Hola Espero les guste el capítulo de hoy.
--- Clinic Villa Stuart ---— Herr Pellegrini, después de la serie de estudios que realizamos, efectivamente se puede observar que el campo que teníamos estático ha comenzado a presentar movimiento, mírelo usted mismo, el estudio de este lado muestra cómo estaba este campo hace 20 años, luego este hace 10 años, aunque muy leve, así imperceptible, ahí está, un ligero movimiento, pero ahora vea el estudio de hoy, pareciera como si algo llego de golpe y lo activo, eso provoca los incesantes dolores de cabeza.— ¿Hay algo que pueda hacer para evitarlos?— Le puedo dar medicamento para el dolor de cabeza, pero no puedo asegurar que se elimine, puede disminuirse, pero esto seguirá sucediendo durante el proceso de recuperación de memoria.— ¿Cree que puedo salir? ¿Cree que puedo llevar una vida normal?— Herr Pellegrini, puede hacerlo, aunque de preferencia, lo ideal es que no salga solo, no sabemos en qué momento le podría dar un dolor como el descrito hace un momento.— No se preocupe, pedi
Pietro comenzó a caminar por el mismo pasillo por donde había llegado, rápidamente llego a la habitación de Celeste, ella aún no despertaba, pero al sentarse en el sofá aun lado de la cama donde la chica estaba, ella pudo sentir su mirada y poco a poco fue despertando.— Pi… Pietro, ¿A qué hora llegaste?— No tiene mucho, ¿cómo estás, cielo? ¿Cómo te sientes?— Bien, creo que bien… Dijo Celeste tratándose de acomodar.Pietro dejó el café en una mesita que estaba en la habitación, se acercó a la camilla y suavemente tomo el mentón de Celeste, para plantarle un cálido beso en los labios, una de sus manos jugueteaba con su cabello y mejilla, luego de ese tierno beso, coloca su frente a la misma altura que la frente de Celeste.— ¡Te extrañé todo el día! – Dijo Pietro teniendo el rostro de Celeste muy cerca del suyo.— Pietro…Luego, poco a poco fue alejándose y le dijo:— Celeste… Tus heridas van a tardar en sanar al menos medio año, tú vives muy lejos de aquí, no hay alguien de confianza
--- Marco Barzinni --- Marco se había congelado al ver a Pietro en el mismo hospital, era como si el destino forzosamente estuviera esmerándose para que Valeria y Pietro se encontraran. Él sabía que más pronto que tarde, ellos terminarían volviéndose a ver, la cuestión no era cuando, la cuestión era la reacción que tendría su esposa. Durante todo el tiempo que habían estado casados, su matrimonio no había tambaleado, hasta que llegaron a Italia, por un instante sintió que tambaleo cuando su esposa volvió a ver a Massimo; sin embargo, Valeria se encargó de disipar esas dudas, de ese preciso momento, él debía reconocer que sus chiquitos fueron fruto de esas aclaraciones. Ahora todo era diferente, si ambos se volvían a ver, desconocía principalmente cuál sería la reacción de su esposa. Ellos dos estaban muy enamorados, él la amaba con locura y ella le correspondía, no podía imaginar que sucedería una vez que se volvieran a ver, ya que ahora ella llevaba bastante tiempo casada, tenía
Pietro abrazó a Celeste y besos su frente, internamente aún tenía un conflicto, pero este debía disiparlo, él ya no podía regresar el tiempo a aquella época con Guadalupe, debía avanzar, tanto la vida de aquel viejo amor y la suya, tomaron caminos diferentes, el mismo lo decidió hace 12 años. No quería lastimar a su viejo amor, ni a su amigo, así que en ese tiempo se marchó y ahora, no había porque volver. Celeste, por su lado, sentía ese abrazo cálido y no podía más que sentir cómo su corazón latía rápidamente, ella jamás hubiera imaginado que su vida cambiaria en unos cuantos días. Ahora no sabía que le depararía el destino, pero estaba claro que no estaría sola, se sentía tranquila, era momento de dejar ir, era el momento de decir adiós a Adán, su único amor, era tiempo de avanzar, aunque siempre le llevaría en el corazón. Pietro soltó el abrazo y jalo una silla que estaba cerca de la amplia cama donde estaba Celeste, ella lo miraba con cariño y este, posaba una mano en la mejilla
