Salimos de la comida con la esperanza de que la noche terminara tranquila, estando cada uno en su casa arreglando los inconvenientes y así estaba menos preocupado por todo lo sucedido, metiéndome en la mente que debía ir por un celular. Sin embargo, no sucedió como se tenía planeado cuando un ladrón decidió robarme mi bolso, estando con Martin quien se colocó pálido porque no quería que culpara su compañía para tener la sal de tener doble robo, la ventaja es que no había comprado celular todavía, aunque se recuperó el bolso; nos encontrábamos en este momento los cinco en una cárcel, si señores cinco… El ladrón, Martin, Adrián, Sirena y yo causando una mezcla de sentimientos y escalofríos, más porque no nos querían soltar a pesar de que todos estábamos de acuerdo que solo existía un ladrón, por el simple hecho de haber hecho desorden en público.— ¿Estas bien? — Preguntó Martin donde asentí agradeciendo por su preocupación —, No me vayas a odiar, nunca te he querido causar esto — Afirm
Amaba estar con esta mujer, no tenía certeza de que sucedía en mi mente y mi corazón pero desde aquella vez, volver a verla solo pensaba en tenerla una y otra vez en mi interior, no solo a nivel sexual si no en general porque no era satisfacción sexual sino una conexión que ninguno podía explicar. Con su permiso, decidí empezar a darle suaves besos en el cuello mientras una de mis manos juguetonas se metía por su brasier y cogía su pecho para empezar a estimularlo con jalones suaves en su pezón escuchando sus pequeños gemidos aumentando mi excitación. Después de eso, me baje lentamente hasta su abdomen dejando un camino de besos mientras agarraba mi cabello, para enseguida coger ambos pechos y moverlos mientras terminaba el recorrido en dónde baje a dónde se encontraba el inicio de su tanga mordiendola para ir quitandola lentamente.— Pareces un perro de esa forma — Expresó llamando mi atención, dándose cuenta que la había embarrado —, Solo sigue y evitame, por favor — Susurro dónde n
No logre dormir en toda la noche, debido a que extrañaba su presencia a mi lado, queriéndolo en mi cama como nunca había querido algo en la vida; entendiendo que aquel hombre no solo se había metido en mi cuerpo, si no en mi alma y en mi corazón sintiendo cosas inexplicables por él. Al siguiente día, me coloque mi uniforme con la ilusión de poder verlo así fuera de lejos donde sabía que llegaría primero, por una reunión que tenía. Sin embargo, no fue así llegando dos horas tarde donde lo observaba de lejos, parecía la novia que estaba pendiente de todo, pero al fin de cuentas era su secretaria, así que sabía su horario al menos laboral. Entre a su oficina, donde me hizo ver estrellas en medio de sus roces especialmente cuando ingreso a mi interior con sus manos, pero su padre nos arruinó el bello momento donde sentía mi corazón a mil, porque estaba roja y despelucada esperando que no se diera cuenta o me despedían; especialmente por su comprometida.Me salí de la oficina, dejándolos s
No podía creer que mi padre había dañado un buen momento, sólo por hablarme de Sirena y la oficina. Estaba cansando de la misma conversación una y otra vez como si creyera que iba a faltar a mi palabra, donde no sería así estuviera enamorado de otra persona pensé mientras miraba hacia la ventana cerrada, queriendo abrirla para al menos admirar su belleza, pero mi padre carraspeó llamando nuevamente mi atención.— ¿Que te tiene tan pensativo? estoy empezando a pensar que escogí mal — Manifestó sin entender a qué se refiere —, Me refiero a la secretaria, te veo en otro mundo — Sentenció, donde negué con la cabeza porque no iba a permitir que la culparan, aunque fuera verdad.— Estoy pensativo por el matrimonio con Sirena, mi secretaria no tiene nada que ver — Justifique mirando hacia otro lado —, No sé si lo voy a hacer papá, porque al fin de cuentas es mi futuro el que está en juego — Sentencie mirando hacia un cuadro, sabía que no le gustaría mis palabras.— ¿De qué estás hablando? de
