POV de ALFA RAIDENLa frustración se había convertido en parte de mí. Duermo frustrado y me despierto con más frustración… aunque duerma algo. Últimamente, ella me ha estado atormentando en mis sueños.“No te está atormentando, Raiden. Son tus acciones pasadas. Tú te buscaste esto,” Lex defendió a Aurelia y me avergonzó más.Tenía razón. Cada vez que cierro los ojos, veo todas las injusticias que cometí con Aurelia. La veo cocinando para mí sin recibir agradecimiento, me veo buscando placer en su cuerpo y a través de nuestro vínculo mientras le niego el placer a ella. Me veo castigándola cuando todo lo que hizo fue amarme, y los recuerdos de nuestro pasado me han hecho más daño que bien desde que me dijo que me mantuviera alejado…Y solo han pasado cinco días. Cinco días de tortura en mis sueños y de Larisa, que me ha estado presionando para tener momentos de intimidad con ella, algo que no hemos tenido desde que comencé a buscar a Aurelia.“Sobreviviste sin tener sexo debido al víncul
POV de ALFA RAIDENMe quedé boquiabierto al entrar en mi casa. Todo estaba decorado para un festín del que no tenía ni idea. Larisa me sonrió, llevándome a la sala donde estaban su padre, Nolan, y su pareja, Helen.Andrew también estaba allí, junto con Jake, mi mejor guerrero y mi gamma."¿Qué significa esto?", le pregunté a Larisa por enlace mental, mientras ella me acercaba a sus padres, a quienes no había visto en años.Me mantuve alejado de sus padres, porque no quería que me presionaran para casarme con Larisa o que me recordaran a mis padres, quienes decidieron abandonarme a mí y a la manada al enterarse de mi divorcio de Aurelia.Veo a Andrew y a Jake de vez en cuando, pero verlos en mi sala con los padres de Larisa parecía muy raro."Relájate. Solo quería sorprenderte con una buena cena con la familia y amigos. Ha sido un mes difícil, si me preguntas", las palabras de Larisa resonaron en mi mente como respuesta.La cara de Helen se iluminó cuando Larisa se detuvo frente a ella.
POV de AURELIA"Mírame", me ordenó con un gruñido que me erizó la piel, mientras arremetía contra mí con ferocidad."¡Mírame a los ojos!", me volvió a ordenar, y esta vez obedecí, aunque me costaba resistir el impulso de que mis ojos se voltearan hacia atrás mientras me embestía sin control.Fijé mi mirada en aquellos ojos grises hipnotizantes que había aprendido a amar. Podía sentir cada parte de él penetrándome con brusquedad, cada embestida traía consigo una mezcla de placer y dolor. Por momentos el placer dominaba sobre el dolor, pero mi cuerpo aún sentía el daño que mi pareja, el hombre que amaba con todo mi ser, me estaba infligiendo mientras buscaba su propia satisfacción.A pesar del dolor entre mis piernas, no pude evitar gemir cuando mi pareja me penetró justo cuando nuestras miradas se cruzaron. "Alfa." Me quemaba por gritar su nombre. Anhelaba poder rendirme a mi deseo, enterrar mis dedos en su alborotado pelo rubio y guiar su cabeza hacia abajo hasta que nuestros labios ta
POV de AURELIAHasta ese momento, nadie excepto Nina se había atrevido a faltarme el respeto directamente. La manada nunca me respetó como su Luna, pero se limitaban a murmurar y reírse a mis espaldas, sin atreverse a tocarme o a decirme algo a la cara.Todo cambió cuando Nina les dio aquella orden a los guerreros, algo que alteraría mi destino para siempre..."¡No pueden hacer esto!", les grité mientras forcejeaba para librarme de los guerreros que me sujetaban con fuerza los hombros, arrastrándome fuera de la cocina.Mis intentos fueron inútiles. Me sacaron como si fuera un animal, ignorando mis gritos."¿Qué piensan hacerme?", les pregunté, y un pensamiento aterrador cruzó mi mente: ¿me estaban secuestrando? "¿Con qué derecho me tocan? ¡Soy la esposa del Alfa! ¡El Alfa les arrancará la cabeza por atreverse a ponerme las manos encima!"Nina soltó una risa histérica. Ordenó a los guerreros detenerse un momento y acercó su rostro deformado por el desprecio que me sentía al mío. "¿De ve
