Cuando llegamos a casa al final del día, Nicolás dijo mientras yo todavía estaba en la puerta, a un paso de entrar:- Proporcioné un hogar a Lorena, Felipe y Vi.- Pero... ¿Ya se aseguró de quedarse?- Va a dar.lo abracé:- Estoy feliz... Lorraine cerca de mí es todo lo que necesito.- Yo se...- Y tu madre lejos. Confesé, bajando la cabeza.- Se va pronto, no te preocupes.- Así espero.- ¿Puedes venir esta noche? - él invitó. - Te quiero en la bañera. - Me habló al oído.Me reí:- Es usted muy directo, Sr. Welling.- Prefiero al Sr. Perfecto.- Hmm, pensé que no eras el perfecto caballero.- Repitiendo: solo para ti...- Está bien, me uniré a su fiesta en la bañera, Sr. Perfecto.- Te estaré esperando... Con todo lo que te corresponde.Cuando entré a la casa, Otto, Felipe y Lorraine ya estaban hablando de la nueva casa que habían ganado en Villa.- Lorraine, dime que aceptaste.- Por supuesto que aceptamos, prima.Corrí hacia ella y la abracé con fuerza.- No podría estar más feliz
Despertar con Nicolás envolviendo su cuerpo siempre fue maravilloso. Traté de quitarle el brazo, que me apretó más fuerte, impidiéndome salir.- ¿Está despierto, Sr. Perfecto? —pregunté sin volverme hacia él.Escuché la risa ahogada en mi cabello:- Ni creas que te dejaré escapar.- ¿Y quién dijo que quiero escapar?Me giró para mirarlo:- No sería la primera noche que pasaste conmigo y desapareciste a la mañana siguiente.Pasé mi mano por la creciente y bien cuidada barba, bajando por su pecho:- Están Otto, Lorraine... Todos en casa.- Apuesto a que saben que estás aquí... Y sobreviven sin ti para desayunar. Hoy te quedarás aquí, hasta que me canse de ti...Me presionó contra su cuerpo de nuevo.- ¿Entonces te vas a cansar de mí por una hora?- No terminé... Hasta que me cansé de ti... Es decir, nunca.- Me gusta despertar a tu lado. - Confesé.- Me gusta hacer cualquier cosa a tu lado, Julieta.Tomó mis labios con calma, en un beso sin prisas. Cuando me soltó, pasé mi dedo por su l
- Necesito ir al baño una vez más. - Dijo Lorraine agarrándose la barriga.- Esta vez no te acompañaré. No quiero pasar toda la fiesta en el baño. - Sentí pena por ella.- Cuando te quedes embarazada, me entenderás, Ju. – dijo ella saliendo.Me serví otra copa de dulce burbujeante rosado mientras observaba a Nicolás intentar acortar las conversaciones con todos los que se le acercaban. A menudo nuestras miradas se encontraban y entonces nos sentíamos seguros: estábamos juntos, incluso separados. Ese azul profundo fijado en mi mirada era todo lo que necesitaba para sentirme tranquilo y mi corazón cálido.- Espero que algún día alguien me mire como tú lo miras a él.Escuché a Tom hablándome al oído, sorprendiéndome.- Seguramente conocerás a esta persona algún día. – dije con calma, sorbiendo el resto de la bebida de mi vaso. - ¿Dónde esta tu novia?- Ella no es mi novia.- ¿Dónde está la mujer que te “comes”?Se rió divertido:- Hace unos días que no me reía así. Solo tú puedes hacerme
Tardamos más de lo previsto en el camino al hospital.- ¿No deberíamos haber llegado ya? – le pregunté nerviosa a la enfermera.- Nos vamos al hospital de otra ciudad. Tiene más funciones.Así que creo que fue en serio. Lo miré y sentí que se me rompía el corazón. Sí, no había forma de odiarlo de la noche a la mañana. Había vivido seis años a mi lado. Y sin cocaína ni alcohol, podríamos haber tenido una vida feliz. No pensé que Tom fuera una mala persona.Tan pronto como llegamos al hospital, otras personas vinieron a la ambulancia y me quitaron a Tom.Sentí los brazos de Nicolás envolverme y me giré hacia él, abrazándolo con fuerza. No pude contener las lágrimas.- Oye, todo estará bien. - dijo presionándome contra él.- Nick... Apuesto a que usó más de lo que podía manejar.- Eso es parte de eso, Juliet... Tom siempre supo lo que estaba haciendo.- Yo... Creo que debería advertir a su familia. - Tomé mi teléfono.Llamé a su hermana y le expliqué lo que estaba pasando. Parecía preocu
