-IV-

-¿Vas a decirme qué demonios te pasa que tienes esa cara tan larga?-

Haciendo bailar su vaso en la mano, Holly miraba al castaño.

Ambos, junto a la barra de la sala de fiestas, tomaban una copa mientras esperaban a Ricky.

-¿Y tú vas a dejar de llevarme la vida, metomentodo?- espetó Joel con media sonrisa en los labios.

-¡Me preocupo por ti!- exclamó ella para dar un sorbo a su bebida -Aún no me explico el porqué de que rompieras con Don Perfecto-

Rodando los ojos, el castaño decidió ignorar a su amiga por lo que cogiendo su vaso, le dio la espalda y se lo empinó.

Ricky apareció frente a ellos.

-Ya estoy aquí-

-Ya te vemos- desdeñó Holly arrugando el ceño.

-¿Te pasa algo?- preguntó el moreno extrañado por la manera en que le respondió la pelirroja.

-Naaadaaa- Holly soltó su vaso y sin decir ni mu se dirigió hasta la pista, donde miles de jóvenes, bailaban.

Ricky se volvió a su amigo.

-Esto…yo…estaba pensando que…puesto que ya no “estás” con ese tío y ya que has probado ese lado, a lo mejor…digo a lo mejor, tú y yo podríamos…no sé…¿Intentarlo?-

-¡¡¡Ricky!!!-

-Ya-ya sé que sigues diciendo que no eres…gay pero…joder, has estado viviendo con ese…Bale durante casi un mes y también te has…acostado con él y yo-yo no me explico cómo si no lo eres, has podido…mantener sexo con…él-

Llevándose una mano a la frente, Joel lanzó un suspiro. Luego miró al de rasgos latinos y respondió:

-Ricky, no me apetece hablar de él ni del tiempo que he estado con él-

Mordiéndose el labio inferior, Ricky indagó:

-¿Qué demonios es lo que…pasó?-

-No es asunto tuyo- dijo algo molesto Joel y dio otro trago a su bebida.

Tan pronto como lo hizo, dejó el vaso en la barra y mirando a su amigo apuntó:

-Voy con Holly-

Ricky asintió con la cabeza para seguirle muy de cerca.

Sin ninguno de los tres sospecharlo, desde un rincón oculto, alguien les observaba.

Exactamente a Joel.

El desconocido sacó un teléfono del bolsillo de su abrigo y marcando un número se lo llevó al oído…

Terminando de ponerse cómodo, Bale miró hacia su cama.

Su enorme y grandioso lecho estaba vacío.

Solitario.

Con pesar caminó hacia éste cuando a punto de meterse bajo las sábanas escuchó vibrar su móvil.

A toda prisa lo cogió y viendo quien era contestó:

-Dime-

“-El chico está con sus amigos-”

-Especifica un poco más ¿Con qué amigos?-

“-Una chica pelirroja y un chico moreno y con rasgos hispanos-”

“Ricky” gruñó en su cabeza Dominic.

Cada día que pasaba le tenía aún más asco y el solo pensar que estaba tan cerca de su castaño sintió las terribles ganas de destrozar toda la habitación.

Levantándose de un salto de la cama se arrancó la camiseta del pijama para hacer lo mismo con los pantalones.

Sin molestarse en ponerse unos calzoncillos, anduvo hacia su gran armario-ropero y empezó a buscar ropa acorde al sitio donde sabía, a ciencia cierta, se encontraba Joel...

Acabando de vestirse, salió de la habitación.

Mientras bajaba las escaleras se puso el teléfono en la oreja.

“-Diga señor Bale-”

-Ian, nos vamos-

“-¿Puedo preguntar a dónde vamos a éstas hora de la noche? Sin no es una indiscreción-”

-A Buddy´s-

Antes de que Dominic colgara, pudo oír a Ian decir:

“-A por el señor Joel supongo-”

-Acertaste-

Y cortando la llamada, el azabache se guardó el movil en el bolsillo de su pantalón.

En el olvido habían quedado tanto la conversación mantenida con Holly como la de Ricky.

Joel se divertía de lo lindo, como hace tiempo no lo hacía.

Los tres bailaban con ganas, riendo, bromeando y chinchándose.

Joel, lanzado, se arrimó a su amiga y con la más absoluta confianza, empezó a moverse bien pegadito a ella.

Holly, entre risas, se tomó la libertad de echarle los brazos alrededor del cuello y rompió la escasa distancia entre ambos.

Ricky, sintiéndose algo desplazado, se limitaba a mirarles y tuvo que aceptar que los dos hacían muy buena pareja, aunque ni Joel ni Holly sentían ni una pizca de atracción por el contrario.

Siempre se habían tratado como hermanos y eso era precisamente lo que hacían en ese momento.

Aunque el baile que realizaban parecía de lo más sensual, no existía ni un ápice de erotismo en éste.

