Mi grito causo que mi madre viniera hacia mí preocupada, cosa que me extraño ¿Amber preocupada por mí? Eso me conmovió.

Mis lágrimas salían sin cesar de mis pupilas, en este momento mis ojos estaban que ardían de lo rojo que estaban.

Amber me recogió del suelo y me coloco en el sofá.

—¿Cuéntame? ¿Qué es lo que sucede? —me preguntó y el recuerdo de aquel día en el cafetín vino a mí. Ese día también me encontraba en un cataclismo y ella me salvó, esa noche tomamos café, conversamos sobre nosotras y de mi padre, recuerdo que también en una servilleta me coloco la dirección donde vive actualmente mi padre ¡Joder! Ahora que recuerdo ¿Que hice con ese papel?

Me encontraba perdida en mis recuerdos hasta que ella despejó su voz y reaccione parpadeando dos veces.—¡Mierda! Suceden muchas cosas y ciento que ya no puedo más, he deseado morir, y no sé si eso esté bien—mi voz se quebró ante esa confesión. Amber me recostó de su hombro. —¿Morir Zoe? Nunca te había escuchado expresarte así—me alejó