AVA Todo mi ser se sentia furioso, aunque Diego ya me había dicho cómo ocurrieron las cosas, me sentía traicionada. Ya me habia duchado, y solo quería dormir. Diego entró como torbellino a la recámara y se metió directamente a la ducha sin decir nada. Después de un rato, salió con una toalla sujeta a su cintura, lo miré, se veia tan bien con el cabello húmedo, inconscientemente mordi mi labio inferior, lo deseaba a pesar de mi enfado y él se dio cuenta. - ¿Te gusta lo que ves? - La verdad es que sí.- paseé mi mirada por su cuerpo, sentía la necesidad de estar con él, un deseo ardiente revoloteando dentro de mi, últimamente era así, su olor, su voz, todo activaba las ganas de tenerlo y de que me hiciera suya. Vino hasta mí, me miró y acarició mi rostro, me giré en la cama, sacando mis piernas de la sábana, atrayéndolo, metiendolo entre mis piernas, me sentia furiosa, celosa y solo queria una cosa. -Tómame ahora o me enfadaré más contigo. Me empujó contra la cama, iba
DIEGO Sali abatido de la casa, cerré la puerta y me deslicé hasta el piso, recargado en la pared, los ultimos rastros de alcohol se habian evaporado por la confesión que hice a Ava. No podia creer que habia caído en eso, ¿Cómo era posible que habia traicionado a la mujer que amaba con todo mi ser? Cuando llegué al bar esa noche, solo bebí un par de copas antes de ver a Aurora, supongo que se notaba lo frustrado que estaba, me llevaron otra copa, pero tenia un gusto extraño, después sentí mucho calor recorrer mi cuerpo, la falta de sexo me tenía al borde, después ella se acercó, cubrio mi boca con la suya y no pude contenerme, no la detuve, estaba aturdido, no pensé claramente mientras me llevaba a una habitación atrás del bar, y sin pensarlo, tuve sexo con ella, lo recordaba bien, y también recordé ponerme un maldito preservativo, solo que ella pareció no notarlo. Cuando terminé me di cuenta lo que acababa de hacer, estaba perdido, me vestí rápido y Aurora estaba sonriente.
AVA En el momento en que Diego salio de la casa, dejé escapar todo mi dolor, hasta que sentí que ya no tenia nada, y en ese momento tomé una decisión, guardé mis cosas en una maleta y reservé un vuelo a California, tenía suficiente dinero para poder irme, y dejar todo esto atrás, a pesar de amar a Diego con todas mis fuerzas, senti que ya no podia más. Dos horas después ya estaba en un vuelo, Pablo me habia llevado al aeropuerto y rogaba porque no se lo dijera a Diego en las próximas horas, le dije que tenia una emergencia familiar y al parecer lo habia creido. Las horas de vuelo me pasaron factura, estaba demasiado cansada para seguir hasta Lakeport y me quedé en un hotel a descansar en San Francisco, no le habia avisado a mis padres, con la salud deteriorada de papá, no crei conveniente que me viera tan afectada, asi solo le dije a Susan. Diego no dejaba de llamarme y me dejaba continuamente mensajes de voz, los escuchaba y los borraba, hasta que simplemente los ignoré, no
DIEGO Me dejó besarla, no sabia que pensar, asi que solo disfruté el momento, sentir sus labios, saborear su boca, la besé todo lo que pude, hasta que nos faltó el aliento. Apoyé mi frente en la suya y cerré los ojos. - Perdóname mi amor, cada dia que vivo sin ti es una tortura, y no me alcanzará la vida para decirte que lo siento y que te amo. - Vete por favor, quiero descansar. Asentí. - Mañana te darán el alta, y quiero que vengas conmigo, tengo una casa aquí, quiero ayudarte hasta que te recuperes. - No, ya tengo todo con Susan, y ella me ayudará. - ¿Porque eres tan obstinada? estarás más cómoda, hay suficiente espacio para tí y para mi hija, y no tienes porque molestar a Susan, y cuando me vaya, la casa será tuya. Dejó escapar un suspiro. - No necesito. . . - Es un hecho Ava, solo falta que vivas ahí y es tuya. - Bien - rodó los ojos- iré, pero solo mientras me recupero, no quiero que me des nada. - No puedo creerlo, te ofrezco algo importante y simplem