Mientras Celeste dormía, Pietro recordaba una conversación que tuvo con Teodore cuando este ya iba recuperándose. El hombre le contó el pasado entre ellos, le contó que tipo de relación llevaban antes del accidente y, sobre todo, le contó a lo que se dedicaban mutuamente, ya teniéndole más confianza, le contó de donde provenía su dinero y como Pietro encajaba en su ecuación. Hoy día, Teodore y Pietro tenían una extraña, pero cómoda relación de padre – hijo, la diferencia de edad no era tanta, pero sí era marcada a la hora de tomar decisiones. Pietro claramente sabía que en muchas ocasiones su compañero, llego a pensar que había sido mala idea rescatarle, el hombre atravesó una época en donde era inútil para cualquier cosa. Teodore había sido muy paciente, eso hoy día se veía recompensado mediante una vida lujosa y cara, producto de la audacia y perspicacia del par, ellos mostraban dominio en sus actuales negocios, cada uno desempeñaba su papel haciendo crecer el dinero robado a Amato
Casi había pasado un par de meses desde que Laura se había cambiado al colegio Marymount, ella había comenzado a salir con Adrien, Massimo había solicitado hablar con el joven que pretendía a su hija. Por cuestiones del destino o pretextos, no se había podido dar la oportunidad, cuando Massimo podía, el joven estaba en clases extracurriculares, cuando el joven podía, Massimo estaba de viaje, el destino estaba confabulando para que no se conocieran. Laura era una chica ingenua y primeriza en cuestiones del amor, luego de que se destapara la verdad sobre su hermano Luciano, este no le había vuelto a contactar más. Aquello le había dolido a Laura, ya que independientemente de quien fuera su padre, para Laura, Luciano era su hermano y le amaba tanto como solo ella podría amarle, además, él era el único que desde niña le había mostrado un poco de empatía, mientras su madre y padre no la veían así. La ingenuidad de Laura era peligrosa, más con Leonardo ofreciéndola como futura esposa, aunq
Massimo sentía cómo una oleada de ira se expandía por todo su ser, de momento quería estrangular al tipejo, aquel, de momento quería gritar, Laura, su niña, su bebita, aquella niña que recién había aceptado como suya, ahora ya no era una niña, era una mujer y seguramente, llevaba dentro un nuevo ser. Por otro lado, Laura al cerrar la puerta del baño, sus ojos se le inundaron de lágrimas, sus manos temblaban, había sido tan tonta, ¿cómo podría creer que no quedaría embarazada? Eso claramente lo tenía que saber Adrien, pero su bolso, con el móvil, lo había dejado en la silla frente al doctor. Luego de sacar la prueba, tomo valor e hizo lo que el médico le indico, leyó las instrucciones que decía la caja y corroboro los resultados. — Laura, ¡Estás embarazada! – Dijo para sí misma, llevándose las manos a la boca y tirando la prueba al piso. Massimo y Fabritzio al escuchar ruido en el baño se acercaron, obviamente ya conocían la respuesta, Massimo toco a la puerta, dijo: — Laura, mi vid
— ¡Anda! ¡Vamos deja de verme así! Además, tú eres el que quería platicar, ¿qué es eso que te urgía platicar? ¿Qué te sucede? Massimo entendió que su hermano no quería tocar el tema de Guadalupe, al menos él tampoco le gustaría hablar con Pietro de ella, a pesar de los 20 años, a él aún le dolía lo que había hecho. Aunque ellos apenas estaban comenzando a llevar una relación de hermanos como no lo habían hecho en el pasado, no quería invadir su espacio o sus pensamientos, prefirió no preguntar más. — Laura… — ¿Qué le sucede a tu hija? Massimo apretó el agarre del volante, sus nudillos se pusieron blancos y Pietro pudo ver como la quijada de su hermano se apretó. — Laura está embarazada… Pietro inmediatamente lo volteo a ver con sorpresa, lo miro en silencio, no encontraba las palabras correctas, ya que su hermano se veía, estaba tratando de controlarse antes de explotar. — ¡Mira, ahí está el bar! Vamos por un trago, tanto tú como yo lo necesitamos. Massimo aparcó el auto y los