vida normal

— estoy de acuerdo si vas a cumplir lo que estás prometiendo estoy de acuerdo que tengas el poder absoluto— sonreí a escuchar a Andrés decir eso miré al hombre junto a él también asintió con la cabeza confirmando lo que Andrés decía

— No creo que esto sea lo mejor para tu familia Valentina

— No te preocupes por mis hijos ellos están más que seguros— le dije a Rodrigo luego de suspirar terminó sintiendo con la cabeza sabiendo que solo él y Marcos estaban renuentes a darme el poder claro que ambos por opiniones totalmente diferentes— bienvenida entonces como líder de la organización, de ahora en adelante eres la jefa de la mafia rusa

Jamás en mi vida imaginé que alguien me diría de esa manera

De ahora en adelante yo Valentina Saavedra de Miller viuda de Lisandro Miller era la nueva jefa de la mafia rusa y me encargaría de destruir todo aquello que le importaba a titán ya Sebastián, les iba a hacer sentir como me hicieron sentir a mí, les iba a hacer pagar cada una de mis lágrimas pero sobre todo las lágrimas de mis bebés, nos iba a destruir y al final cuando ya no tuvieran absolutamente nada que perder perderían la vida.

— les aseguro que cumpliré cada una de mis promesas

— Muy bien, mañana todo estar a tu nombre y a tu mando — Aseguro Andrés.

Que comience el caos entonces.

— cada semana hacemos una reunión pero nos gustaría que como eres nueva en todo esto nos informes cada cinco días de tus avances y de que tienes para nosotros— Dijo Lauro asentí

Luego de aquello todos se levantaron y se fueron excepto Rodrigo le hice señas a Jesús y a Williams que también saliera Y que me esperaran en la parte de afuera no hacía falta decirlo con la voz porque ellos ya entendían.

— No puedo creer que estés aquí Valentina y que estés haciendo esto— se veía decepcionado.

Lo había pensado tanto

Era posible que él se sintiera de esta manera porque no le había dicho porque estaba actuando sus espaldas, le habías rogado tantas veces para que me apoyara para regresar y hacer algo no podía simplemente quedarme con las manos cruzadas esta no era yo y lo peor es que sentía que él estaba fallando a Lisandro, el hombre había cuidado de mí además de ser el amor de mi vida y yo me había quedado de brazos cruzados cuando alguien lo asesinó.

¿Qué clase de esposa soy entonces si no me vengo de su muerte si no hago pagar a las personas que nos dañaron de esta manera? porque él murió pero yo quedé aquí con este maldito sentimiento con este amor tan intenso que siento hacia él.

— Necesito hacer esto Rodrigo sé que quizás no lo entiendas pero yo necesito vengar su muerte no puedo dejar que ellos sigan con su vida feliz mientras que yo estoy destrozada por dentro mientras veo mis hijos llorar todas las noches por su padre mientras que ellos siguen haciendo su vida como si nada?— él se acercó hacia mí me abrazó correspondía que el abrazo.

Por alguna razón sentía que él tenía algo que decirme pero no me lo decía quizás eran detalles sobre la muerte de Lisandro y por eso no quería decirme absolutamente nada y si era eso entonces agradecía que no me dijera nada porque aquello solo iba a aumentar mi ira y necesitaba pensar con claridad.

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