Cuando llegamos a Grecia nos esperaba un gran recibimiento en el aeropuerto, era claro que Adrian les había avisado en algún momento pero se sintió como volver a casa, los globos y mas flores se podían ver a la distancia, la primera en abrazarme fue Verónica quién tenía a mi ahijado en sus brazos.—Amiga, que felicidad verte de nuevo, te he extrañado tanto.—Y yo a ti amiga, hablamos a cada momento por teléfono pero no es lo mismo que verte en persona—, tomé al bebe en brazos para besar sus hermosas mejillas mientras lo mecía.—Esta vez estaremos juntas por siempre y podremos ver crecer a nuestros hijos juntas como siempre lo soñamos. En ese momento se acercó Elani que parecía no poder contenerse más, —hija estoy tan emocionada que estés aquí entre nosotros de nuevo con tu familia.—Yo también lo siento así, gracias por tantas muestras de cariño.—Por el contrario prepárate porque hasta la abuela regresó a visitarnos solo para verte y consentirte.—Ya me veo engordando muchísimo por
Después de varios días en casa todo fue tomando una rutina, me levantaba temprano para despedirlo antes del trabajo dormía un poco más y luego de cambiarme desayunaba en familia y después me sentaba a escribir una horas la novela, mi meta era terminar el libro antes que nacieran las bebés y parecía que podría lograrlo, por las tardes pasaba un poco de tiempo con Verónica y Aron y al final de la tarde recibimos a nuestros esposos y cenábamos todos juntos.Pero hoy teníamos un planificación diferente pues iríamos a la tan ansiada cita con la ginecólogo para saber el sexo de los bebes, así que al abrir los ojos encontré a Adrian observándome, —Buenos días, mi princesa, ¿Cómo te sientes?—Bien amor, imagino que estas despierto tan temprano aun cuando no vas al trabajo debido a que hoy es el gran día.—Estas en lo cierto, no solo quiero saber el sexo, sino que esta es la primera vez que podre verlos y escucharlos.—Te entiendo así me encontraba la primera vez que les fui a verme con el méd
Dora Pappas venía de padres educadores, era algo que se llevaba en la sangre y se había trasmitido por generaciones.Con mucho esfuerzo logro sacar una carrera y con el nivel con el que soñaba trabajar, que era con los niños pequeños, siempre considero que justo en esta etapa era el momento ideal para dar amor y corregir los problemas con los que solían lidiar las familias.Su otro sueño mas preciado era formar un hogar por eso cuando se enamoró y casó a los veinticinco años no quizo esperar para tener un hijo y se embarazo prácticamente enseguida, llena de ilusión vio que todo lo que deseaba y trabajaba duro se hacia realidad.Pero luego de unos meses perdió a su primer bebe, lamentablemente habían surgido complicaciones con el embarazo, esto marcaría el inicio de una serie de intentos fallidos de ser madre, dolor y tristeza que terminarían por causar el fracaso de su matrimonio y el distanciamiento con su propia familia.Tuvo que someterse a terapias y reclusiones voluntarias en hos
Me encontraba escribiendo el final de la novela cuando Adrian entró en la pequeña oficina que había preparado para mi, mientras mas lo observaba más me enamoraba Para mi era como un dios griego, fuerte y terriblemente sexi, muchos me decían que era debido al embarazo y que luego se me pasaría, pero la verdad ya me sentía así desde antes de estar embarazada. —Hola amada esposa, teniendo en cuenta que hoy es sábado y estoy libre solamente para ti, ¿Qué deseas hacer hoy?—Tener sexo.—Además de eso mi pequeña viciosilla.—Pues, me gustaría ir a la playa, eso sí después de hacer el amor.—Me parece un plan increíble—, dijo acercándose a donde me encontraba y la verdad era que mi deseo infinito por su cuerpo y que parecía no extinguirse eso si era producto del embarazo.Adrian se arrodilló frente a mí y comenzó a besarme con pasión mientras sus manos acariciaban mis pechos, mi prometido no solo era un hombre que sabía complacer sino que además me conocía lo suficiente para volverme loca.