La cobriza, girando la cara para mirar al moreno, achicó los ojos.

Algo tramaba.

Entonces, extendiendo una mano, hizo un gesto para que se acercase a Ricky y éste, obediente, caminó hasta ellos.

Joel, extrañado, preguntó a la chica:

-¿Qué estás pensando, loca?-

-Naaadaaa-

-Holly, que nos conocemos-

-Ay Joel, no seas carcamás- espetó ella que, por medio de señas, le pidió a Ricky que se colocara detrás del castaño, quien, al notar la proximidad del cuerpo de su amigo con el suyo, se tensó.

-No es por nada pero estamos algo bebidos y no quisiera que mañana nos lamentarámos- apuntó Joel.

-Tranquilo Joel- calmó ella.

Agarrando por las manos al latino, Holly le hizo colocarlas en las caderas del castaño mientras ella volvió a rodearle con los brazos, por el cuello.

-Relajate y disfruta- alegó.

-No sé yo si hacerte caso- repuso Joel notando las manos de su amigo sujetarle por las caderas y su cuerpo bien arrimadito al suyo.

-Solo estamos bailando, no va a pasar nada- tranquilizó la pelirroja sonriendo, de oreja a oreja.

-Espero- dijo Joel.

Relajándose aunque no mucho, sintió cómo Ricky se mecía contra su parte posterior mientras que, Holly lo hacía por delante.

Tragando saliva, Joel percibió algo sospechoso presionarse contra su trasero…

Y adivinó lo que era.

De manera sutil, echó la cabeza hacia atrás, miró de soslayo al hispano y en voz baja, advirtió:

-Relaja la estaca-

Ricky, fijando sus ojos en los de su amigo, los desvió rápidamente hacia su boca.

-Como me gustaría poder besar tus labios, aunque solo fuera por una vez- musitó.

-Rickyyyy, no…-

Sin dejar de mirarse entre ellos, lentamente, Ricky, comenzó a arrimar sus labios a los del castaño.

-Ricky no sigas- volvió a advertir Joel viendo la boca del moreno cada vez más próxima a la suya.

-Solo un beso, solo te pido un simple beso, Joel- rogó el otro.

-Ricky, no…por favor, no me hagas esto, por favor-

Nada.

El pelinegro no se detenia en su intento llegando a rozar labios contra labios.

Holly, atónita, les miraba sin pestañear además de boquiabierta.

-¡¡Ooo Dios, no os hacéis una idea de lo cachonda que me estáis poniendo los dos!!- exclamó sin poder dejar de mirarles.

Y es que todo hay que decirlo, Holly era fanática de ver a dos hombres en actitud más que cariñosa.

-Por favor Joel- imploró el moreno con su boca a escasos centímetros de la suya -Un beso-

-Ricky, no…no me…gus-gustas y…- seguía poniendo trabas el castaño notando el aliento de su amigo contra el suyo.

-¡¡Joder Joel, deja que te dé un jodido beso!!- exclamó Holly, ansiosa por ver, en vivo y en directo, un morreo entre dos chicos y que, encima, eran amigos suyos -¡¡No te va a pasar nada!!-

Tragando saliva, Joel contestó:

-Es-está bien…pero solo uno-

A Ricky le brillaron los ojos.

-Claro, claro, lo-lo que tú digas-

No pensaba desperdiciar tal oportunidad y si solo podía darle uno, pues se conformaría.

A punto de tocarse sus bocas, alguien empujó al latino hacia un lado apartándolo del castaño.

Joel, abrió los ojos rápidamente pudiendo ver qué estaba pasando.

Sus dos amigos, alejados unos cuantos pasos de él, eran acorralados por dos tipos poco más mayores que ellos.

-¿¿Qué demonios…-

No le dio lugar a terminar la pregunta pues unos brazos fuertes y bastante masculinos que le hicieron recordar a cierto azabache, lo atraparon por la cintura.

Joel miró al desconocido que le había apresado.

Era un hombre no muy agraciado y que le sonreía con perfidia.

-Vaya, vaya, y yo que pensaba que no encontraría a un bomboncito esta noche- rezongó el tipo.

Joel, sin achantarse, empezó a removerse entre las manos del extraño con la idea de liberarse pero aquel hombre lo agarraba con firmeza.

-Suéltame ahora mismo desgraciado- exigió Joel forcejeando.

-O no, llevo un calentón de dos pares de cojones…-

El desconocido logró apresarlo mejor entre sus brazos y se lo apretó contra su cuerpo, lo cual hizo a Joel empujarle por el pecho para alejárselo, sin conseguir nada.

-…y tú eres una preciosidad, ricura- rezumó el tipo.

-Anda y que te la pique un pollo, cabronazo- escupió el castaño forcejeando y evitando que pudiera arrimar su rostro al suyo…

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