Micaila enarca una ceja mientras se acomoda la abundante y rojiza cabellera dejando a la vista su nuca, Jared sonríe ligeramente al notar que su hija aún no estaba marcada, el lazo no se había materializado aún tenía oportunidad de recuperar aquello que Lina daba por perdido
-¿te acuerdas? siempre conversamos durante largas horas en mi estudio-dice con un tono más emotivo apelando a su memoria
-sí lo recuerdo- reconoce ella con algo de tristeza y melancolía que se refleja en su voz
-estar aquí contigo me recuerda a los viejos tiempos, aunque en esta ocasión nos encontramos en la biblioteca y no en mi estudio ¿no te da curiosidad? o ¿solo ignoras la realidad como otras veces?
-Liam me dijo que tenías algo decirme, supongo que esa sea la razón por la que estamos reunidos aquí ¿no?-
-tan directa como siempre- respond
Micaila abre los ojos acostumbrándose a la luz y no solo a eso sino también a un mundo completamente desconocido, el Antiguo Imperio en todo su esplendor sin embargo algo no estaba bien, extrañamente si alguien le pidiera describir su situación actual se aventuraría a decir que gris con pespuntes negros. A los pocos minutos de llegar al extraño lugar comenzó a sentir un hormigueo en todo el cuerpo, acompañado de arcadas-¿será que…?- pensó incrédula para sus adentros hasta que los síntomas fueron demasiado evidentes como para negarlo-¡Jared maldito idiota! ¿Acaso eres mi padre? grita a todo pulmón con las pocas fuerzas que le quedaban para luego dejarse caer al suelo con la vista fija en el cielo, un diáfano cielo que no se había visto en más de 1000 años, en efecto había viajado al pasado.****
Una vez consciente la pequeña comienza a mirar a su alrededor asustada, y es que desde la noche anterior ya había perdido toda esperanza de encontrar a su manada, abandonándose a su suerte a la orilla del rio y sin tener las fuerzas suficientes para moverse, durante sus últimos momentos de conciencia se había preparado para morir así que era de esperase que estuviera algo confundida -¿despertaste?- dice Micaila inquieta mientras comprueba nuevamente temperaturaA pesar de la preocupación que había demostrado la bruja, la cachorra solo se limita a mirarla aterrada, ahora que sentía una gran mejoría estaba esperando el momento justo para escaparse una vez más. Apenas Micaila se voltea, la pequeña no lo piensa dos veces antes de levantarse y tratar de salir corriendo pero las piernas no le responden con la rapidez que ella quisiera, no había avanzado
Las labores de búsqueda se tornaban cada vez más difíciles y peligrosas. No eran pocos los cachorros que desaparecían a diario, sobre todo en las manadas pequeñas, pero ahora dicho fenómeno también estaba empezando a afectar a las grandes, como era el caso de la manada de fuego. Olfeo, Alfa de dicha manada siempre se caracterizó por ser sumamente responsable con cada uno de los suyos y en consecuencia había organizado varios grupos de soldados dedicados solamente a la búsqueda y rescate de los cachorros desaparecidos.Pero conforme trascurrían los días, la situación se tornaba cada vez más difícil, tal pareciera que los culpables con cada movimiento planeado o trampa que les tendía se movían dos pasos por delante de él. Tal vez ya iba siendo hora de llevar la situación a un análisis más serio sometiéndolo a la consider
Micaila tomo una bocanada de aire mientras se acariciaba el cuello agradeciendo que aun estuviera en su debido lugar e intacto. Dos lágrimas silenciosas se deslizaron por sus mejillas causando que desviara la mirada hacia un lado en un inútil intento por ocultar la frustración que sentía. Estaba hasta el cuello de aquel maldito lugar y aquello era solo el principio, tan solo bastaron par de minutos para que la invadiera un sentimiento de impotencia e ineptitud, ahora mismo deseaba romper a llorar y no era para menos, estaba atada de pies y manos a merced de completos desconocidos y para colmo de males el agradecimiento no formaba parte de la cortesía local, sin duda este momento constaría como uno de los peores en su vida. Jamás, ni en su sueño más loco habría imaginado que estaría en una situación tan descabellada y discutir con un Alfa hecho y derecho de semejante calibre como era el caso de Olfeo no constaba entre las opciones que condujeran a la supervivencia. Bajo estricta sup
