William — seis años atrás.
—Hijo, lo que sucedió hace dos años…—¡No! no estoy buscando venganza, padre. Solo quiero que el miserable pague por el daño que causó. —Aprieto con fuerza sobre mis manos una fotografía.
—La venganza disfrazada de justicia, no siempre es el camino… —abre mis manos y toma la foto arrugada.
—¿Tienes idea de lo miserable que he sido estos años? he tratado de no pensar y enfocarme solamente en el caso, pero es imposible. —grito dejando correr mis lágrimas. —¿Tienes idea de lo que siento?
—Lo sé de sobra. Renuncié a mi hija y a la mujer que amo para no exponerlas a este mundo peligroso y ahora estoy buscando la manera de que ese mismo destino no la alcance. Si eso sucede, nunca podré mirarla a los ojos.
—¡No es lo mismo! —Grito. — Sabes que sigue con vida, puedes buscarla y verla frente a ti cuando quieras. Mientras yo… —Sollozo.
Ángel —actualidad El plan de William era bueno; solo tenía un ligero error de cálculo, Chang nos descubrió antes de empezar a ponerlo en marcha.Por unos segundos la muerte nos atrapó y vimos con impotencia como el miserable que arruinó nuestras vidas, escapaba una vez más de nosotros, tras una puerta falsa en su biblioteca.Hemos perdido mucho para llegar a tener esta nueva oportunidad. Florencia ha vivido los últimos tres años encerrada en una habitación bajo los efectos de la droga. Cristóbal ha sido un fugitivo de sus propios demonios, él infiltrase en los carteles más peligrosos del narcotráfico, no ha sido suficiente para sentirse útil desde aquel día. Yo utilicé las credenciales falsas para trabajar de periodista en un canal televisivo en Perú. ¡Sí! Tomamos caminos diferentes y al final,
ValeriaSeguía confundida, no lo soñé, no lo imagine, William dijo que me amaba. Y desde que salió por esa puerta no he podido pensar en otra cosa más que en eso y trato de buscar en mis recuerdos algo que me diga quien es en realidad William. Las respuestas deben estar en la Biblioteca. ¡Sí! Creo que ya es hora de entrar a los archivos secretos de mi padre.Abro la puerta de mi habitación y tengo a dos de mis guardaespaldas impidiéndome el paso.—Lo siento señorita Valeria, pero el licenciado pidió que no dejáramos que abandera su habitación.Me sonrió y les muestro las esposas en mis manos.—Esta es la peor broma de mi vida. ¿Qué les pasa? ¿Acaso soy prisionera en mi propia casa? Estoy permitiéndome quedar con estas hermosas e incomodas
William —horas antes Esta vez no perderemos, esta vez nosotros seremos los que tenderán la trampa, esta vez será diferente el final prescrito. Chang abrió la puerta oculta e intenta figurase. Por unos segundos lo consigue, antes de cerrar esa maldita puerta nos sonríe y observa vencidos, con ese final sangriento al que le ha apostado. Por esos cortos segundos todos volvíamos a caer acariciando la muerte. Hasta que despertamos nuestro instinto de cazadores e iniciamos la fiesta. No estamos acariciando la muerte, nos levantamos como el ave fénix ante sus aterradores ojos. Supongo que no esperaba vernos reaccionar como lo hicimos; esquivando las balas y peleando como lo que realmente somos; agentes entrenados dispuestos a morir en el campo de batalla por conseguir lo que buscamos.Nunca antes me sentí con tanta vida, acariciando con el alma cada uno de esos tiros perfectos. Cada golpe fue tan placentero que saborear mi propia sangre nunca
Valeria Cuando vi caer a valle algunos recuerdos empezaron a llegar a mi cabeza. Pero nada de lo que recordaba me decían el por qué Ramírez estaba haciendo eso. ¿Me lo diría si le preguntaba? En las películas los malos suelen contra sus planes al igual que las razones por las que son así.Pero por más que lo intente, de mi garganta no salía las palabras, más que ese pequeño grito de angustia. Estoy confundida y aterrada, viendo como mi madre se agacha para ver a Samiel. ¿Qué pasará con ellos? Estarán bien en ese lugar, ¿Podrán llamar la policía? Si son gente que Ramírez contrató quizás en estos momentos mi madre también pueda morir. — ¿Dónde están los documentos? —insiste. —Solo tenías que pedirlos, no tenías por qué matarlos. —digo al fin a media voz. — ¡Escúchame bien, porque no volveré a repetirlo! ¿Dónde están esos malditos documentos? —termina gritando. — ¿Por qué son tan importantes