Esa semana recibí varios mensajes de Simón. Todos preguntando que querían verme... Y que teníamos que hablar. Bloqueé su número, evitando que tuviera ningún contacto. Y no les avisé a Nicolás y Otto, porque no quería preocuparlos.Tenía fijada en mi mente la venganza contra Simon por todo lo que me había hecho y por creer que él podía ser el culpable de la muerte de mi madre. Sin embargo, terminar con una persona fue algo mucho más difícil de lo que imaginaba.Nicolás había prometido ayudarme, pero estaba demasiado ocupado con los negocios. Y no quería molestarlo con mis problemas... cuando él ya tenía los suyos. Al final, la venganza era cosa de película o telenovela. Incluso con todo el dinero del mundo disponible, seguía siendo complicado.El hecho de que Simon se pusiera en contacto de nuevo me asustó un poco. Tal vez nunca me dejaría en paz. Y yo sabía lo que él quería... Como si pudiera darle un resort que no era mío... Ni siquiera la casa en la que vivía era mía. Nicolás era du
- No.- ¿Está seguro?- Absolutamente. - Confirmé.Finalmente se fue.- ¿Lo que le sucedió? Yo pregunté.- También pensé en la posibilidad de un bebé. – dijo Oto.- No, no es. Solo estoy ganando mucho peso. Así que he decidido que dejaré de comer cosas que engordan y dejaré de beber refrescos.- ¿Y por qué estás subiendo de peso?- Creo que estoy comiendo demasiado.- Pensé en darte tantos regalos... Pero honestamente pensé que esto era lo mejor que podía darte.Otto me entregó la pequeña caja de terciopelo. Lo abrí y encontré un llavero plateado, con una foto de él y mi madre juntos. En el reverso había escrito: "Estamos orgullosos de ti". Sentí lágrimas brotar de mis ojos rápidamente.- Papá... Yo... Me encantó.- No quiero que llores. Se secó las lágrimas. - Quiero que seas feliz. Y recuerda que siempre fuiste nuestro orgullo. En su discurso, apuesto a que les recordaría a todos su ubicación en el examen de ingreso a la universidad, así como su mención de honor en la graduación. Pe
Paramos en un hotel de lujo, muy lejos. Tan pronto como entramos en la recepción, todos los ojos estaban puestos en mí. Era tarde en la noche, pero había mucha gente en el vestíbulo de entrada.Nicolás me siguió sin preocuparse, sosteniendo mi mano. Cuando subimos al ascensor, preguntó entre risas:- ¿Ladrón de puntos?- Pensé que me iban a pegar. Quedé con miedo."No quise arriesgarme por ti... Pero pensé que te gustaría que se sintiera real".- Me encantó la sorpresa... De hecho, tú siempre me sorprendes... - Me puse de puntillas, atando su cuello.Desabrochó el cinturón de su abrigo, dejando al descubierto mi cuerpo. Pasó su mano por mis nalgas, luego hacia mis senos mientras lo miraba morderse el labio inferior con lascivia.- Todos me miraban en la recepción. - Observé irónicamente, dejando caer el abrigo.- Están celosos porque la prostituta más hermosa es la mía.La puerta del ascensor se abrió y él me recogió mientras caminábamos hacia la puerta de nuestro dormitorio.- Gracia
Miré a Nicolás completamente despeinado y con los brazos enrojecidos. A través de la puerta pude ver a todos parados allí, observando la lamentable escena. Hora de irse. No sería yo quien estaría en medio de esa posible familia. Ya había sido rechazado por mi padre y no dejaría que Nicolás hiciera lo mismo. Mi corazón latía tan fuerte que podía sentirlo al mismo tiempo que mi pierna temblorosa.- Debe haber un error. - Dijo Nicolás, gesticulando nerviosamente con las manos, mientras caminaba hacia atrás, confundido. – Yo… yo no puedo tener un hijo. Ni siquiera te conozco. Miró a la mujer.- Me disculpa. – dijo, quitándose los anteojos y apoyándolos en su cabeza. No es a ti a quien estoy buscando.- Dijiste “el dueño del resort”. - dije asombrado.- Si no hay otro dueño del Paradise Resort... Me engañaron. - ella dijo.Miré a Nicolás y sentí que todo se oscurecía y no podía soportar el peso de mi propio cuerpo.Me desperté sentado en una silla con la cabeza hacia atrás. Vi a Eliete ya