¡Es él! Mi corazón quiere salirse del pecho, el pulso enloqueció. La respiración me falla y siento mi cuerpo de gelatina, Sasha lo nota, siento que me habla, pero no la escucho porque mis oídos zumban horrible. Siento sus manos en mis hombros y de pronto ya no escucho ni veo nada más.
—…porque es peligroso Jacques, tu sabes como es mamá de perceptiva – se hizo un incómodo silencio.
Camino a la Mansión, me recuesto al respaldo del asiento. No he dejado de llorar desde que salimos del ático en las afueras de Manhattan, Josep toma mi mano y la aprieta con cariño. Mi destrozado corazón gime ante la repulsión que siento por el dolor que me produjeron sus palabras.—¡No te lo tomes personal Isobel, Jacques está furioso con el mundo! No creo que lo haya dicho en serio – lo miro con tristeza.—No te acepto los paños calientes Josep, sé que lo dijo en serio, me ha dejado de lado como lo ha hecho en otras ocasiones, se deshizo de mí y de mi hijo de la manera más vil y despiadada ¿y quieres que crea que no lo dijo en serio? – su vista se fue a su otra mano que contenía la corbata amarilla —Solo tengo que digerirlo, las heridas sanan y no tengo elección porque ya lo hecho, se queda de ese
La zarandeé y azoté su duro y torneado trasero. Gritó y se corrió de una forma bastante violenta y me apretó hasta que me sacó el último aliento. Salí rápidamente de ella y me quité el condón, necesito una copa, doble, de Bourbon si es posible. Salgo de la cama y me pongo la bata, y me dirijo a la oficina para buscar el licor. Diviso en las cámaras a alguien conocido y muy parecido a mí: mi hermano. Sandy se le acerca, se encuentra en la barra con un vaso en las manos. Él la acepta como si nada ¿en serio está ligando con ella? Corro a la habitación, la chica aún no se recupera de sus dos orgasmos, bien, me enfundo un pantalón gris plomo y una camisa blanca remangada a la altura de los codos y me detengo.—¿Qué pasa contigo Jacques? No es como si estuviera teniendo sexo con esa morena – me observo en
Ella prácticamente lloró mi nombre y mi cuerpo simplemente sucumbió a ella, a su voz, a su aroma. Mis rodillas no me sostenían y mi piel ardía en llamas mientras los temblores me desesperaban. Sus ojos llenos de lágrimas y el dolor reflejado en ellos me consumía por completo. Tuve que apoyar las manos en la cama para no caer al piso, ella se encogió de no sé ¿miedo, duda, desasosiego? Eso me taladraba el pecho sin piedad, la dañé, la rompí y no me la va a poner fácil. Sin embargo no se apartó y al ver sus lágrimas rodar supe que tenía esperanza.—¿Qué haces aquí? – toma la sábana entre sus manos para taparse —¡No deberías! ¿Dónde está Josep? – una punzada de celos inevitable atravesó mi estómago ¡me la merezco por estúpido
Giro tenso, tanto que los músculos se engarrotan y casi no puedo moverme. La vuela se encuentra de pie en el umbral de la puerta de su pequeño estudio cerca de la sale de estar y junto al gran ventanal que mandó a instalar exactamente cuando tenía cinco años.Lo recuerdo como si fuese ayer cuando aún era un crío que lloraba por mi madre y la esperaba sentado en el piso frente a la puerta, más de una vez no pude quitarme de prisa y me golpearon, mis tíos y mi abuelo. Siempre me quedaba rendido en sus piernas ya que mis padres muchas veces llegaban al amanecer. Entonces ella mandó desmantelar la pared y levantaron la “gran ventana con cama” incluida, el alfeizar no fue hecho hacia afuera sino hacia adentro como el soporte de un pequeño catre con un gran cojín para que, si me quedaba dormido… nadie me golpeara.—¡A… ab
Josep me observa como si me hubiese salido otra cabeza. No estoy seguro si es que lo acaba de descubrir o en realidad lo está y no desea recordarlo. Su rostro impasible no me dice nada.—¡Estas enfermo Jacques! – niega con la cabeza.—¡No, no lo estoy! – me acerco y da un paso atrás —¡Tú… la amas y madre lo notó así como lo he descubierto yo! – tiro de la solapa de la chaqueta y lo saco de la habitación, él no lo sabe —Ella te está utilizando para su venganza ¿Cómo no lo vi antes? – sus ojos abiertos desmesuradamente me indican su confusión.—¡Yo no… estás loco, es tu mujer, eres mi hermano! – su labio inferior tiembla —¡Eso es desleal y yo, no lo soy! – veo su expresión de molestia
Se encuentra cómodamente sentado en el centro del sofá de dos plazas que está justo frente a la puerta, sintiéndose el dueño del mundo y yo estoy al borde de un colapso nervios porque no puedo aplastarlo con mis propias manos. Todo mi cuerpo es tension pura. Cada músculo, cada tendón, cada fibra. Siento que en cualquier momento puedo romper la cadena de las esposas, pero eso no sería sensato porque ellos tienen las pistolas. No soy asiduo a ellas, sin embargo tengo una colección de por lo menos doce y no tengo ninguna encima, no creí necesario venir acompañado, no pensé en nada al venir aquí, solo que la vería y podría pasar un momento con ellas, con mi novia y disfrutar de mi hija, tal vez acariciar su panza o… ¡mierda!—¡Bienvenido! ¿Eres Jacques, no? – su sonrisita me destroza la calma, tiemblo y en lo úni
La llevo a mi ático en las afueras de la isla, me importa una mierda lo que me digan o lo que critiquen porque ella me pertenece. Soy un puto egoísta, pero mientras la tenga en mi cama se encuentra a salvo. La desnudo y beso todo su cuerpo porque siento una necesidad abrasante de saborearla, por haber hecho que me excite en casa de su madre, es valiente y arrojada y esa es la razón por la cual necesito estar dentro de ella con premura. Su cuerpo tiembla bajo mi toque, tal y como la quiero: dispuesta y entregada. Sumisa. Pero ella no lo es, tira de mi cabello para besarme, trata de dominarme, esta Pequeña es puro fuego y la deseo como un loco, la amo con desesperación, es por eso que eme encuentro convencido que esto es más que amor, la expresión correcta no es esa, pero por ahora lo dejaremos así ya que se encuentra sobre mi cuerpo repartiendo besos desde mi cuello hasta el torso y eso… desconcentra porque soy yo quien n
Si me preguntan ¿que prefiero, que deseo y que es lo que mas quiero en este mundo? Mi respuesta sincera y definitiva es Jacques Hawkins. Y es que estar entre sus brazos y encajar de este modo me hace ser la mujer más feliz y con mayor suerte del mundo, porque él es mi primer amor, mi primer hombre; el amor de mi vida. Lo ha demostrado al dejarme entrar en la suya de lleno, como si necesitara de mí para continuar con su vida, es perfecto. Es obsesivo. Dominante. Imperioso.¡Y es perfecto para mí, para nosotras! Después de semejante declaración y sobre todo de traer a colación el amor por su hija – algo que me derritió por completo – cenamos el asado que arbitrariamente hice y resultó una delicia, comimos como cerditos; y aun así me guarde un poco de hambre para terminármelo de cenar a él. Mi zorra interna se sentó en su t