"La sentiras muy caliente, es mi alma navegando a tu corazón".

AURORA

No se porque no puedo rechazarlos, debería no haberle abierto la puerta a Edan, pero aquí estoy no solo aceptandolo sino besándolo, porque me estaba matando tenerlos lejos, que aunque seamos todos vecinos no volví a verlos.

Edan profundiza más el beso, lo convierte en más desesperado, más pasional, tanto que me hace marear del deseo.

Me levanta como si no pesara nada y se encamina a mi habitación como si conociese la casa, tal vez los tres apartamentos tengan la misma estructura, me gustaría ver cómo viven, si ellos cocinan o tienen a alguien para que lo haga.

Me lanza en la cama dedicándome una sonrisa de los más pecaminosa, este pelirrojo solo tiene cara de inocente, pero para nada lo es.

El empieza a quitarse la ropa lentamente, provocándome, haciendo que lo desee más, es imposible para mi despegar mi vista.

Lo primero que me enseña es su fuerte pecho y abdomen marcado como una tableta de chocolate blanco, decora