Sus ojos verdes se encontraron con los míos, confundidos, desesperados. Los labios empezaron a temblar.- Charles, tenemos que calmarnos. No le digamos a nadie sobre nosotros... O al menos que finalmente nos encontramos y estamos juntos. Necesitamos saber quién está detrás de su arresto. Y castigar a los culpables.- No soporto estar lejos de ti, "pequeña". No ahora que la encontré... Y ahí está nuestra hija...Miramos a Melody recostada junto al árbol, profundamente dormida y apuesto feliz. Me arrodillé frente a él.- ¿Crees que pueda alejarme de ti, después de tanto tiempo?- Espero que no... No puedo irme sin tocarla... De ninguna manera... - Sus dedos acariciaron mi rostro.- Finjamos que no estamos juntos. Y gana tiempo.- Pero Mariane sabe... Si le dijiste, no hay forma de fingir...- Gui también lo sabe.- Dios mío, Sabrina... ¿Cómo diablos te involucraste con mi hijo?- Fue sólo un pequeño beso. - Traté de hacer todo más ligero.- ¿Y no te da vergüenza decir eso? ¿Crees que me
- Charles, tenemos que irnos. - dije levantándome.- ¿No podemos quedarnos un poco más? Me miró, todavía en el suelo con nuestra hija.- No queremos despertar sospechas, ¿verdad?- ¿No? Ya ni siquiera sé... Solo pensar en tener que fingir que ustedes dos no lo son todo para mí me enoja.- ¡Carlos, por Dios! - Casi grito.Inmediatamente se tapó la boca con la mano y miró a Melody:- Cabreado significa... Alérgico al agua de mar.Ella comenzó a reír, sacudiendo la cabeza juguetonamente:- No significa que...- Caramba, hija mía, ¿a qué te refieres entonces?- Creo que deberías buscarlo en Google.- ¿Oigan, ustedes dos? – ambos me miraron – Este no es el momento para discutir esto.- Pero ella me dijo que lo googleara – argumentó – Eso no es normal… Solo tiene cinco años… Dije “cinco”. Creo que exigiré ver el certificado de nacimiento.- Creo que realmente deberías exigirlo. Porque ella necesita un cierto apellido después de Rockefeller. - Yo hablé.- En lo que insisto, mi amor... Todo e
- ¿Nosotros necesitamos? - Me hice ignorante.- Tú sabes que sí. – Hablaba en serio.- ¿Quieres... Entrar en la habitación que te pertenece y tener nuestra conversación aquí? —resoplé, incapaz de contenerme.- Mejor no... Melody puede oírnos.- ¿Qué tienes que decirme que mi hija no pueda oír? ¿Tienes la intención de jurarme? Algo que me ofende... ¿O la ofende a ella? ¿O tal vez algo sobre su padre?- Sabrina, no pongas las cosas más difíciles. Estoy tratando de hacer que todo funcione.- ¿Lo juras?- Sabrina, me quedaré con ella, no te preocupes. - Yuna me tranquilizó.Me encontré cerrando la puerta y siguiéndolo por el pasillo estrecho y tenuemente iluminado debido a la tenue luz natural de la calle.Entramos en la pequeña habitación de arriba y cerró la puerta. En años, casi nada había cambiado en esa casa. Y ese lugar, en particular, olía a algo antiguo ya un ambiente que había estado cerrado por mucho tiempo.Los sofás blancos, después de tanto tiempo, tenían un color más beige.
