A ratos Hank quería reírse, solo una vez había usado ropa de mujer y fue junto a sus compañeros de universidad ―incluido Pedro Cruz― durante una fiesta de disfraces de la facultad.
Claro que aquella vez todo fue muy improvisado, las pelucas eran de una tienda de disfraces, los vestidos los habían adquirido en una tienda de segunda mano y las carteras y accesorios habían salido de las cosas de sus novias.
Esa vez, de un modo peculiar, se veía preciosa… a pesar de sus dimensiones.
Gemini lo bautizó Halley. Llevaba puesto todo el paquete de mucama, vestido a la medida de color verde agua, delantal blanco con cofia a juego, medias de nailon, zapatos de tacón, peluca rubia de cabello largo con dos trenzas, zarcillos a presión, su collar de sumiso y muñequeras de tela de color blanco. El maquillaje estuvo a mano de Shae y La Ama, de hecho parecían dos niñas pequeña
Henry despertó en la litera del cuarto que compartía con Shae y Lawrence, era domingo y se suponía que sería el último día de su internamiento. Su cuerpo estaba agotado, la extenuación de su mente dominaba todo, había sobrepasado límites jamás pensados, lo que le pasaba factura en ese momento.Se giró sobre sí mismo, tratando de reunir fuerzas para ponerse en pie y presentarse ante La Ama; recordaba vagamente cómo había llegado hasta allí: obnubilado, indefenso, Gemini lo condujo a su cama y se dedicó a acariciar su mejilla con delicadeza, preguntándole ―entre suspiro y suspiro que escapaba de la boca de Hank― si se encontraba bien.Fijó su atención en su maleta, la que había quedado a merced de La Ama cuando bajaron del bote y entraron a la isla; aquello era una señal de que internamiento había concluido, lo cual lo
Los siguientes días discurrieron entre sus largas disertaciones internas sobre si continuar como sumiso de Gemini o no, y los últimos detalles del lanzamiento de Ove para el primero de abril. Como si eso no fuese suficiente, también estaban atentos a la Primera Gala de Primavera que Nok-Tok iba a organizar ese año, con la finalidad de agasajar a todos los clientes de la agencia por su preferencia ―y también por los millones de dólares que les estaban haciendo ganar―.No por nada, Nok-Tok iba conquistando posición y autoridad en el mercado de la publicidad; desde la nominación de Gem a los premios publicitarios y sus posteriores galardones ganados, la agencia estaba en boga y con la nominación de ese año a Helen, el futuro se mostraba bastante satisfactorio para la agencia. El departamento creativo estaba indetenible, esperando llevarse premios dos años consecutivos, lo que implicaba que ellos ten&iac
Había bromeado con Cameron de que no iba a ir a esa fiesta, que la gala de primavera no le llamaba la atención, pero todo era un chiste, Gem Rivers sabía que no podía actuar de forma infantil con el nido de buitres que empezaba a ser la cúpula directiva, ahora que Eric Price estaba ‘suspendido’.Sin embargo, tenía un compromiso previo con Lawrence, ese viernes pautaron una sesión y ella no iba a quitarle el espacio de tiempo que tanto anhelaba, en especial cuando conocía el trabajo que hacía el detective y lo mucho que necesitaba eso.Su relación había tenido comienzos peculiares ―por decir lo poco―, no obstante, se llevaban extremadamente bien. No importaba lo que saliera de la boca de Lars Hall, Gem siempre tenía una palabra adecuada o un silencio apacible para hacerle sentir mejor; los juegos de rol con ella le permitían desconectar de todo y del mundo, adoraba ser
