Abalam. Mi mente parece estar en el limbo, no tengo idea de cuanto ha pasado desde que estoy inconsciente, siento que puedo escuchar todo lo que pasa a mi alrededor, sin embargo, no puedo despertar. Un olor que conozco bien se impregna en mi nariz. Está aquí. Todos mis sentidos despiertan de golpe, al abrir los ojos el blanco es lo primero que distingo, veo a todos lados y muevo mis manos al sentir unos grilletes alrededor de mis muñecas. Las muevo con fuerza, pero estas no ceden.Me calmó un momento para poder pensar mejor, todo lo que está pasando me tiene muy aturdido, tanto con la princesa como con mi hermano. No tengo idea por qué el consejo quiere a la princesa, yo solo seguía órdenes, jamás he cuestionado lo que hacen o dejan de hacer. Me crearon para ser un asesino y seguir órdenes, pero por primera vez me cuestionó de los alcances que tienen ellos, el que mi hermano estuviera encerrado, por tanto tiempo bajo mis narices me da a entender que estuve todo este tiempo en el b
Elizabeth. —Necesito estar sola —me levantó y enseguida la mano de Kai me detiene. —Recuerda que nos debes una explicación a todos —musita solo para los dos. —Lo sé, pero no será hoy —respondo en el mismo tono. La verdad es que quiero explicar las cosas, pero no me creo con la suficiente energía cómo para hacerlo. —¿Entonces cuándo? El consejo no va a esperar a que te sientas mejor Eli, si te descuidas nos atacarán. Ya rompiste una regla sagrada, no esperes a que ellos no actúen —molesta suelo su mano. —¿No confías en lo que hago? —lo encaró descargando la ira contenida. —Solo tienes dieciocho años, no estás preparada para lo que se viene. No eres consciente de lo mal que estás actuando al ponerte a ti y a todos en riesgo —mi pecho comienza a subir a bajar con rapidez. —¡Por supuesto que sé lo que hago! ¡Tengo un maldito plan, no me arriesgaría a llegar aquí sin antes pensarlo bien! ¡No me trates como una estúpida, que no lo soy! —me alteró. —Sé muy bien quien eres y de tus alc
Agnes. —Ya ha pasado suficiente tiempo y aún no ha hecho nada, es hora de actuar. —Si lo hacemos estaremos declarando la guerra Agnes. —Esa es la idea Halley —Agnes la miró para que dejara de decir estupideces—Mejor ve por la otra idiota. La reina de las hadas, sin decir nada más, salió en busca de la pelirroja que estaba inquieta afuera de donde se encontraban las dos mujeres más intimidantes con las que había tratado hasta entonces. —Puedes entrar —Leonore avanzó a la sala donde se encontraba Agnes viendo por su ventana. —¿Qué te trae por aquí Leonore? —preguntó sin rodeos la bruja. —Supongo que elegir un bando, querida Agnes —respondió sin demostrar ni una pizca del miedo que sentía hacia la mujer frente a ella. —Creo que me he perdido, porque hasta donde tengo entendido yo no estoy aceptado pocilgas de mi lado, querida —replicó sin voltearse. Leonore trató de ocultar lo mejor posible, su molestia y nervios antes la mujer, sabía que no lograría nada si la molestaba. —Yo no
Agnes. Nunca pensé que una mocosa me causaría tantos problemas, «pero ella no es cualquier mocosa» recuerdo.Admito que fue difícil encontrar la manera de deshacerme de ella … Bueno, al menos una parte de ella, porque aun estando dormida, sigue dándome dolores de cabeza.—¿Qué hacemos aquí? —Me pregunta Halley.—No pregunté, solo sígueme. —Se calla y me sigue en silencio al igual que Leonore. Los demás no están así que preferí tener que lidiar sola con esto, al menos por hoy —¿Traen todo lo que les pedí?Ellas asienten y me muestran las cosas que necesitaremos, seguimos por los pasillos oscuros que dan a las celdas de mi palacio, aquí tengo a toda la familia y amigos de la estúpida niña. Después de caminar por un rato pasamos por las primeras celdas donde se encuentran los hermanos Bathory encadenados.—Rey Froilán. —Le habló con burla, el susodicho levanta la cabeza lentamente, está débil por lo que le cuesta mantenerse de pie.—Agnes. —Su voz es áspera, ni porque esté en el peor de
