- Crecer no siempre es fácil, chicas. Esperamos ser adultos y cuando seamos adultos daríamos cualquier cosa por volver a ser adolescentes. Al menos en mi caso lo es. Apenas rompí, salí mucho... Pero las empresas no eran las mismas... Mucho menos los lugares sin tu presencia. - dijo Dani. - Es como si nada fuera tan genial como solía ser, cuando teníamos 18 años.- Y tenemos el privilegio de estar aquí, todos juntos, después de tantos años, aprovechando para hablar de estos momentos. - Estaba agradecido de tenerlos allí.- Gracias a Nicolás. - Dijo Lorraine recostada en su tumbona, sin volverse hacia nosotros.- Vaya, eres fan de Nicolás. - Dijo Alissa irónicamente.- Soy el mismo. Creo que es lindo. Y para que conste, Juliet se resistió a estar con él por tu maldito pacto. Pacto ridículo... ¿Solo mi prima se fue mucho tiempo para estar con alguien lindo y que le gustaba por eso? ¿O alguno de ustedes se dio por vencido?Ellos estaban en silencio. Lorraine rió irónicamente:- Pues bien,
Esa mañana estaba trabajando en mi oficina cuando mi teléfono vibró. Era un mensaje.“Hija, me gustaría hablar contigo. ¿Podríamos almorzar juntos en Paraíso hoy? Hay un restaurante junto al mar, en el centro del pueblo, que suele ser frecuentado por los lugareños. Te estaré esperando allí. No hay capuchino, pero las bebidas son geniales. En caso de que no estés seguro de quién envió este mensaje, soy tu verdadero padre, Simon.Confieso que lo primero que se me pasó por la cabeza fue ignorar por completo el mensaje y fingir que nunca lo recibí. Pero la curiosidad era más grande que cualquier cosa en mí. ¿Qué querría de mí Simon, “mi verdadero padre”, que descubrió esto después de 26 años, después de lo que pasó en la fiesta? Le había dejado muy claro que no iba a caer más en su conversación, y pensé que se había dado cuenta de que la chica con la que se había liado hace años se había ido.Respondí al mensaje con "confirmado".Salí unos minutos antes de mi hora habitual de almuerzo par
Yo me senté en el medio y Nicolás y Otto se sentaron a cada lado.- ¿Cómo llegaste a mí? Yo pregunté.- Eduardo. - dijo Nicolás.Miré a Eduardo a los ojos por el espejo retrovisor y le dije:- Confié en ti, Edu.- Y puedes seguir confiando, Julieta. Por eso les dije. Sabía que estabas tramando algo.- ¿Por qué fuiste a buscarlo, hija mía? preguntó Oto.- Curiosidad... Eso es todo. Pero cuando escuché las cosas horribles que dijo, me arrepentí.- ¿Qué es lo que quiere de todos modos? - preguntó Nicolás.Negué con la cabeza, tratando de entender:- Tal vez tú y Joana juntos... Tal vez el balneario... Tal vez me vaya... Y lo principal: dijo que mi nacimiento fue un error.Y no lloré... Porque Simon Dawson no merecía derramar lágrimas.- Nunca fuiste un error. – dijo Oto. – Fuiste lo mejor que le pasó en la vida a tu madre… ya la mía. Fuiste la hija que elegí...Apoyé la cabeza en su hombro y sentí la mano de Nicolás estrechando la mía:- Gracias por estar aquí...- Siempre estaremos cont
Pero poco sabíamos que nuestra lucha contra Simon Dawson apenas comenzaba.- Necesito ir a casa y cambiarme de ropa. – observó. - Pero es tan difícil dejarte... Más aún en la cama.- No puedo creer que te hayas quedado aquí conmigo, a pesar de que estaba durmiendo. - dije feliz por su presencia.- Solía hacer eso cuando salíamos, ¿recuerdas?"Sí…" acaricié su rostro. - Pero todavía estamos saliendo. - Me reí.- Hmm... ¿Y es hora de hacer oficialmente la solicitud?- Cálmate, Nicolás.- ¿Por qué estas esperando?- Tengo alguna venganza pendiente. - Bromeé.- Quiero tener un bebé... Contigo.Lo miré confundido. Era la primera vez que lo discutíamos, a pesar de que sabía que yo tenía algún trauma infantil.- Esto no es por ahora, ¿verdad? Yo pregunté.- Para cuando estés listo. Y ya estoy contento con la posible posibilidad de un sí. Hace unos años esto la hizo sentir completamente incómoda.- Confieso que ya pensé en esta posibilidad. Cuando vi a Otto con Victoria. Su mirada hacia ella