Luego de ver pasar la vida frente a sus ojos en tan solo fracciones de segundos, ser amenazado por el propio Jared Yenovi y sufrir en carne propia la presión la Reina Sedetti, Liam pensó que su día no podía ir a peor. Necesitaba un trago, uno bien fuerte que le ayudara a lidiar con toda la adrenalina y de paso aceptar su nueva realidad, a fin de cuantas era incapaz de decidir cuál sería su peor verdugo el Rey o la Reina ¿Cuál de los dos más cruel?. Y ahí estaba, sentado en un taburete recostado a la cantina. Como necesitaba tranquilidad había reservado el bar por el resto de la noche y antes de darse cuenta ya se encontraba bebiendo el cuarto vaso de whisky completamente perdido en sus pensamientos, mientras buscaba la mejor forma de salir ileso y victorioso, debatiéndose entre conseguir el favor de Jared o continuar como el peón de la Reina -Señor- Liam levanta la mirada para ver al camarero sostener una costosa botella de vino color ámbar acompañado de un diseño a relieve bastant
-Subes por las escaleras hasta el segundo piso del anexo, esa es el ala norte, pasando el primer pasillo a la derecha, encontraras un enorme salón con dos hermosas puertas, la biblioteca imperial es la puerta de la derecha, es enorme y te tomara parte del día limpiarlo, pero debes asegurarte de terminar el trabajo hoy ya que la servidumbre tiene prohibido frecuentar esa área, además la decoración es un poco lúgubre por eso la mayoría evita ir allí, pero no dejes que eso te afecte, como recompensa tendrás el resto del día libre-la anima una de las encargadas de la limpieza y no era para menos ya que una sola haría el trabajo de dosMicaila asiente mientras trata de familiarizarse con el enorme palacio, memorizar la mayor cantidad de información posible y descubrir uno que otro pasadizo secreto que no le vendría nada mal para el plan de escape que tenía en mente.
Era bien entrada la noche para cuando Olfeo terminó de revisar y aprobar cada documento, lo último que constaba en su agenda era recibir un informe general que le había encargado a su beta y este no tardó en aparecer -Alfa los comerciantes se han ido y todo parece indicar que no tienen intenciones de volver-expresa satisfecho al ver a su líder respirar con alivio-¿y los cachorros?-preguntó previendo algún daño colateral-se encuentran a salvo, los restantes que no pertenecen a nuestra manada partirán en unos días, pero ya hemos enviado mensajes a sus respectivas manadas-asegura-Parece que al final esa maldita bruja tenía razónY es ahí cuando su leal beta decide tocar un tema del cual hasta el momento no se había atrevido a hablar -Alfa sobre ese asunto… &nb
Las grandes guerras fueron por mucho tiempo el orgullo de Morantia, nuestro poderoso y gran imperio. El sacrificio de miles de soldados, magos y hechiceros de enorme talento que salían al campo de batalla, sin cuestionamientos, temores o dudas, marchando llenos de orgullo poniendo bien en alto su estandarte y bandera, rumbo a una muerte segura. Cada paso que daban estaba lleno de valor, dispuestos a darlo todo por sus seres queridos por su país, un noble sacrificio empañado por la cruel mentira que yace oculta en la memoria de nuestros antepasados, miles de soldados sacrificados en vano por simple codicia, quedando reducidos a herramientas para la obtención de poder. El alma de un lobo representa el vigor y su corazón la fuerza, esa es una verdad tan antigua como verídica, pero también fue el principal motivo por el cual la tierra se tornó tan roja como un atardecer, pues la campaña iniciada por Birlan no terminaría sino siglos después, avivando la animosidad entre ambos bandos