Guilherme miró la ropa mojada:- Está bien, Medy... Me voy a cambiar.Se fue y Melody se sentó en su lugar:- Quiero comida, mamá.Uno de los camareros retiró el plato de Guilherme y sirvió otro a Melody.- ¿Me lo puedes poner en la boca, mami? - Ella pidió.- Por supuesto, mi amor.Ella no solía hacer eso. Al contrario, era muy independiente. Parecía estar tratando de llamar la atención. Además de ocupar el lugar de William en la mesa.Le puse un bocado de comida en la boca y ella le dijo directamente a Mariane:- Te pareces a algunas de mis Barbies .Mi hermana la miró arqueando una ceja:- ¿Le doy las gracias?- De nada... Parece que los que son mayores y su cabello se ha enredado tanto que es imposible peinarlo. Mamá no me deja tirarlos. El problema es que Ken no quiere salir con ellos.La mirada de Mariane era de ira, de desdén. Pero no dije nada. Tragó saliva.El ambiente se volvió tenso, pero nadie fue capaz de llamar la atención de Melody, sin saber si lo estaba haciendo a pro
Cuando bajé las escaleras con Melody, todos estaban en la sala principal. Llevaba el vestido rosa que amaba, lleno de volantes y encaje. No quería esperar a la víspera de Navidad para usarlo.- ¡Estás linda! - Dijo Charles, sin contener su emoción al verla.Dio varias vueltas, haciendo girar su falda:- Soy una princesa. - Empezó a presumir.- Es la princesa del abuelo. – JR abrió sus brazos y ella se arrojó a ellos, siendo mimada y mimada por él y Calissa.No podía entender cómo se las arreglaba para ser tan dulce y amable con ella. Sinceramente, nunca había visto ese JR en mi vida: relajado, lleno de amor y cariño para dar.Respiré hondo y me senté en el sofá, frente a Charles y Mariane. Yuna estaba a mi lado. William aún no había bajado.Mariane levantó el brazo de Charles y lo colocó sobre sus hombros, acostándose sobre su pecho. Sentí la sangre hervir dentro de mí. Miré a Melody, que estaba contándoles a sus abuelos varias historias a la vez, emocionada.Eché la cabeza hacia atrá
Mariane no dijo nada, pareciendo no entender la señal.- Con tantos hombres, ¿por qué elegir el mío?- Nadie es dueño de nadie en esta vida, Sabrina. Pensé que ya te habías dado cuenta de eso.- Hay una cosa que se llama amor... ¿Lo sabes?- Por supuesto – me miró seria – lo amo. Pero nunca tuve sentimientos por Colin. Fue solo una aventura de una noche.- ¿Y tenía que ser justo la noche antes de mi boda? Colin me caía bien... Nos llevábamos bien.- Debería haberme casado con él. Incluso sugerí eso.- Ya no soy la niña ingenua que conociste y traicionaste, de la peor manera posible.- Y no estoy dispuesto a renunciar a Charles por ti.Tomé el cigarrillo de su mano y lo tiré a la arena, pisoteando:- Te dije toda mi verdad ese día. La echaban de nuestra casa con un niño en el vientre. Y tuviste la habilidad de ir tras el hombre que amaba, a pesar de que estaba embarazada de él... Y... - Tragué saliva, tratando de no llorar, incapaz de terminar la frase, de tanto asco que sentía.Marian
- ¡Que sorpresa! Todos ustedes aquí... - dije, fingiendo no saber nada.Charles siguió cantando, pero sus ojos ya no estaban en su hija, sino en mí. Nada mejor que hacer que mi hermana sienta un poco de mi dolor. Si realmente se preocupaba por Charles, esto la destrozaría.La última vez que tuvimos sexo fue hace dos meses. Y fue simplemente bueno, aunque vine dos veces. Éramos como fuego y gasolina y el deseo y la lujuria siempre habían sido más fuertes que cualquier cosa entre nosotros.Solo sentir su mirada hizo que mi piel ardiera y mi cuerpo anhelara el suyo.- Si no te importa, necesito algo de ropa. – Fui hacia el armario, agarrando una remera y unos jeans más anchos y cómodos.Me agaché para recoger unas bragas, segura de que buena parte de mi cuerpo desnudo quedaba a la vista. Levanté la tanga blanca de encaje para asegurarme de que realmente estaba usando esta.Noté que “Rich Girl” comenzaba a cantarse y sonreí, aún de espaldas a ellos.- No creo que esta parte cante así... -
Nuestras bocas sellaron un beso perfecto, lenguas encontrándose al mismo tiempo, ansiosas, enloquecidas, calientes como el fuego.Envolví mis brazos alrededor de su cuello, presionando mi cuerpo contra el suyo, eliminando cualquier posibilidad de separación. Charles, a su vez, fue directo a mi trasero, apretándolo fuerte, haciéndome sentir su bulto debajo de sus pantalones.Era como un sueño, que se repitió durante tantas noches, sin posibilidad de hacerse realidad. Era mi “el cantante”. Estábamos juntos de nuevo, los dos... Y Melody.El beso solo terminó cuando el aire faltó en nuestros pulmones. Mi boca se sentía ligeramente hinchada por la intensidad de nuestros labios.Charles tocó mis labios con su pulgar. Sus ojos estaban oscuros y pude ver el deseo de ese hombre por mí en ellos.- Te he esperado tanto, Sabrina...Miré sus pantalones y toqué su miembro debajo de ellos, sintiendo su fuerza:- Esperé exactamente cinco años y ocho meses, “el cantante”. Porque esa noche en el show n