Estimadas lectoras y lectores Aquí les dejo un capítulo más de esta historia...
Mientras en Italia se iban desentrañando poco a poco los planes de Pietro, en las Maldivas, Paloma y Aldo junto a toda su pequeña familia llevaban una vida tranquila, cuando menos lo esperaban, el embarazo de Laura estaba a un mes de culminar.Paloma veía a su hermana y se preocupaba, solo pensaba en el momento en que fuera a llegar el bebé, el cual, por alguna extraña razón, Laura no había querido conocer el sexo, ella quería dejar hasta el final esta parte, quería que fuera sorpresa, algo que a Aldo ponía los nervios de punta.Aldo le gustaba tener todo bajo control y Laura disfrutaba de romper ese control, él en varias ocasiones le había pedido que preguntara qué iba a ser, y ella se negaba rotundamente.— “Va a ser sorpresa” Ya cuando nazca sabremos… — Siempre respondía Laura.La rutina nocturna de Paloma y Aldo seguía, era diaria, salían tan pronto, todos iban a la cama y regresaban antes de que el sol saliera.Esta noche, Paloma se encontraba recostada con la mitad de cuerpo sobr
Pietro estuvo unos días ingresado en el hospital, lo cual le dio oportunidad a Massimo para ver las diferentes facetas de su hermano, el daño que tenía era evidente.Teodore ya se encontraba de regreso en Italia, al ver a su compañero y amigo, sabía que era lo que tenía que hacer, aunque Pietro estuviera mal, no debía flaquear, era algo que puntualmente le había encargado su amigo y no podría fallar.Massimo no podía entender la renuencia de Teodore ante la operación, al menos, el hermano preocupado había logrado que la Dra. Serra también tomara el caso de Pietro. Para la mujer ya de edad avanzada, era la primera vez que le tocaba tratar a un paciente con el padecimiento de Pietro.Pietro, por el contrario, cuando le llegaban los momentos de lucidez, se preocupaba por el tiempo que llevaba en Italia, a Celeste le había dicho que iba a cerrar algunos negocios y regresaba; sin embargo, la realidad era otra.Una parte de él lo hacía quedarse, la parte que se perdía en los recuerdos con Gu
Mientras en Italia se comenzaban a desarrollar algunos eventos esperados y otros no tanto, en las Maldivas la vida transcurría tranquilamente. Algo era evidente, el embarazo de Laura estaba por llegar a término y en la isla, a pesar de tener servicio médico, si se presentaba alguna emergencia, las cosas se complicarían un poco, ya que para mejor atención médica tendrían que salir de ahí.Laura ya tenía 36 semanas y cada día luchaba para levantarse, su vientre hinchado hacía que no pudiera ver sus pies, Paolo y Maurizio siempre estaban al pendiente de su hermana, la cual cada día lucia más cansada.Emma, veía a la chiquilla y se imaginaba a Guadalupe, para ella, Guadalupe era una niña cuando trajo al mundo a Paloma, la misma que hoy día, claramente ya no era una niña y solo rogaba a dios que se estuviera protegiendo, ya que un embarazo en este momento sería un tanto delicado.Un día mientras Paloma y Laura salían a caminar, Emma un tanto preocupada hablo con Aldo…— Hijo… ¿Podemos plati
Aldo, después de ayudar a dar a luz a Laura y de hablarles a los servicios médicos, llamó a Massimo, quien, al ver la llamada de este, inmediatamente le contestó.— ¿Aldo?— Tío… solo quería que supieras que ¡Ya nació tu nieta!— ¿Es una niña?— ¡Sí! Es una preciosa niña, ahora Laura está descansando, pero tan pronto esté disponible, te comunicaré con ella, la pequeña Adele ya es una nueva Pellegrini.— ¡No, hijo! Ella no es una nueva, Pellegrini, ustedes son y serán los únicos, Pellegrini, ella es la nueva D’Angelo…— ¿Ya cambiaste tu apellido?— En eso estamos Aldo… ¡Gracias por avisarme! ¡Gracias por estar con tus primas y primos!— Sí… bueno… Usted sabe que no tiene de qué preocuparse. — dijo Aldo, comenzando a sentir una oleada de calor recorrer todo su cuerpo.— Gracias, hijo, felicita y abraza mucho a mi hija por mí, no sé por qué escogió el nombre de Adele, pero dile que es hermoso, cuando puedas, envíame una foto de mi nieta. ¡Vaya! ¡Ya soy abuelo! ¡No lo puedo creer!— Ya ver
