ESTE ES MI REGRESO. Algo fuerte pero sí. Lamento la demora cariños, estaba enferma con algo de neumonía, pero ya estoy mejor. ¡Disfruten!
FRANCOEleonor... ¿Con que comparar a Eleonor? No podía. Llevaba ya un mes con aquella rubia loca que lo hacía descontrolarse. Cantaba como una sirena y en la cama, se movía como una. Pero había algo más, el instinto de protegerla, de cuidarla. Y ahí estaba, con los ojos abiertos, mirándola mientras ella dormía abrazada a él. Le acarició la mejilla y sintió como se acurrucaba contra él y lo usaba de almohada. -Esta chaparra de 1,52 va a poner mi mundo de cabeza. -Sonrió, y es que Eleonor le había demostrado que podía con una relación, no le exigía detalles cariñosos, pero le escuchaba. ¿Cómo borrarse de la mente esa carita atenta mientras él le decía como había sido su infancia? ¿O como olvidar esa ocasión en donde le hizo unos ravioles extra deliciosos y luego literal puso chocolate sobre su cuerpo haciendo que le gustara el dulce? También paseaba con él en moto, veían películas juntos, se metían juntos a la tina y se quedaban ahí, como un par de niños jugando con las burbujas. ¿Qu
ELEONORLos meses pasaban felices para Franco y Eleonor. Las clases los mantenían ocupados pero aún así apartaban tiempo para ellos. Eleonor renunció a su disquera, sentía que la explotaban. Quería más. -Debería volver al rubio. -Vuelve al rubio, me gustas rubia. -Dijo Franco acercándola a él. -Me gustas completa. -Me encantas baby. -Sonrió dándole un beso. -Soy feliz contigo, como jamás lo he sido en la vida. -Igual yo. Quien me lo habría podido decir, malcriada. -Rió mordiéndole el labio. -Eleonor, quiero cogerte ahora. -¿Ahora?-Ahora. Princesa diabla, ahora. -Eleonor no se hizo de rogar, adoraba cuando aquel único hombre la dominaba en la cama, una canción, o tal vez unas treinta, nunca llevaba la cuenta, pero siempre empezaba con la misma. Puede que su linda ropa interior de encaje la pagara caro, pero lo disfrutaba. Él era más que un diablo, las cosas malas que hacían juntos eran únicas, lo sabía, puede que antes fueran malos con otras personas, pero entre ellos dos era esp
FRANCOSeis meses después que Eleonor se había ido conoció a una chica. Y ahora tenía seis meses saliendo con ella. Su nombre era Marcela y era alguien con quien podía ser él mismo. No podía decir que estaba enamorado pues su corazón latía el nombre de su princesa diabla, no el de otra mujer, sin embargo, él estaba dispuesto a ignorarle, de todas formas, ella seguía en París. Luego de pasar la noche con Marcela y su hijita de cuatro años en su casa, fue directo a ver a su manager, el padre de Eleonor. Al entrar en el estudio, el viejo solo estaba con su reproductor escuchando música. -Viejo, hay trabajo. -Escucho el album de Eleonor. -Dijo sin ocultarle nada, Franco ya lo sabía, su voz la reconocía. -Tiene talento. Quien sea el que sea su representante, ha sabido explotar su talento. ¿Quieres oír? Lo pensó, ¿Para qué? De igual forma lo oiría luego pues ella estaba ganando fama. -Si. Puede ponerlo. ¿Cómo se llama?-Extranjera. Le viene bien, pues seguro así se siente allá sola en
FRANCOHabía dormido condenadamente bien, para estar en un sofá. Sintió un cuerpo moverse sobre el suyo directo sobre su pelvis provocándole, y, al abrir bien los ojos, supo de que se trataba. O más bien, de quien. Eleonor. Balbuceando su nombre entre sueños, moviéndose y casi jadeando. -Mierda, tiene sueños húmedos conmigo. -Se alzó un poco sin quererla despertar cuando vio que había sido pésima idea. La falda de ella se deslizó arriba por sus muslos dejándole ver aquella ropa interior de encaje color rojo, supuso que era nueva, ni siquiera se la había llegado a ver antes. Su conciencia le pidió correr, pero el gemido leve de Eleonor activó su lado más primitivo. -Te voy a despertar. -Se acercó a su pecho y lo atrapó entre sus dientes mordiendo con fuerza para despertarla, su aullido lo hizo reír. -¡Eres un bruto! -Dijo Eleonor haciendo puchero y sobándose el pecho mientras seguía sentada sobre él. -¿Era necesario?-Levántate, tengo una erección y tú la provocaste dormida. -Dijo co