Una vez nacieron las niñas las envolvieron en sus mantas y nos las entregaron para que las conociéramos, cada una tomó una en sus brazos, eran como gotas de agua y ahora tocaba decidir cual era cual, nos besamos y sin duda ese se convirtió en el momento más importante y feliz de mi vida, las niñas se encontraban sanas y tenían un peso saludable, yo estaba bien y con el amor de mi vida junto a mi.Después de darles un beso a las bebes se las llevaron para atenderlas y terminar de examinarlas, también le pidieron a Adrian que esperara afuera en ese momento, así que aprovechó para avisar a todos sus familiares sobre el nacimiento.Adrian no quería dejarme sola por mucho tiempo así que permaneció frente a la puerta hasta que le permitieron entrar de nuevo y se retiraron todos, se acercó a mí y me dio un beso en la frente, —¿Cómo te sientes amor?, eso fue increíble, acabas de tener dos niñas, eres una campeona.Me sentía agotada pero era lindo que el me reconociera lo difícil que era el tr
Habíamos decidido salir a cenar, queríamos celebrar que mi libro estaba después de mucho esfuerzo impreso y disponible para la venta al público, contábamos con la ayuda de la Dora quién además de ser una niñera excelente para hacerse cargo de las gemelas había estado conmigo durante todo el embarazo y que era una persona de total confianza, sin embargo, como toda madre primeriza no dejaba de tener sentimientos de culpa.Era la primera vez que tendríamos un momento a solas fuera de casa, conocer algún restaurante, visitar algún lugar maravillosos y así pasar el resto de la noche juntos, era una promesa que nos habíamos hecho de no dejar que el hacernos padres no hiciera perder el espacio para el romance, por lo que aunque me sentía con el corazón encogido le dimos un beso en la frente a nuestras princesas y nos dispusimos a salir, no tenía idea del apego tan fuerte que se crea entre una madre y sus bebés.Una vez en el auto Adrian que me había aprendido a entender en el auto me abrazó
Me había levantado con un mal presentimiento era más que una simple paranoia materna o que extrañaba a mis bebes era mucho más, pero tenía que calmarme para poder determinar qué ocurría.—Amor aquí tienes el teléfono, no te angusties, seguramente que todo está bien con las pequeñas. No hay nada de qué preocuparse pero entiendo, eres madre y ustedes necesitan saber todo los detalles de lo que hacen los hijos—, Adrian inicialmente piensa como es normal que quizá es qué simplemente las extraña pero ante la preocupación lo mejor es que se comunicara con Dora para que logre estar tranquila.Marco el número en su celular, se escuchan 3 repiques y aún ella no contesta, cuelgo la llamada y le comentó a Adrian, él piensa que posiblemente por la hora, la niñera deba estar durmiendo al igual que las gemelas. Quizás tiene razón, tal vez tuve una pesadilla que no recuerdo y que me dejó tan perturbada o solo era un sentimiento común en las madres.Nos acostamos de nuevo pero esta vez dejamos los ce
Una vez llega la policía comienzan a tomar los datos de lo ocurrido mientras otros inspeccionan el lugar, desesperada abrazo el peluche favorito de Helena, un pequeño conejo de color rosa con el que suele jugar, siento que me duelen los ojos de tanto llorar, el té que me suministraron no ha logrado calmarme, sin embargo, no deseo que me excluyan así que me abrazo a Adrian mientras el continúa respondiendo las preguntas del agente.—¿Tienen referencias de la señora que trabajaba para ustedes?—Yo guardé el papel que ella trajo el primer día —, intervine intentando que la culpa y desesperación no me invadieran e intentando ser útil.Sin embargo, un escalofrió recorrió mi cuerpo, pues si Dora era cómplice todo se pudo haber evitado, ¿Cómo pude meter en mi casa a una persona sin verificar sus referencias?, todo era mi culpa, me aferre a una persona equivocadamente, puse en riesgo a mis bebes, busque el papel, pero luego de entregarlo me quebré.—¿Dónde esta mi hija?, perdóname Dios si he