Había pasado una semana desde que Laura había dado a luz, la pequeña Adele se veía tan despierta, los adultos se turnaban para cuidarla por la noche; sin embargo, Emma y Aldo eran los más expertos en cuidado de bebés. En la mente de Aldo pasaba el recuerdo de cuando se convirtió en padre de Enzo, todo había sido tan diferente, él estudiaba, trabajaba y cuidaba de un recién nacido y una esposa, su padre, a pesar de ser millonario, no se la dejaba fácil.Prácticamente en ese momento lo odiaba, le odiaba por no ayudarle, todo cambió hasta que Pietro un día habló con él y le dijo algo que hasta ahora entendía:— “¿Crees que soy cruel y estricto contigo? Espera a ver cómo es el mundo en verdad, si yo no estuviera aquí, ¿dónde estarían tú y Alma? ¿De qué vivirías? Hacer un hijo es fácil, criarlo no tanto, sé que nunca estuve contigo y no sé cómo hacerlo, pero ¿qué hubiera sucedido si no llegaba a tu vida?— Seguramente Alma y yo lo hubiéramos solucionado…— ¿Estás completamente seguro? ¡No l
Aldo no pudo cerrar los ojos después de que Paloma mencionara la frase “¡Nosotros también te amamos!”. Miraba y volvía a mirar a la mujer que estaba abrazando a Adele y no entendía a qué se refería con ello, no era tonto y lo único que se le ocurría era, era algo para lo que no sabía cómo reaccionar.Luego de dormir un buen rato, Paloma despertó y no vio a Aldo en su habitación, el hombre había salido a ver a Enzo. Gio, Enzo y Aldo jugaban en la sala cuando Paloma apareció.— ¿Qué hacen? – dijo Paloma sonriendo.— Intentamos derribar a papá, pero no se deja. —respondió Enzo mientras se aventaba a toda velocidad sobre su padre en el sillón.No cabía la menor duda que el tiempo en las maldivas había ayudado a mejorar la relación de padre e hijo entre Enzo y Aldo, incluso Aldo se notaba más relajado y aunque desde casa continuaba dirigiendo varios negocios y revisando pendientes que Teodore le solicitaba, la vida le resultaba más tranquila, se daba sus escapadas para estar más tiempo con
Massimo había tenido que salir del hospital a revisar unos temas, ese espacio Pietro lo aprovecho para salir de ahí, llevaba casi 3 semanas sin ir a Eslovenia, no había podido comunicarse con Celeste y eso le estaba generando una gran preocupación.Para cuando Massimo quiso darse cuenta, su hermano ya estaba volando a casa, él quería gritarle, estaba realmente molesto por las actitudes tan infantiles de su hermano y sus malas decisiones, pero no podía hacer mucho, si se molestaba con él y peleaba, menos podría ayudarle.——— Casa de Pietro ———— Señor, ¿cómo está? La señorita Celeste ha estado tratando de localizarle, pero no habíamos podido tener éxito.— Boyko, yo estoy bien, un poco cansado, ¿cómo está, Celeste? ¿Dónde está?— La señorita está en su habitación, recién acaba de llegar de su terapia, va avanzando a pasos agigantados, tal como usted me lo encargó, suelo acompañarla a sus caminatas por la playa, pero debo de confesarle que la señorita ha preguntado mucho por usted.— ¡Lo
Massimo había estado los últimos días ocupado con Pietro en el hospital, la Dra. Serra fue notificada que el paciente había salido del país, ella le advirtió a Massimo que los momentos de confusión no cesarían, y, aunque el hombre no podía elegir por su hermano, si debían pensar en la manera de controlarle.Teodore al ver la magnitud de la situación, no tenía más opción que aceptar, Pietro debía ser internado y la operación también debía ser programada, su amigo y compañero de años no podía seguir así, se podía lastimar a sí mismo y lastimar a personas inocentes.La noticia de que Franco Amato había tomado el poder del Grupo Pellegrini tomó a Massimo desprevenido, de eso ya había pasado una semana, no sabía con exactitud qué era lo que había ocurrido; por lo que discretamente había pedido que investigaran sobre el tema.El único al que podía confiar esa tarea era en Matteo Ricci; sin embargo, el hombre aún seguía recuperándose de las fracturas y heridas que había provocado la golpiza q