Estoy jugando con mi madre en el jardín y las dos nos estamos divirtiendo tanto que no podemos parar de reír, mi abuela se acerca con una bandeja de helado y se sienta a nuestro lado para ver el hermoso paisaje y disfrutar del delicioso helado de vainilla con trocitos de bizcocho de chocolate, está riquísimo, mientras comemos mi mamá dice cosas muy graciosas y nos reímos hasta no poder más, después de estar toda la tarde jugando nos sentamos a descansar un poco, estamos viendo el hermoso atardecer que nos regaló ese día, yo era muy joven, pero si supiera que iba a ser el último día que estaríamos juntas, lo hubiera disfrutado mucho más y no la dejo sola por un momento, después de eso me acuesto en el regazo de mi madre hasta quedarme dormida...

Me despierto en una habitación oscura con muy mal olor, me duele mucho la cabeza, no sé dónde estoy, trato de recordar, pero me siento muy mareado, decido levantarme, pero no tengo la fuerza para hacerlo y ​​caigo directo al suelo, soy muy vuln