Minutos después de que Federico recibió la llamada de Marcos, este hombre estaba tocando a la puerta de su casa. Federico abrió y al hacerlo encontró el rostro golpeado de su amigo y compañero y dijo:
— Marco ¿Qué te ha pasado? ¿Con quién te peleaste?
— ¿Puedo pasar?
— ¡Oh! ¡Cierto! ¡Pasa, pasa hijo! Cuando me llamaste no imagine que te encontraras en este lamentable estado.
— ¿Estoy muy mal?
— Bueno, no es algo que vaya a pasar desapercibido a los ojos de tu esposa…
— ¡Ay, Federico! Yo creo que ya no tengo esposa, creo que nunca la tuve…
— ¡Marco! No digas estupideces, tienes una mujer adorable y recuerda, está embarazada, tal vez ahora este irritable, pero es el embarazo, no todos los embarazos son iguales y desconozco, pero me imagino tener dos criaturas dentro no ha de ser nada fácil.
— No es el embarazo, es Pietro… Siempre ha sido él, siempre ha estado ahí, yo solo fui el placebo…
— Marco… ¡No digas tonterías! Llevas 15 años casado con Valeria, un matrimonio se forma a tr