DIEGO ¡Por fin llegamos al dia de la inauguración!, estaria a cargo de la empresa por ahora, y habia mucho que hacer, con cientos de empleados por supervisar, era una tarea enorme, y todo debia funcionar a la perfección, pero estaba confiado porque sabia que habia aprendido del mejor y que podria hacer un buen trabajo. Mi padre habia venido como apoyo moral, estaba muy contento y yo, al contrario, me sentia sumamente nervioso. - Sabes que hacer, pero si necesitas algo, puedes llamarme, y me alegra mucho que hayas arreglado las cosas con tu mujer. - También yo - hice una pausa- no volveré a España papá, quiero que mi matrimonio funcione, y si debo quedarme entonces, eso haré. - Lo supuse, pero, no te olvides de nosotros, o tu madre vendrá a verte todas las veces que pueda. - Eso no me molestaría. Puso su brazo sobre mis hombros, habia salido todo bien ese primer día, y me sentí satisfecho. Llegué a casa agotado, solo quería descansar, pero mi pequeña hija no iba a pe
AVA Mi mañana fue caótica, entre la bebé y el niño grande, sentía que no podría con todo, Diego se fue al trabajo y sabía que no lo veria hasta más tarde. Un rato después alguien tocó a la puerta, era extraño porque en el departamento habia seguridad y debian avisarme si tenía alguna visita. Abrí y ante mi estaba una mujer no muy mayor, como de unos 40 años, con gesto amable, que me sonrió. - Hola, mmm supongo que su esposo no le comentó nada sobre mí, soy Sara, el señor Ferrer me contrató para que la ayudé con las cosas de su casa, me dijo que son padres primerizos y que necesitaba ayuda. - Disculpe, pero, no sé nada al respecto, necesito. . . - el teléfono interrumpió mi conversación y me aparté para contestar. -**Supongo que ya llego Sara, no te enfades conmigo, solo. . . habla con ella, te ayudará. - No debes hacer estas cosas sin avisarme, además, no se si es seguro. - Es seguro, ademas los chicos de vigilancia estan advertidos. - Bien, pero tu y yo hablaremos
AVA Adoraba a Samantha, siempre me habia parecido una mujer tan talentosa y era muy cariñosa conmigo, el día que llegamos a España me dio un largo y cálido abrazo, parecía como si no nos hubieramos visto en años y hablamos durante un largo rato. Marie corría de un lado a otro por el enorme patio, mientras acomodabamos todo para comer en una larga mesa, nosotras cocinamos todo, mi suegra y yo, con su ayudante, Camila y mi madre, que también nos habia acompañado al viaje. Observé a mi padre charlando animado con el señor Ferrer. Mario y Diego intercambiaban puntos de vista, acerca del mejor manejo de la empresa, Marie pasó junto a su padre, y él la levantó en sus brazos sonriendo. - ¡Está todo listo!- proclamó Samantha. Este era uno de mis momentos favoritos, sentados a la mesa, todos juntos, porque siempre pesó en mi el hecho de ser hija única, pero ahora me emocionaba ser parte de esta familia. Despues de un rato, la abuela Cecilia llegó acompañada de Valentina, la pro
DIEGO ¡Habia sido padre de nuevo! tenia a un hermoso niño en mis brazos, al que llamamos Nícolas, Ava se habia enterado dos meses después de que mi hermano se casara, la predicción de mi padre se habia vuelto realidad, porque al parecer lo habiamos concebido el día de la boda Hicimos una video llamada con mis padres el dia que nació, ya que no podrian venir porque estaban de vacaciones en Italia, y a pesar su insistencia, les dijimos que continuarán su viaje y unas semanas después irian a conocer a nuestro hijo. Mario y Valentina se encontraban muy embarazados de su primer hijo, asi que solo nos llamaron para felicitarnos. Mis obligaciones con la empresa habian aumentado con el crecimiento de la misma, pero siempre hallaba la forma de estar con mi mujer y mis hijos. Además mis suegros nos visitaban constantemente, lo cual les agradecía, porque después de todo lo que habia pasado al inicio de nuestro matrimonio, parecía que por fin nos llevabamos bien. *** Ava estaba mole