Buen día Disfruten el capítulo de hoy.
Horas más tarde de salir del apartamento de Celeste, el avión privado que llevaba a Pietro estaba aterrizando en el aeropuerto en los Alpes Suizos, el hombre manejaba hacia Appenzell, mientras lo hacía, decidió marcar al médico que estaba llevando el tratamiento de Alessia.- Dr. Stephannoni, necesito verlo, al parecer mi esposa está recuperando la movilidad. ¿Puede alcanzarme en casa?- Sr. Pellegrini, eso suena a excelentes noticias, ¡muchas felicidades! Estaré ahí en una hora.- ¡Gracias!Pietro solo había pasado a la mansión por una pequeña maleta con ropa, le había explicado a Teodore que saldría a cerrar un trato, encargo a Enzo con él y antes de salir paso por la habitación de Enzo, en ella había palomitas regadas, sus dos chicos estaban profundamente dormidos.- Es increíble que sean padre e hijo ¿Verdad? - Dijo Teodore viendo a los dos dormidos.- Si… ¡Increíble el tiempo que ha pasado! Aún recuerdo cuando conocí a Aldo, ahora es todo un hombre de negocios.- Lo trae en los ge
Pietro se levantó de aquella cama, dejando sola y congelada a Alessia, las imágenes vistas, hablaban por sí solas, de todas las personas que podrían haber cobrado venganza por sus acciones, había caído en las peores manos. Ese lado de Pietro, jamás lo hubiese imaginado, el hombre que ella creía conocer fue aquel jovencito de 16 años que era amigable y cálido, el cual tenía como único defecto fue haberla visto con Gabriele.Ella intentaba ver más allá de lo que tenía frente a él, pero no, el Pietro que ella conoció, ya no estaba ahí, este hombre era su verdugo, era su peor pesadilla, sabía que la tenía en sus malditas manos y no dudaría en recordárselo.- Señora Pellegrini, ¡Me da gusto verla despierta! Las últimas veces que he venido, había estado dormida, veamos qué es lo que sucede, voy a tocarla ¿De acuerdo? - Dijo el médico al comenzar a revisarla.Ella permaneció callada, quería saber si se recuperaría, aún mantenía la esperanza, si había podido mover los dedos y su muñeca, podría
--- Florencia, Italia (Poco más de 12 años atrás) ---Pietro estaba recostado en el diván de su estudio, cerraba los ojos e intentaba imaginar a la mujer de la fotografía, su sonrisa era hermosa, esos ojos color avellana, se preguntaba ¿Cómo estaría? ¿Qué sería de su hija? ¿Qué haría ahora que las volviera a ver? ¿Cómo podría explicarle que no estaba muerto? ¿Cómo podría explicar que no la recordaba?- ¿Pietro? - Se escuchó una voz fuera del estudio.- Si… Respondió el hombre abriendo aquellos ojos oscuros.- El avión aguarda, ya podemos irnos, ¿Estás listo? - Preguntó Teodore con un poco de duda.La puerta del estudio se abrió, Pietro salió caminando con apoyo de su bastón.- Estoy listo… Han sido muchos años sin ella, pero que es lo peor que puede pasar, solo es cuestión de hablar, explicarle lo que sucedió y lo que me sucede ahora.- Vamos… Estando en México ya veremos qué pasa. – Dijo Teodore al hombre que tenía frente a él.- Suena tan fácil, ¿Verdad?- ¡Es fácil!Pietro tan pront
Pietro estaba recostado en la habitación de invitados, seguía esperando a que el cansancio lo venciera e hiciera quedar dormido, mientras ello sucedía, recordó aquel primer doloroso recuerdo de su nueva vida. Guadalupe y Paloma jugando en el parque, su hija casi tenía 8 años, tenía mucha energía, subía, bajaba, se columpiaba, recordó cómo se sintió cuando supo que su mejor amigo se había casado con quien hubiera sido su esposa.A pesar de no tener recuerdos, el solo hecho de pensar en aquella penosa situación, le había dolido, pero no podía culparlos, ellos habían seguido con sus vidas, para ellos, en ese tiempo, él estaba muerto.Bien pudo un día tocar a la puerta y decir “Estoy vivo” Pero ¿Qué ganaría con ello? Tal vez recuperaría a su mujer e hija, pero seguramente el sentimiento que tenían antes de morir, al menos de Guadalupe, ya no sería el mismo y Paloma, ni se dijera, ella no tendría ningún recuerdo de él, para ella su padre era Marco, las cosas no hubieran resultado fáciles, n