ELEONORSin luna de miel. Ella estaba embarazada de un mes apenas y Franco había vuelto a la acción que le gustaba, y, como ella no "necesitaba" guardaespaldas, a él lo habían mandado casi de inmediato a Argentina, se llamaban todos los días y, cuando tuvo el ultrasonido de la cita en la que Franco había estado fuera ese segundo mes de su embarazo, le envió la imagen por Whatsapp. Era raro ir al apartamento, ver todo tan lleno de ellos pero no verlo ahí, así que su rutina iba de: Levantarse las mañanas a las ocho. Llamar a Franco a las ocho y treinta. Desayunar a las nueve. Intentar no vomitar a las nueve y diez. Irse en el auto a una velocidad prudencial a clases a las nueve y treinta. No hacer desarreglos. Toma su medicina a las diez. Intentar no dormirse a las once. Almuerzo a las once y treinta. Pastillas a las doce otra vez y luego a casa. No quería excederse en su condición. Luego al llegar a su hogar, veía televisión hasta las tres, practicaba yoga de tres a cinco. Luego se h
Si, vivían felices, felices...Por un breve instante hubo paz en la casa de los Aguirre Lancaster. Eleonor y Franco tuvieron un niño, un varón al que nombraron Liam Alexander, ese segundo nombre en honor a su padrino, el hermano de Franco, Alex.Todo iba perfectamente, Eleonor se tomaba un descanso de la música para cuidar al pequeño Liam, si, no había tenido aún su luna de miel, pero ¿Realmente importaba? Tenía todo lo que necesitaba y quería.Pero ese no es el cuento de hoy.Es un breve instante llamado "La calma antes de la tormenta"Liam tenía 8 meses. Era muy pegado a su padre, de hecho, físicamente se le parecía. Ojitos claros, cabello castaño, pero la nariz, y el color de piel blancuzca de mejillas y labios sonrosados eran de Eleonor.-Hombrecito guapo. 😍 -Franco cargaba a su niño y lo veía dar balbuceos, movía sus manitos, sus piernitas y sonreía. -Algún día cuando seas mayor vas a ser todo un galán, te cogerás a cuantas quieras porque nadie se te va a negar. No con ese porte
Primero hagamos un resumen. Por que ¡Ufff! Ahora es que el tiempo pasó. Este par fue de idas y venidas, reclamos, sexo, celos y amor. Con cada paso se hicieron más solidos en su relación. Con Liam teniendo dos años, Eleonor se quitó el chip y con Franco acordó embarazarse de nuevo. (Como era de esperarse el sexo no faltó) Su segundo bebé fue una niña, una pequeña a la que nombraron Uma Nahiara. La consentida de su papá que le sacó el lado más tierno a Franco en público. Sus ojos, al igual que Liam, eran como los de él, así que no podía evitar sentirse enamorado de su propia hija. -Es la niña más hermosa del mundo. -Las mías eran igual de hermosas cuando eran bebés, ahora ¿Me dejas cargar a mi nieta? -Liam por fin terminó por lograr quitarle a la niña al sobreprotector padre. ***¿Es este el final? Si. Definitivo, pero les encantará el ¡BANG!, explotará en la cara. ¿Listos?, pasen por un trago de tequila porque esto va a dolerles. Eleonor seguía cantando. Era toda una artista, Le
FRANCOCamino al café de Andy, Franco, al bajar de su camioneta se topó con una chica al chocar con ella. -Perdóname. -No hay problema. Yo venía distraída. -La chica se lo quedó mirando y sonrió. -Yo sé quien eres, tú eres Franco, el cantante. -Si. -Dijo un tanto nervioso. -Perdón pero no...-Si lo sé, yo no soy famosa, solo fanática de tu música. -Sonrió. -Yo soy Arah, una vez firmaste uno de los discos, es mi mayor tesoro. -Que linda. -Sonrió. -Me alegra que te guste entonces mi música. -Veo que tienes prisa. Así que te dejo ir... Fue genial poder verte en persona. Es un sueño hecho realidad. -Como eres mi fan, te invito luego a comer. -Sonrió y le tendió una tarjeta con su número confiando en la sonrisa inocente de ella. -Solo no se lo des a todo el mundo. -Lo prometo. -Siguió su camino y la vio sonreír emocionada abrazando aquel trozo de cartón. Caminó al café y entró, Eleonor no había llegado. Fue a una mesa y esperó, seguro no tardaba. Se hacía ideas de que quería ella, to