112. Una confesión sorprendente

Sarah

La rabia hervía dentro de mí mientras me dirigía al escondite de Mason. Él estaba sentado en un elegante sillón, con la mirada fija en las llamas de la chimenea, mientras yo me acercaba.

"Mason", llamé su nombre, mi voz cortante resonando por las paredes de la sala oscura.

Levantó los ojos hacia mí, su mirada fría penetrando en mi alma. "¿Qué pasa, Sarah?" Su voz era un susurro gélido, cargado de desdén.

"Tenemos un problema", comencé, manteniendo mi expresión controlada. "Perdí al prisionero".

Un brillo peligroso iluminó los ojos de Mason, y pude ver la chispa de furia arder dentro de él. "¿Cómo?" Se levantó y vino hacia mí.

"Todo fue culpa de esa maldita loba", gruñí, sintiendo la frustración crecer dentro de mí. "Siempre está interfiriendo en nuestros planes. No cayó en mi trampa".

Mason cerró su mano alrededor de mi garganta, apretando con fuerza, con la mandíbula tensa de rabia. "Zayn era un prisionero valioso. ¿Cómo pudiste ser tan ingenua?" Me acercó más a él, ardiendo en
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