DACCO MACDONALDS—Tu amas mi poder, mi dinero y el prestigio—entierro mis dedos en su mejillas—si me amaras soportarías, te gustaría y me susurrarías rómpeme toda—apenas paso saliva con el recuerdo que me enciende—pero lloras, te quejas y apenas aguantas.Se apena con mis palabras pero yo dulce no soy y no cambio por nadie. Ingresa una llamada de Leyton que contesto ya que siempre son importantes.—Señor se escapó.Maldita sea, ese hijo de puta me va arruinar todo.—Búscalo—le digo—salgo para allá, mándame la dirección donde se encuentra.—Está en el centro comercial cerca del club señor—me informa y tomo mis pertenencias—escucho una conversación y de inmediato aprovechó un descuido para escapar, lo lamento mucho señor de verdad.Leyton nunca me falla y por eso no le reprocho esta equivocación.—¿Para donde vas? —hace esos malditos pucheros de niña consentida que me fastidian. —Tengo que irme.Avanzo buscando la salida.—Me vas a dejar aquí.—Jane, sola llegaste y no me sigas—la dete
DACCO MACDONALDSMe bajo de mi auto emprendiendo la carrera con varios de mis hombres detrás de mí. El callejón es sin salida y tienen acorralada a la chica mientras no distingo quien tiene sujetada del cabello a la rubia intimidándola.—Laura déjala ya—pide la hermana gemela—por favor, te estas pasando Laura.—Esto es para que no se meta con Damian—me acerco lentamente—te quiero lejos de el perra, el va a ser mi novio y tu no vas a estropearme los planes. Le da una bofetada que pone a llorar a la chica, la reconozco de inmediato al estar más cerca, no olvido un rostro y menos aquellos que están cerca de Ava.—Te estás pasando Laura.Dice un chico, pero la tira al piso para darle dos patadas mientras la hermana le pide que se detenga. Los dos chico solo miran y esto me hace pensar que la mala sangre se hereda. Pensé que estas niñas romperían la cadena pero son sangre sucia al igual que la madre.—Por favor ya no más—llora la rubia de cabello ondulado—por favor.Pide en un hilo de vo
DRACCO—¿Eres una persona mala?—su pregunta me saca de honda, es la mas ingenua que me han preguntado.—Soy un monstruo—le sonrió — pero eso depende de quien lo merezca —se asusta y creo que toda la vida a vivido en esa mierda, temerosa hasta de respirar —ni deberías deberías vivir así toda la vida, debes defender Merilla, porque ten claro que esta vida es una selva, hay hienas, siervos y leones, debes escoger cual manada permanecer. Se limpia las lágrimas ocasionando que le tenga lástima, su vacío existencial me recuerda a Cruella cuando entro en depresión y no es que les falte algo, sienten que lo han perdido todo.—Ten en cuenta que el monstruo es el tamaño del miedo que tu le tengas—asiente —levántate, tenemos que ir a casa. Asiente levantándose, estoy ansioso por llegar a la mansión de Ava y ella da las indicaciones al conductor que atiende a sus palabras.La entretengo preguntándole cosas estúpidas, para que no piense que esto que hace es algo malo y parece que hago bien porqu
DRACCOLa extraña sensación no se va y llego a mi apartamento para no tener que escuchar a Demian. Ignoro las intensas llamadas de Jane y ya está cansándome con su insistencia. La necesitaba por el acuerdo con su padre pero definitivamente mandare esa propuesta a la mierda.Duermo poco como vengo haciendo varios meses y al día siguiente muy temprano me reúno con el abogado el cual lo pongo al tanto del nuevo testigo, sabe lo que tiene que hacer en el momento justo y las preguntas que debe realizarle a todos los declarantes que pasen por ese estrado. Los conozco como también se dónde darles directamente y que sus testimonios me favorezcan.—Ava Lauless —mira la foto y las preguntas que quiero que le realice—eventualmente llegare a estas preguntas pero necesito hacerle mis propias preguntas, algo de peso que nos ayuden en el juicio.Miro por la ventana, este tipo de cosas solo me retrasan y maldita arpía, víbora u engendro del demonio de Victoria que supo darme golpear pero eso solo pu