Cuando llegamos a casa al final del día, Nicolás dijo mientras yo todavía estaba en la puerta, a un paso de entrar:- Proporcioné un hogar a Lorena, Felipe y Vi.- Pero... ¿Ya se aseguró de quedarse?- Va a dar.lo abracé:- Estoy feliz... Lorraine cerca de mí es todo lo que necesito.- Yo se...- Y tu madre lejos. Confesé, bajando la cabeza.- Se va pronto, no te preocupes.- Así espero.- ¿Puedes venir esta noche? - él invitó. - Te quiero en la bañera. - Me habló al oído.Me reí:- Es usted muy directo, Sr. Welling.- Prefiero al Sr. Perfecto.- Hmm, pensé que no eras el perfecto caballero.- Repitiendo: solo para ti...- Está bien, me uniré a su fiesta en la bañera, Sr. Perfecto.- Te estaré esperando... Con todo lo que te corresponde.Cuando entré a la casa, Otto, Felipe y Lorraine ya estaban hablando de la nueva casa que habían ganado en Villa.- Lorraine, dime que aceptaste.- Por supuesto que aceptamos, prima.Corrí hacia ella y la abracé con fuerza.- No podría estar más feliz
Despertar con Nicolás envolviendo su cuerpo siempre fue maravilloso. Traté de quitarle el brazo, que me apretó más fuerte, impidiéndome salir.- ¿Está despierto, Sr. Perfecto? —pregunté sin volverme hacia él.Escuché la risa ahogada en mi cabello:- Ni creas que te dejaré escapar.- ¿Y quién dijo que quiero escapar?Me giró para mirarlo:- No sería la primera noche que pasaste conmigo y desapareciste a la mañana siguiente.Pasé mi mano por la creciente y bien cuidada barba, bajando por su pecho:- Están Otto, Lorraine... Todos en casa.- Apuesto a que saben que estás aquí... Y sobreviven sin ti para desayunar. Hoy te quedarás aquí, hasta que me canse de ti...Me presionó contra su cuerpo de nuevo.- ¿Entonces te vas a cansar de mí por una hora?- No terminé... Hasta que me cansé de ti... Es decir, nunca.- Me gusta despertar a tu lado. - Confesé.- Me gusta hacer cualquier cosa a tu lado, Julieta.Tomó mis labios con calma, en un beso sin prisas. Cuando me soltó, pasé mi dedo por su l
- Necesito ir al baño una vez más. - Dijo Lorraine agarrándose la barriga.- Esta vez no te acompañaré. No quiero pasar toda la fiesta en el baño. - Sentí pena por ella.- Cuando te quedes embarazada, me entenderás, Ju. – dijo ella saliendo.Me serví otra copa de dulce burbujeante rosado mientras observaba a Nicolás intentar acortar las conversaciones con todos los que se le acercaban. A menudo nuestras miradas se encontraban y entonces nos sentíamos seguros: estábamos juntos, incluso separados. Ese azul profundo fijado en mi mirada era todo lo que necesitaba para sentirme tranquilo y mi corazón cálido.- Espero que algún día alguien me mire como tú lo miras a él.Escuché a Tom hablándome al oído, sorprendiéndome.- Seguramente conocerás a esta persona algún día. – dije con calma, sorbiendo el resto de la bebida de mi vaso. - ¿Dónde esta tu novia?- Ella no es mi novia.- ¿Dónde está la mujer que te “comes”?Se rió divertido:- Hace unos días que no me reía así. Solo tú puedes hacerme
Tardamos más de lo previsto en el camino al hospital.- ¿No deberíamos haber llegado ya? – le pregunté nerviosa a la enfermera.- Nos vamos al hospital de otra ciudad. Tiene más funciones.Así que creo que fue en serio. Lo miré y sentí que se me rompía el corazón. Sí, no había forma de odiarlo de la noche a la mañana. Había vivido seis años a mi lado. Y sin cocaína ni alcohol, podríamos haber tenido una vida feliz. No pensé que Tom fuera una mala persona.Tan pronto como llegamos al hospital, otras personas vinieron a la ambulancia y me quitaron a Tom.Sentí los brazos de Nicolás envolverme y me giré hacia él, abrazándolo con fuerza. No pude contener las lágrimas.- Oye, todo estará bien. - dijo presionándome contra él.- Nick... Apuesto a que usó más de lo que podía manejar.- Eso es parte de eso, Juliet... Tom siempre supo lo que estaba haciendo.- Yo... Creo que debería advertir a su familia. - Tomé mi teléfono.Llamé a su hermana y le expliqué lo que estaba pasando. Parecía preocu