Días antes del Caos. Froilán.Me muevo de un lado a otro preguntándome cómo estará Eli, no he recibido noticia alguna desde que se fue y siento que cada día enloquezco más. Desde mi posición escucho como unas pisadas se acercan despacio y seguido de eso la puerta es abierta. —Froilán —habla a mi espalda Selena.—¿Qué deseas? —sin quererlo mi voz sale cortante. —Saber cómo estás —dice terminando de entrar y acercarse despacio. Me doy la vuelta y el malestar vuelve a golpear mi pecho. El sentimiento de culpa me carcome. —¡Sabes perfectamente como estoy! No hagas preguntas estúpidas. No es mi intención, juro que intento con todas mis fuerzas no ser un desastre, pero esto es más grande de lo que puedo controlar.—No tienes por qué tratarme así —dice un tanto molesta, termina de acercarse y posa sus manos en mi brazo y me mira con ojos cristalinos —Tienes que dormir, tal vez el descanso te ayude con tu humor —Sugiere, niego frenéticamente con la cabeza quitando sus manos de mí. —No l
Ésto es por si les interesa el orden de la saga y mis demás libros.Saga Eterna Agonía:1-Reino del Caos. [Terminado] 2-Juego de titanes, es la continuación [Terminado] Continuación allí, si quieres seguir leyendo. 3-Reino Sangriento [Proceso, aún no disponible en esta plataforma] 4-Reino de paz [último hasta ahora] en cuanto acabe el tercero comienzo con este.Otros: •El arte de amar [En lo personal no lo recomiendo más porque no está terminado ni lo terminaré]•Un enemigo para el rey [En proceso] ya me falta poco para acabarlo. Se los recomiendo si les gusta las historias de época.•Insufrible [Terminado] La primera parte. Espero disfruten las lecturas. Nos leemos luego en otro libro, adiós.
¿Qué tal si conocen un poco a mi amor? Kai Mi celda tenía un olor putrefacto, las cadenas en mis pies y manos tenía ya un color bastante desagradable, gracias a mi sangre. El olor a rosas que inundaba mis fosas nasales al estar dentro del palacio, ya no estaba. La molesta sonrisa de Froilán se había desvanecido hace ya un tiempo, ya ni siquiera tenía fuerzas para hablarme. Por años él fue quien me sostuvo en todo momento, pero ahora ya no queda nada de ese hermano que me reconfortaba después de aquellas golpizas de aquel bastardo. Me dolía, sin embargo, no lo demostraba para no avivar su dolor. Por momentos quería decirle que teníamos motivos para seguir luchando, pero luego recordaba que de nada iba a servir. —¿Kai? —La frágil voz de mi hermano me saca de mis pensamientos. —Aquí estoy Froilán. —lo calmó. —¿Cómo está? —pregunta y rápidamente sé dé quién habla. —Igual que nosotros. —por más que quiera mentirle, no puedo. —¡¡Joder!! —grita golpeando su plato de comida. —Necesita
Recuerdos de Amelia. Negro. Rojo… Vacío. Dolor…—¿Tu mamá también es mala, Abalam? —el niño de ojos rojos pensó un momento antes de hablar. —Sí, y estoy seguro de que la mía es peor que la tuya. —El niño lo dijo de una manera tan natural que sentí dolor por primera vez por otra persona que no fui yo. —¿Quieres un abrazo? —preguntó alzando mis brazos. —¿Y eso de qué me serviría? —Cuestionó ladeando la cabeza. —Te hará sentir mejor, te lo prometo. —Está bien, pero solo uno. —dejó en claro, sonreí y emocionada, me lancé en sus brazos delgados. Tarde un par de minutos en esa posición en la que él no me lo devolvió. —¿Y bien? —inquiero alejándome unos pasos de su cuerpo. —No lo sé, no estuvo mal, supongo. —se limita a decir encogiéndose de hombros. —¿Quieres que te cuente una historia?, tengo muchas. —Esta era la primera vez que estaba con el príncipe de los demonios, y estaba muy emocionada porque era mi primer amigo y quería que se sintiera bien en todos los sentidos. —Eres