Después de que me dejó en la casa, no logré dormir en toda la noche pensando en el revuelto de sentimientos que tenía en este momento con Adrián y con Martin; al ser atrevido y haberme besado, pero me había gustado al fin de cuentas; siendo extraño toda esta situación. Al siguiente día madrugué para mi trabajo, pero después de ese día todo cambió, estábamos cada vez más distantes, menos compartimos y evidentemente no habían noches de pasión. Pedí permiso para el sábado no trabajar; ya que teníamos el cumpleaños de mi madre, dónde íbamos a celebrarlo con todas las de la ley. Estábamos preparando todos los preparativos, porque también era su día en convertirse en mujer loba de nuevo, dónde se volvió una tradición para todos perdiendo el miedo de ser juzgada o aislada por su propia familia. Hubo un tiempo, dónde Gabriel apareció con las mejores intenciones, pidiendo disculpas y terminando de explicarnos todo lo referente a su mundo de Alpha, Omega y Beta especialmente para mi madre dónd
Verla salir y después al rato entrar con una carta de renuncia alertó mi corazón porque lo que menos quería era que se alejara totalmente de mi lado. No sé la acepte, logrando que se quedará a mi lado así fuera en contra de su voluntad; decidí no ir a molestarla más dejando que terminara su jornada laboral sin problema. Miraba hacia la ventana, pensando si estaba tomando la mejor decisión o no porque sabía las consecuencias que se podrían tener, no quería perderla, pero tampoco quería que se sintiera como la otra porque definitivamente no merecía eso. — Padre está noche no iré a la reunión, tengo trabajo acumulado — Manifesté esperando que lo tomara a bien —, Hablaré con Sirena no te preocupes, así podrán hacerle el préstamo a la empresa —, Dije colgando la llamada, esperando que hoy le dieran de alta y cancelando la reunión finalmente. Me dirigía hacia la casa, cuando decidí desviarme yendo hacia un bar conocido dejando estacionado el vehículo por si de pronto me pasaba de copas no
Mi madre fue mi gran apoyo, dónde me estuvo consintiendo mientras me quedaba dormida en medio de las lágrimas; agradeciendo por ser parte de mi vida desde siempre sin abandonarme a pesar de no ser una hija biológica. Al siguiente día, me levanté siguiendo mi rutina diaria con la resignación de que debo ver a mi jefe desde lejos, porque no había vuelta atrás con nuestra decisión porque lo mejor era estar lejos. Así sucedió varios días, hasta que llegó el fin de semana donde descansaría y estaría lejos de su lado al menos unos días mientras decidía qué hacer eternamente con mi vida. — ¿Vamos a salir? — Pregunte hacia Angie quien me sonrió —, Mira que me siento estresada, aunque la que debería estar así eres tú — Manifesté refiriéndome al proceso de parto y nacimiento, siendo una etapa muy bella en la vida, aunque al mismo tiempo difícil porque era una vida la que estaba en medio, compartiendo y al lado de uno al menos mientras fuera menor de edad, dependiendo de los pilares y valores qu
Salimos con Samantha del hospital cuando nos manifestaron que todo se encontraba bien tanto con el bebé como con ella, nos montamos al vehículo prometiendo que no habría más alcohol en nuestra piel mientras nos dirigimos hacia su casa para dejarla; al llegar me invitó a entrar dónde no pude negarme y menos teniendo una parte de mi adentro suyo; porque sabía que ella no tenía necesidad de mentirme ni de meterme un bebe por hacerlo. Decidí que se acostara en la cama, mientras hacía el almuerzo preparando un rico sudado de pollo, porque sabía que era su favorito. Sabíamos que debíamos tener precaución, dónde no podría estar constante en el gimnasio como estaba acostumbrada; no solo eso si no tendría que estar relajada porque me preocupaba que la situación familiar que estaba pasando llegará a afectar la salud del bebé. Era extraña la situación, no me imaginaba ser padre tan pronto, menos de mi mejor amiga y menos por fuera de un matrimonio sólido, pero tampoco podía abandonarla no pedir