Valeria Pensaba en mi teléfono celular, cuando el maldito empieza a sonar. Ramírez frenó intempestivamente y sin decir más, rebusca bajo mis prendas para quitármelo. “¡Maldita perra!” grita tomándolo en sus manos para lanzarlo por la ventana. —¿Querías pasarte de lista? ¡Eh! ¡Estúpida perra! No tuve tiempo de decir algo, solo aterrarme, pues el ruido de la llamada también me asustó.Unos minutos más tarde llegamos a un edificio vacío, parecía ser una vieja fábrica abandonada. Abre la puerta para bajar y me toma del brazo arrastrándome con él. ¡Maldito!Por los grafitis, los baldes de pinturas, latas en aerosol regados y carteles a su alrededor, parecía ser un almacén o depósito abandonado. A sus alrededores hay una extensa área verde y algunos autos cerca. Eso me hizo ver que no estaba del todo abandonada, eso y los hombres que salieron de su interior al irnos acercando, estaban
William ¿Cuándo me enamoré de Valeria? Quizá desde que empezó a crecer y a convertirse en esa mujer luchadora, que nunca se rindió ante las adversidades. O cuando empezó a gustarme esa sonrisa de niña, cuando empezó a reírme con sus ocurrencias, o desde ese día que, entre sus copas de más, me confesó que le gustaba. Debo confesar que, en aquella oportunidad, tanto mi cabeza como mi corazón estuvieron de acuerdo en evitarla.Había llegado hace poco a la mansión Lauder, ambos salíamos de una relación dolorosa y la causa principal para no tomar en cuenta sus palabras, fue el alcohol. Se había pasado de copas, fue a vísperas de Navidad, en una reunión de accionistas de la empresa en otra ciudad. La acompañé como de costumbre, jamás imaginando que esa noche cambiaría mi vida. Nos habíamos hospedado en un lujoso hotel y al pasarse de copas la llevé entre mis brazos a su habitación. —Eres demasiado atra
Valeria Sin dejar de jalonearme, me sube a un avión pequeño, no tiene idea de lo mucho que me aterra la idea de lo mucho que me aterran las alturas.El interior es muy elegante, supongo que es uno de esos aviones privados de lujo. Me lleva hasta uno de los asientos y me lanza en él. Se sienta frente a mí mientras uno de los hombres me acerca para sujetarme. —Debo de ir al baño. —replico de inmediato. —Son solo 3 horas, puedes aguantarte. —No lo aré. Hasta los peores asesinos a sangre fría conceden ese deseo. —Lo miro fijamente, sigo aterrada, pero no quiero mojarme los pantalones. — ¡Está bien! —Responde después de unos segundos. Y mirando al sujeto que está a mi lado le da la orden de llevarme a los servicios higiénicos. — ¡Ayuda a la damisela! Y si intenta hacer algo, ¡Golpéala!, pero no tan fuerte, la quiero consiente ¡Entendido! — ¿Qué se supone que haga en un avión? ¡Ah! ¡Maldito estú
Valeria He oído todos sus planes suicidas y puedo asegurar que no se han molestado de tomar en cuenta mi presencia porque saben que al final, moriré con ellos. ¡Si! Están dispuestos a morir por la causa. ¿Cuál es su objetivo? Exterminar a los agentes que hace seis años mató a sus familiares “¡Venganza, venganza!” Es su grito de guerra que atormenta mi cabeza desde hace unas horas. Me siento en medio de un campamento militar, hombres aguerridos sin miedo a la muerte, armas de fuego en cantidades, dinamita, granadas, muchos autos, después de toda la familia de Chang vendía automóviles llenos de armamento. Ramírez, como así lo conozco ha seguido dando indicaciones, me recuerda aquellos días cuando lo veía coordinando la seguridad de la mansión Lauder. Quiere vengar la muerte de su familia causando má