Las siguientes horas de esa madrugada del once de abril fueron un infierno.A Hank le duró la parálisis solo un par de segundos, de inmediato se comunicó con el detective Hall.―Ya la recibí ―fue la contestación al otro lado de la línea―. Su última geolocación indica que estuvo en la oficina.―Voy saliendo para allá ―anunció con un hilo de voz.Mil cosas pasaron por su cabeza, la primera fue la culpa por haberla dejado sola a la salida de fiesta; lo siguiente le encogió el corazón, porque la única persona en que podía pensar que le había hecho algo a Gem Rivers era Adam Fox.Detuvo un taxi y hecho un manojo de nervios se subió a este, se comunicó con Helen, Harold y Cameron, luego con los dueños de la agencia para avisarles lo que estaba pasando. Según la funcionalidad del tel&eacut
―¿Qué fue lo que le pasó a Gemini? ―demandó Leonid apenas vio a Lars.―Activó una alerta de seguridad de su móvil ―respondió con frialdad.―Eso lo sé, me llegó a mi teléfono ―replicó el otro elevando el tono de su voz―. Vine a su casa a ver si le había sucedido algo.―¿A qué hora fue eso? ―preguntó el detective.Estaban en la sala del departamento, todo se veía normal, sin ninguna variación, tal cual y como lo dejaron antes de que él mismo la llevara a la gala. Leonid estaba pálido y desesperado, se manoteaba el cabello continuamente.La policía estaba revisando, aunque se notaba que nada se encontraba fuera de lugar, era evidente que la desaparición de Gem no sucedió allí, ni tampoco habían ido a ese lugar después de la abducción.Lars comenzaba a impacientarse,
Moría de sed.Lo primero que pensó fue que tenía arena seca en la boca, inundando su lengua y su paladar. Intentó escupir para liberarse de la desagradable sensación, sin embargo nada salió, casi no tenía saliva y los labios se sentían agrietados y resecos.No recordaba gran cosa, lo más reciente en su mente fue la gala de Nok-Tok, intentó hacer memoria para ver si había bebido demasiado, algo inusual en ella, porque una máxima de su vida era jamás perder el control ni quedar en vergüenza. Tenía demasiado arraigados los prejuicios de su gente, así que ella procuró ser todo lo contrario a lo que se esperaría de una chica gitana. Se removió para buscar agua en la cocina, también para tomarse una pastilla para mitigar el dolor de cabeza que le taladraba las sienes y hacía martillear su corazón de forma desesperada.
Suaves toques cariñosos la despertaron. Gem se encontraba acurrucada en el suelo, muy cerca de la pared, para que la cadena atada al collar que portaba en el cuello no la estrangulara. Una de las veces que se quedó dormida, despertó con el nuevo implemento puesto, ahora no solo se encontraba encadenada por los pies y las muñecas, sino también por la nuca.De hecho no quiso abrir los ojos, nadie más que una persona se atrevería a tocarla con tanto cariño y le daba asco y pánico; por suerte hacía frío y ella estaba desnuda, podía atribuirle sus temblores a eso, esperando que su voz no delatara que estaba aterrada.No sabía cuánto tiempo llevaba cautiva; puesto que había sido drogada, sentía una severa distorsión del tiempo. A ratos la luz eléctrica le fastidiaba los ojos generándole jaquecas; más o menos podía deducir que era
El último día de abril se cernió sobre Nueva York, vibrante y despampanante. Henry a ratos sentía que no respiraba, agobiado por mantener todo al día, a pesar de la ayuda que otros creativos podían darle. Una rotunda negativa había salido de parte de todos ante la idea de que el puesto de Rivers fuese tomado por Helen o Harold, mucho menos que trajesen a un desconocido para que los dirigiese. Así que todos trabajaban de forma incansable, esperando la llegada de su jefa y se restableciera el orden normal del universo.Cuando no estaba agobiado por el trabajo ―que continuaba como siempre, lleno de sesiones fotográficas, futuros comerciales de televisión y todo lo demás― era la eterna pelea con Melinda.Ese otro frente era igual de absorbente que Nok-Tok, sin embargo, Sharon Payne había demostrado que era más que competente. Casi de forma despiadada orilló a la trabajadora so