DRACCO—Siempre hay una primera vez y por Cruella soy capaz de mandarte a matar—se le borra la sonrisa—no creas que porque no lo hecho, no soy capaz de hacerlo, no soy el tipo de persona que piensa que por matar ire al infierno ya que no creo en Dios, demonios, el cielo o el infierno porque sencillamente soy fiel creyente que la vida es como un restaurante, nadie se va sin pagar.—En eso estamos de acuerdo millonario—escucharlo me da la sensación de que me arrancaran las pelotas, lo odio por diferentes razones y la primera es por a ver sido el primero en la vida de Ava Lauless—esto es lo que vamos hacer.—No estás en condiciones de exigir.—También tienes razón, pero como yo lo veo, ambos necesitamos de todos y si quieres presentarme en ese juicio para declarar a tu favor y no en contra de tu hermana, asegúrate de contratarme un buen abogado y que la situación me favorezca porque te juro que si me hundo, tu hermana se viene conmigo.—Contra Cruella no tienes nada.—Quien dice que no—a
DRACCORichard es el mejor en esto y confió en el, además que lo puse al tanto de cada uno de ellos y sus secretos ya que en este mundo la información es poder.—Si señor.—¿Cristóbal sabía o no sabía las fallas en ese contrato?—Lo sabía, el mismo lo redacto, era su propio negocio fantasma.—Pero en un inicio dice usted que el señor McDonald’s fue quien creo el contrato tratando de engañar al señor Wilson, cuando fue al contrario. está bajo palabra señor Salamanca.—Me disculpo, fue al contrario.—Porque el señor Cristóbal le haría eso a su comunidad.—Porque se enamoró de Cruella McDonald’s y para poder tener una mujer como ella, se necesita dinero y esa fue su única alternativa.—Para que quede claro ante todos—dice Richard—el señor Dracco McDonald’s tuvo algo que ver en el contrato entregado a todas las personas en la comunidad.—Sabia los riesgos porque yo se los dije, pero el en ningún momento redacto o escribió alguno de los reglamentos ahí plasmados.Deja claro, y no miento, e
DRACCO—Mi cuerpo—responde y sonrió—mi boca—se la muerde y juraría que se quema con los recuerdos—mi piel, y mis orgasmo.Revela provocando murmullos entre los asistentes, que todo el mundo lo sepa, no me importa, que el cielo y el infierno arda pero que el universo se entere que el cuerpo de Ava Lauless me pertenece.Arme todo ese maldito plan por probar cada centímetro de su piel y no me siento saciado porque necesito más de eso que me envicia y el embrujo que me envuelve. Me la follaría aquí, delante de todos para que sepan que es mi mujer y yo su maldición.—¿El la obligo a tener relaciones sexuales?—traga con dificultad, puedo notar como esta de tensionada.—Nada fue a la fuerza—responde—siempre accedí pensando en mi comunidad.—Dice entonces que todo fue un sacrificio—asiente—responda con palabras por favor.—Asi es—su tono es ofuscado.—Pero entonces me pregunto cómo se llegó a enamorar del señor McDonald’s.—Ni yo misma se, solo sucedió.—¿Sufrió algún maltrato físico?Solo l
DRACCOMaldito porque no se calla de una puta vez.Busca mi mirada nuevamente gritándome que sufre. No la pasa bien y yo menos cuando no me deja opciones al no hablarme con la verdad. Miente, algo me dice que miente en decir que no me ama y que no hay nada que nos ate el uno al otro.—Responda la pregunta señora Lauless—le habla el juez.—Si—se limpia la lágrima que se le escapa enterrándome el puñal de frente—lo creo capaz.Algo se me atora en el pecho con los sentimientos que me invaden cuando el azul vuelve a impactar contra mis ojos y me exaspera perder los papeles cuando tengo todo muy claro. Solo era un maldito juego, un caprichoso que deseaba cumplir y que ahora me complica la existencia con problemas sentimentales que nunca habían despertado anteriormente una mujer.El fiscal también pasa hacerles pregunta que responde como si ya estuviera programada y esto me parece ya un maldito chiste con Victoria moviendo los hilos.—¿Qué piensa usted de los San Miguel?—Que son personas q