No podía creer lo que estaba pasando. ¿Qué quieres decir con que Sabrina estaba allí... y Guilherme... con los Rockefeller?Miré a la niña, que repetía “padre” casi junto con Guilherme. ¡Mierda!- Entremos... No podemos quedarnos aquí... Se avecina una fuerte tormenta... - Calissa tomó a Melody en sus brazos, entrando.Mariane tomó mi mano, pero no pude entrelazar mis dedos con los de ella. Estaba completamente indefenso.- ¿Qué haces aquí? – me preguntó Guillermo.- ¿Qué haces aquí? – Reformuló la pregunta.- Adelante todos... ¡Ahora! – JR habló en voz alta.Sí, no tenía sentido que nos quedáramos ahí, tratando de entendernos en medio de la arena que volaba sobre nuestros rostros. Pero ya me imaginaba que lo peor de la tormenta sería dentro de esa casa y no en la calle.Miré a Sabrina, quien me ignoró por completo. Cuando noté que mi hijo la tomaba de la mano, con los dedos entrelazados con los de ella, subiendo las escaleras, me congelé. ¿Qué mierda estaba pasando allí? ¿Qué hacía m
Me fui, casi siendo empujado hacia la casa por el vendaval. Estaba oscuro, nubes negras cubrían el cielo y los truenos resonaban en todas direcciones, seguidos de relámpagos. Y aunque no lo vi, sabía que mi pequeña estaba en la calle, huyendo de cada situación en la que la ponía.Dios, ¿en qué dirección se había ido?Me quité los zapatos, los tiré y caminé hacia el lado izquierdo, sin saber si ella había tomado ese camino. Escuché gritos llamándome a mí ya Medy, pero no regresé.Mis pies se hundieron en la arena y luché con la dificultad de correr en ese suelo. No había señales de Melody por ninguna parte.Quería que lloviera, porque así bajaría la arena y sería más fácil verlo si estaba en la playa.Las lágrimas llenaron mis ojos, mezclándose con la arena fina que caía sobre mi rostro. ¿Y si se hubiera metido en el mar? No conocía la playa... Nunca había puesto un pie en el mar... Podría haberse dejado llevar y... No, no quería pensar en eso.Necesitaba concentrarme en ser Melody, mi
- ¿Lo juras?- Yo... no estoy del todo seguro. Pero supongo que sí.- ¿Ya lo sabe?'No…' Miré a Melody, quien nos miraba sin entender.- Entonces espera... Te avisaremos cuando estemos seguros. Juntos.Asentí mientras él frotaba el rostro de Melody. Luego, comenzó a pasar el dedo índice por sus ojos, su nariz, su boquita, recorriéndolos mientras ella sonreía.- Charles, no tienes dudas de que... ¿Ser tuyo? - Arqueé una ceja, tocando mi matriz, casi segura de que un nuevo bebé estaba dentro de mí.Me miró, con el dedo todavía en la cara de Melody.- ¡No! Y solo para que conste, hice todo deliberadamente, para al menos participar en la vida de un bebé desde el principio... Desde cero. “Me tocó el estómago.- Pueden pasar mil años, mi alma puede regresar por varias encarnaciones... Aún así, te amaré de la misma manera.- Pasé más de cinco años contigo en mi cabeza, Sabrina. Daría mi vida por la tuya... En el pasado, en el presente y en el futuro. Quiero que todo explote... Aún así, nada
Sus ojos verdes se encontraron con los míos, confundidos, desesperados. Los labios empezaron a temblar.- Charles, tenemos que calmarnos. No le digamos a nadie sobre nosotros... O al menos que finalmente nos encontramos y estamos juntos. Necesitamos saber quién está detrás de su arresto. Y castigar a los culpables.- No soporto estar lejos de ti, "pequeña". No ahora que la encontré... Y ahí está nuestra hija...Miramos a Melody recostada junto al árbol, profundamente dormida y apuesto feliz. Me arrodillé frente a él.- ¿Crees que pueda alejarme de ti, después de tanto tiempo?- Espero que no... No puedo irme sin tocarla... De ninguna manera... - Sus dedos acariciaron mi rostro.- Finjamos que no estamos juntos. Y gana tiempo.- Pero Mariane sabe... Si le dijiste, no hay forma de fingir...- Gui también lo sabe.- Dios mío, Sabrina... ¿Cómo diablos te involucraste con mi hijo?- Fue sólo un pequeño beso. - Traté de hacer todo más ligero.- ¿Y no te da vergüenza decir eso? ¿Crees que me