POV de AURELIAAllí estaba ella. La reconocí al instante, aunque solo la veía mientras se acurrucaba en los brazos de mi pareja, quien le cubría el rostro de besos. Besaba al mismo hombre que se suponía que era mío, que en tres años de matrimonio jamás me había dado ni un beso en la mejilla.¿Esta es mi primera visita a su oficina y esto es lo que encuentro?Su largo cabello rubio y brillante bastó para identificarla: la princesa Larisa Wellington, su ex novia.Mis labios temblaban, mi cuerpo entero se estremecía. Cada fragmento de mi maltrecho corazón se hacía añicos, mientras las lágrimas brotaban de mis ojos hinchados. Nunca fui llorona, aunque todos pensaban lo contrario, pero, ¿cómo contener el llanto al presenciar el fin de mi vida?Jamás me había besado. Nunca tuve la oportunidad de sentir sus besos... ni los de nadie, en realidad.Y sin embargo, a ella la besaba con tanta pasión.El Alfa Raiden estaba tan absorto en el beso, tan perdido en Larisa, que ni notó mi presencia en s
POV del Alfa RaidenLa furia seguía ardiendo en mi interior, aunque ya habían pasado unas horas desde que la mujer con quien me forzaron a casarme y unirme intentó romper el mismo lazo que yo formé sacrificando mi felicidad.¡Qué descaro! ¿Quién se cree que es? ¿Una diosa todopoderosa? Vaya...Mis ojos se perdieron en el oscuro cielo nocturno mientras vaciaba otro trago del tequila más fuerte de mi bar, esperando que ahogara mi ira y calmara mis emociones desbocadas, pero el alcohol no ayudaba. Ya estaba ebrio, pero seguí bebiendo.—Raid, ¿por qué sigo sintiendo tu furia? —La dulce voz de la mujer que hacía latir mi corazón resonó, y mis ojos buscaron hambrientos la belleza de su rostro—. No me digas que estás bebiendo por ella.No pude evitar sonreír tímidamente cuando el rostro de Larisa apareció frente al mío. Se había ido a ver a sus viejas amigas unas horas después de que la mujer con la que me forzaron a casarme me fastidiara. Quizás estaba borracho, pero aún podía ver la incomod
POV de Aurelia"No."Me negué, sabiendo que eso solo aumentaría la ira del Alfa Raiden. Podía enfurecerse todo lo que quisiera, pero yo tenía derecho a negarme. Estaba harta de entregarle cada parte de mí sin recibir nada a cambio. Estaba harta de amarlo con todo mi ser, aunque mi corazón se resistiera a esta decisión.—¿Qué has dicho, mujer? —me preguntó el Alfa Raiden, con voz baja y amenazante.Respiré hondo, me costaba repetir esa simple palabra. Desvié la mirada y me alejé unos pasos de él y de la cama. Él no debería poder tenerme cerca mientras deseaba a otra mujer... pero podía hacerlo. Era el Alfa, así que podía tenerlo todo.—¿Necesitas que te lo repita, mujer? —Raiden rugió impaciente, y casi salté del miedo que me inyectó en las venas.Comenzó a quitarse la camisa sin importarle mi presencia, y me gritó con furia, con sus ojos quemando mi rostro: —¡Desnúdate ahora mismo!Era una orden.Sin embargo, con voz temblorosa, le respondí: —No lo haré. Si quieres sexo, búscalo con la
POV de AURELIALos días siguientes transcurrieron como una nebulosa. Para aumentar mi confusa mezcla de alivio y angustia, el Alfa Raiden dejó de venir a la habitación. No había aparecido en las últimas dos noches. Me mantenía confinada en la habitación del sexo y no tenía idea de qué sucedía en la manada. Tampoco tenía energías para hacer otra cosa que ducharme en el baño y envolverme en las sábanas que aún conservaban nuestros aromas mezclados.Estaba enloquecida por él y por todo lo que me hacía, por más absurdo que pareciera.Los sirvientes me traían las comidas, deslizando bandejas con comida por el espacio que descubrí bajo la puerta al despertar. La abertura era lo suficientemente amplia para permitir el paso de las bandejas hacia dentro y fuera de la habitación.Era evidente que vivía como una prisionera, pero no me atrevía a rechazar al Alfa Raiden y liberarme de este tormento. Me paralizaba el miedo a lo que podría hacerme si volvía a intentar rechazarlo... o quizás temía tan