Dylan se acurrucó en los brazos de Sebastián y miró a su madre y hermana. Curvó los labios con desdén y dijo— Infantil.

Pero en el segundo siguiente, el pequeño Dylan, quien dijo que su madre y su hermana eran infantiles, se acercó a su madre para unir con el meñique después de que su papá, Sebastián, lo bajó.

Valeria quería reírse cuando vio esto.

Aunque Dylan era un hermano pequeño genial y le encantaba discutir con su hermana, Lily, después de todo, todavía era un niño de jardín de infantes.

Por supuesto, los niños eran infantiles y lindos.

¿Cómo podría Dylan, que tenía una boca dura pero un corazón blando, ser una excepción?

A las 9:30 p. m., era hora de que Dylan y Lily descansaran.

Valeria y Sebastián les dieron un beso de buenas noches y se prepararon para enviarlos a descansar.

Pero, ¿quién hubiera pensado que Lily, por lo general obediente, sería especialmente coqueta y pegajosa hoy? De hecho, tomó la mano de Valeria y dijo tímidamente— Mamá, quiero escuchar un cuento antes d