Al llegar a la mansión, Matthew corre de forma desesperada hacia la habitación en donde había dejado encerrada a aquella joven…le tomó más tiempo el haber aniquilado a toda la familia de su padre y a su padre, así que espera que la joven aún esté allá, pero al llegar abre la puerta y encuentra la cama desordenada, la ventana abierta y un maletín de enfermera en el suelo…

-¿Dónde…dónde estás?

Matthew busca desesperado por todo el lugar, aquel lugar que aún tiene el dulce perfume a genciana de aquella niña, pero no la encuentra, solo encuentra una cinta verde que era con la que aquella dulce niña llevaba atado su cabello, y una clara mancha de sangre en las blancas mantas, la prueba inequívoca de que él había tomado a una virgen…

-¡¿Dónde demonios estás?!, no…no te puedes haber ido, tú…tú tienes que casarte conmigo, tienes que ser dueña de todo lo mío, tienes que conocer a mi madre…ella está por morir, ella tiene que darnos su bendición ¡¿Dónde estás?!

Y así Matthew empieza a buscar