Hace un día que vivo en la gran mansión de la familia Pérez, estoy más en la habitación que en otras partes de la casa, al único lugar al que voy dos o tres veces al día es al jardín, es muy grande con muchas flores que puedes oler cada una de ellas me gusta respirar un poco de aire fresco y sentirme tranquila, desde la vez que busqué mis cosas en casa de mi padre no he vuelto a hablar con él ni con Brenda, creo que más que nada ella solo vino ese día para ver por qué me quedaba aquí y por qué Marco me aceptaba. Puedo ser un poco paranoica con Brenda, pero no creo que tenga buenas intenciones conmigo y menos que quiera protegerme de algo. Marco ha estado inmerso en su trabajo, la verdad es que no nos vemos casi de día, la única forma de vernos es cuando él se va a dormir ya a las doce de la noche, sí por ahora compartimos una cama, a pesar de que es muy gigantesca y pocas veces nos hemos tocado el cuerpo, no puedo evitar sentir ese golpe de electricidad cuando apenas roza mi piel, me