Pietro regresó tan pronto como Elijah estuvo de vuelta en casa, el camino de regreso se le hizo eterno, ansiaba ver a su familia; pero, sobre todo, ver a Celeste, durante su estancia en Suiza, ella no se había comunicado con él. El hombre entendía que ella no había aceptado su propuesta, aun así, ansiaba verla, el hecho que ella no aceptara su propuesta le había agradado, eso mostraba que no era cualquier mujer, tenía su carácter a pesar de ser una mujer dulce. Al llegar a casa, con el primero que se encontró fue con su nieto, quien al ver su auto entrar por el portón, detuvo su juego con chéster y espero tranquilamente sentado en las escaleras para acceder a la casa. Una vez estacionado el auto frente a esta, el chofer fue a abrirle la puerta. — Señor Pellegrini, me hubiera avisado para ir a recogerlo. — No te preocupes David, me gusta conducir, por favor, prepara mi camioneta, voy a salir en breve. — ¡Si señor! — ¡ABUELO! ¡LLEGASTE! ¡LLEGASTE! – Dijo Enzo dando brinquitos
Luego de una larga charla, Pietro salió del estudio un poco más tranquilo, quería tomar un baño y salir a ver a Celeste. Él se encontraba ansioso por verla, así que para no llevarse una sorpresa de ir hasta su casa y no encontrarla, decidió llamarla. — ¡Hola! — ¿Celeste? — ¿Sí? — Soy Pietro… — Eso ya lo sé, agregaste tu número a mi móvil, la última vez. — Acabo de llegar de viaje ¿Puedo ir a verte? Te llamé para ver si estabas disponible y no interrumpía algún plan. — Mmm… No, en realidad no. Spike y yo decidimos pasar un día en casa, así que si gustas venir aquí nos vemos. — Llego en 1 hora… — Dijo Pietro mirando su reloj. — Está bien, aquí nos vemos. — Respondió Celeste sintiendo una ligera punzada en su estómago. La facilidad con la que las cosas pasaban entre ella y él era lo que más le gustaba, no había complicaciones, no había dramas, solo una relación o intento de una, entre un hombre y una mujer que recién se habían conocido. Pietro se sentía como un adolescente que
Marco tenía una semana que había visto a Pietro, aún no podía quitarse esa extraña sensación de estar haciendo algo mal, pero él sabía que, si esa noticia llegaba a Valeria, no sería algo fácil de asimilar, sus bebes estaban cumpliendo 4 meses y aunque habían pasado la etapa complicada, no podía confiarse. — Valeria, mi vida, ¡Tranquila! Todo va a estar bien, ya verás, los pequeñitos estarán bien… Hemos seguido las indicaciones al pie de la letra, deja de mover la pierna que me pones más nervioso. — Dijo Marco al ver que su esposa estaba hecha un mar de nervios. — Marco, aún no salgo de mi asombro de saber que seremos padres y el tiempo sigue corriendo, los bebés ya tienen 4 meses, ¿puedes creerlo? – Dijo Valeria acariciando su pancita, que de un momento a otro ya era bastante notoria al ser dos pequeños. — Señor y señora Barzinni, por favor, pasen por aquí. — Dijo la Dra. Berlusconi. — Veamos cómo van estos pequeñitos. Valeria subió a la camilla con ayuda de Marco, descubrió su ya
Era martes por la tarde, Paloma había ido al colegio de Gio, le había acompañado en la prueba de vestuario para la obra. Valeria no se había sentido muy bien ese día y pidió ayuda a su hija, luego de acompañarlo, el chofer llevaría a Gio a casa, ya que la hermana, aún tenía algunas cosas por hacer fuera, al salir del colegio vio uno de los cafés que le gustaban y decidió pasar por uno. Mientras tomaba un poco de aquel delicioso café americano con jarabe de avellanas, revisaba las fotos que le había tomado a Gio y Enzo, la chica sonreía al ver las caras y poses de ambos chiquillos. Pietro tuvo una reunión de negocios, aunque le molestaba vestir formal, en esta ocasión no tuvo opción, aquellos hombres con los que se reunió eran de la vieja escuela y exigió vestimenta para la ocasión. Una vez terminada la reunión, el plan era esperar a que Celeste saliera del colegio para llevarla a casa, el chofer ya había pasado por Enzo, así que, sin ningún problema, podría esperarla el tiempo que f