Felipe llegó al gimnasio donde regularmente entrenaban un grupo de hombres pertenecientes a diferentes células de la mafia europea, sobre todo la italiana; desde que se llegaba a las instalaciones la vigilancia y seguridad eran extremas.
Estaba al tanto que allí podía encontrar a sus enemigos, pero en ese momento eso le tenía sin cuidado, la angustia que sentía de solo pensar en Alondra lo destrozaba, se imaginaba como si estuviese viendo cada agresión de la cual fue objeto, como el desgraciado ponía sus manos inmundas en su cuerpo y la tomaba con violencia, su mente se llenó de esas imágenes y por más que trataba de alejarlas, golpeteaban en
Felipe llegó a la casa en horas de la madrugada, caminaba lentamente por el pasillo hasta llegar frente a la habitación de Alondra, se paró en la entrada, colocó su frente en la puerta, Manolo lo vio y le dijo —. Camina a tu habitación, déjala quieta, no vayas a despertarla, si te ve así la mortificarás.Felipe respiró profundo —Quiero verla, solo será un momento, por favor—. Así lo hizo, entró mientras Manolo se quedó del lado de afuera, la vio dormida, su cabello caía como cascada en la almohada, su frente relajada, suspiró dormida, aún en las condiciones que estaba no le imp
Felipe despertó sobresaltado, se levantó, se duchó y mientras lo hacía, decidió ir a conversar con su padre, necesitaba contarle todo lo que había pasado, lo de los niños, lo de Alondra. Por eso al salir del baño, tomó su celular personal y llamó a su padre —Aló, Papá, necesito conversar contigo, podemos vernos en un Restaurant cerca del centro —pronunció con angustia. —Felipe hijo, ¿Pasa algo? ¿Qué tenés? —interrogó Lucca con preocupación. Felipe la sostenía en sus brazos, la abrazaba con fuerza, mientras se montaba en la parte trasera del auto, su papá manejaba, su madre en el puesto del copiloto y su hermana a su lado, lloraba con desespero como un niño, sin esperanzas, como si no hubiese un mañana mientras expresaba con remordimientos—¡Perdóname mi amor! Te amo mi bonita con toda mi alma, no puedes irte, tus hijos te necesitan, tus padres también te necesitan y yo más que nadie te necesito, si no quieres vivir más conmigo, te dejaré libre, para que busques otro amor—expresaba llorando—, me conformaré con verte, pero no teCAPÍTULO 24. CUESTIONAMIENTOS
Felipe salió y vio reunido a sus padres, su hermana, Anabella y Sebastián uno sentado al lado del otro y Matteo. Al verlos todos alzaron la vista, él se dirigió a su padre —Papá necesito que vengas conmigo, para que traigas a los pequeños Taddeo y a Val.—¿Hablaste con Alondra? —interrogó.
Al día siguiente del accidente de Taddeo, Alondra fue dada de alta, su padre fue a buscarla mientras expresaba lo contento que estaba de tenerla de vuelta.—No sabes lo contento que estoy de que hayas vuelto a nuestro lado, ya verás que juntos superaremos todos estos momentos, volverás a ser la misma chica alegre que iluminaba y daba alegría a nuestra casa —manifestó con una sonrisa ilusionado.Ella le causó tanta ternura la expresión de su padre y sin siquiera pensar muc
Alondra había preparado todo para su viaje, eran dos semanas que debía pasar lejos de sus hijos, de quienes nunca se había separado, había pasado un poco más de una semana desde la situación que vivió, pero durante todo ese tiempo Felipe ni siquiera había llamado, resultó tan mal padre como mal esposo, pero no pensaría más en él.En ese momento veía con mucha alegría un clavel blanco que desde hacía dos días atrás aparecía en la peinadora de su habitación con una nota, la primera decía “Nunca es tarde para emprender un nuevo rumbo, vivir una nueva historia o construir un nuev
Dieciocho meses despuésDurante todo ese tiempo, era mucha el agua que había corrido debajo el puente, se había logrado divorciar de Felipe con la ayuda de su padre, no lo había vuelto a ver, aunque los niños mantenían contacto con sus abuelos paternos y su tía Camilla, quienes se los llevaba continuamente a casa de los Ferrari, incluso a veces se quedaban durmiendo allá, pero a Felipe fue como si la tierra se lo hubiese tragado.Ella por su parte había realizado diversos cursos todos en el área de diseño de modas, diseño de moda
Felipe llamó a Manolo, su amigo casi como un padre lo atendió en la primera timbrada y sin dejarlo hablar le dijo —¿Dónde carajo estás? ¿Qué pasó lograste convencer a Alondra de que no se casara?—No, no logré convencerla, a esta hora debe ser la esposa de Cristiano —expresó con tono de derrota.