- Charles, tenemos que irnos. - dije levantándome.- ¿No podemos quedarnos un poco más? Me miró, todavía en el suelo con nuestra hija.- No queremos despertar sospechas, ¿verdad?- ¿No? Ya ni siquiera sé... Solo pensar en tener que fingir que ustedes dos no lo son todo para mí me enoja.- ¡Carlos, por Dios! - Casi grito.Inmediatamente se tapó la boca con la mano y miró a Melody:- Cabreado significa... Alérgico al agua de mar.Ella comenzó a reír, sacudiendo la cabeza juguetonamente:- No significa que...- Caramba, hija mía, ¿a qué te refieres entonces?- Creo que deberías buscarlo en Google.- ¿Oigan, ustedes dos? – ambos me miraron – Este no es el momento para discutir esto.- Pero ella me dijo que lo googleara – argumentó – Eso no es normal… Solo tiene cinco años… Dije “cinco”. Creo que exigiré ver el certificado de nacimiento.- Creo que realmente deberías exigirlo. Porque ella necesita un cierto apellido después de Rockefeller. - Yo hablé.- En lo que insisto, mi amor... Todo e
- ¿Nosotros necesitamos? - Me hice ignorante.- Tú sabes que sí. – Hablaba en serio.- ¿Quieres... Entrar en la habitación que te pertenece y tener nuestra conversación aquí? —resoplé, incapaz de contenerme.- Mejor no... Melody puede oírnos.- ¿Qué tienes que decirme que mi hija no pueda oír? ¿Tienes la intención de jurarme? Algo que me ofende... ¿O la ofende a ella? ¿O tal vez algo sobre su padre?- Sabrina, no pongas las cosas más difíciles. Estoy tratando de hacer que todo funcione.- ¿Lo juras?- Sabrina, me quedaré con ella, no te preocupes. - Yuna me tranquilizó.Me encontré cerrando la puerta y siguiéndolo por el pasillo estrecho y tenuemente iluminado debido a la tenue luz natural de la calle.Entramos en la pequeña habitación de arriba y cerró la puerta. En años, casi nada había cambiado en esa casa. Y ese lugar, en particular, olía a algo antiguo ya un ambiente que había estado cerrado por mucho tiempo.Los sofás blancos, después de tanto tiempo, tenían un color más beige.
Guilherme miró la ropa mojada:- Está bien, Medy... Me voy a cambiar.Se fue y Melody se sentó en su lugar:- Quiero comida, mamá.Uno de los camareros retiró el plato de Guilherme y sirvió otro a Melody.- ¿Me lo puedes poner en la boca, mami? - Ella pidió.- Por supuesto, mi amor.Ella no solía hacer eso. Al contrario, era muy independiente. Parecía estar tratando de llamar la atención. Además de ocupar el lugar de William en la mesa.Le puse un bocado de comida en la boca y ella le dijo directamente a Mariane:- Te pareces a algunas de mis Barbies .Mi hermana la miró arqueando una ceja:- ¿Le doy las gracias?- De nada... Parece que los que son mayores y su cabello se ha enredado tanto que es imposible peinarlo. Mamá no me deja tirarlos. El problema es que Ken no quiere salir con ellos.La mirada de Mariane era de ira, de desdén. Pero no dije nada. Tragó saliva.El ambiente se volvió tenso, pero nadie fue capaz de llamar la atención de Melody, sin saber si lo estaba haciendo a pro
Cuando bajé las escaleras con Melody, todos estaban en la sala principal. Llevaba el vestido rosa que amaba, lleno de volantes y encaje. No quería esperar a la víspera de Navidad para usarlo.- ¡Estás linda! - Dijo Charles, sin contener su emoción al verla.Dio varias vueltas, haciendo girar su falda:- Soy una princesa. - Empezó a presumir.- Es la princesa del abuelo. – JR abrió sus brazos y ella se arrojó a ellos, siendo mimada y mimada por él y Calissa.No podía entender cómo se las arreglaba para ser tan dulce y amable con ella. Sinceramente, nunca había visto ese JR en mi vida: relajado, lleno de amor y cariño para dar.Respiré hondo y me senté en el sofá, frente a Charles y Mariane. Yuna estaba a mi lado. William aún no había bajado.Mariane levantó el brazo de Charles y lo colocó sobre sus hombros, acostándose sobre su pecho. Sentí la sangre hervir dentro de mí. Miré a Melody, que estaba contándoles a sus abuelos varias historias a la vez, emocionada.Eché la cabeza hacia atrá