Calma me estaba pintando las uñas de los pies de color negro, ambas escuchando el último álbum de Sam Smith, sentadas en el suelo, cuando de repente el sonido de la ático como si gruesos tacones martillaran el suelo resonó alrededor.
—¿La señora Smith no se aburre estando sola allá arriba? —pregunté intentando no demostrar lo atroz que me seguía pareciendo que la tuvieran encerrada en la ático.
—Mamá nunca está aburrida —se limitó a decir Calma sin alzar la vista de la pintura que aplicaba a mis pies.
Sabía que no debía insistir, pero de verdad seguía teniendo curiosidad, así que pregunté:
Él me observó por un momento antes de mirar a la ventana, mis ojos involuntariamente bajaron a su torso y a los tatuajes de sus brazos antes de finalmente recorrer sus piernas musculosas por el fútbol, ¿Cómo sería verlo sin ese pantalón...?Concéntrate. No lo deseas.—Cuando era pequeño, tal vez tenía 5 o 6 años —comenzó a decir Lide—, muchas veces caminaba sonámbulo, una de esas veces que caminé dormido era cuando estábamos de vacaciones a una cabaña cerca de un rio, era de noche y caí en un profundo pozo de agua, no podía respirar, no podía salir, ni siquiera podía despertar, mi madre fue la que me sacó de ahí, estaba casi muerto. Casi todas las noches sue&
Al parecer Lide no sabía contar, pero no me importaba, no quería que me diera tiempo para apartarme. Cuando sus labios impactaron contra los míos fue como si todo volviera a la normalidad, como si fuera mi hogar, como si todo estuviera bien.Su lengua jugó con la mía y me pegué a él sintiendo todos los músculos de su cuerpo presionar el mío, sentía que la ropa era un estorbo. Nuestro beso se volvía cada vez más desesperado, incluso frenético, casi no podía ni siquiera respirar, me atreví a morder su labio inferior y lo sentí estremecerse cuando soltó un pequeño gemido sobre mis labios.Me encantaba cada vez que hacía ese sonido por mi culpa.Sus manos se
Ella tenía la mirada fija en mí, había algo en su expresión analítica que me estremeció por completo, como si estuviera preparada para atacarme. Iba a dar un paso atrás intentando no moverme, pero de súbito ella me agarró del cuello y me pegó de la pared, solté un gemido de la impresión, era tal vez de mi tamaño y contextura, pero su fuerza era impresionante.Se acercó un poco, su nariz pareciendo olfatear el miedo en mí, sus ojos observándome con detenimiento.—Eres tú —acusó ella, su voz extrañamente dulce pero escalofriante.¿Qué?—Señora Brete por favor
¿Cómo? ¿En qué momento?Era imposible.Jamás me drogaron, jamás me quedé inconsciente, jamás nadie que no conociera se acercó a mí y me marcó el cuello, era como si simplemente hubiera aparecido. Pasé una mano por encima, la tinta estaba seca pero no se veía permanente, mi corazón comenzó a acelerarse ¿desde hace cuándo había estado marcada?Escuché el cerrojo de la puerta, me coloqué el suéter rápidamente y solté mi cabello para poder abrirle.—¿Por qué cerraste? —preguntó mi madre mirando dentro de mi habitación, como si quisiera atrap
—¿Llevaban una bolsa negra? —pregunté removiéndome en mi asiento.¿Y si la señora Danna había muerto y ellos estaban intentando deshacerse del cadáver?—Sí, luego todos se fueron en su carro —explicó mi padre sin darle mucha importancia.No sabía qué pensar, pero era la única explicación que cruzaba por mi cabeza, siempre confié en ellos ciegamente a pesar de que me parecían extraños, misteriosos y con secretos.A pesar de que me advirtieron de que me alejara de ellos muchas veces.—Papá —comencé—, no quise decirte nad
Bajé las escaleras sintiéndome un poco mareada, solo me había sentido así cuando estaba comenzando a curarme del virus que me atacó en vacaciones, era terrible volver a sentirme así. Mi padre seguía en el mismo lugar, sentado en el sofá viendo la televisión, cuando me vio frunció débilmente el ceño.—Te veo pálida —dijo—, ¿te sientes bien?—No, estoy algo mareada—aclaré mi garganta—. Papá, voy a hablar con un amigo aquí afuera de la casa un momento.Sus ojos se entrecerraron un poco y se encogió de hombros.—Bien, pero no quiero que te alejes de la puerta.
Entre abrí los ojos, mi cabeza palpitaba de dolor, intenté moverme y fue cuando me di cuenta de la cuerda que me envolvía todo el torso contra el árbol a mis espaldas, miré a mi alrededor apenas pude enfocar mi mirada en los árboles y en los trillizos Brete, ellos estaban apoyados de la camioneta hablando entre ellos, lucían los mismos trajes negros como si fuera un uniforme.¿Por qué?Jamás podría comprender cómo las personas podían mostrarte una fachada de amistad solo para entrar a tu vida y dañarte sin piedad.Calma fue la primera en verme despierta, hizo una seña con la cabeza y los vi acercarse a mí lentamente.
DANNA WESTER—¿Entonces Darcey no quiere hablar contigo? —pregunté sentada en el mueble observando a mi hijo Lide, él miraba a través de la ventana a los Henks, las luces estaban encendidas pero no había nadie por fuera, la señora Alexandria había llegado en le madrugada completamente alterada directo a ver si su hija estaba bien y no habían salido de su casa desde entonces.—No, ella ahora me odia —dijo Lide—, no soporta que la hayamos engañado, no entiende que todo lo hicimos incluso para protegerla a ella.Me había contado que Darcey no había ido a la escuela, pero todo había sido muy reciente, h