POV: AARON
Callie se había quedado dormida, su cuerpo relajado, empezando a sentirse en casa y segura, igual que yo. Acaricié su cabello, apreciando su belleza y posando los ojos en su pequeña barriga abultada. Necesitaba confesar que ella estaba aún más hermosa en su forma de embarazada.
— Una familia… — Las palabras jugueteaban en mis labios, formando una sonrisa suave. La idea traía un confort a mi pecho. — ¿Me merezco de verdad, Diosa, ser feliz en esta nueva vida?
Una brisa fría entró en la habitación, recorriendo nuestros cuerpos en respuesta, como si la Deidad susurrara “Destinos merecidos”.
Tanto Callie como yo habíamos sufrido y perdido mucho por culpa de Hunter y Nocturnus. Esta guerra estaba lejos de terminar, y era consciente de ello, pero haría lo posible para que el caos no llegara
POV: CALLIE— ¿Al hogar? — pregunté, retrocediendo unos pasos y chocando contra un montón de huesos apilados que cayeron con el impacto. En un segundo, Nocturnus estaba sentado en el trono, y al siguiente, ya estaba a mi lado, sosteniendo mi cadera con una mano firme.— Cuidado, no te vayas a lastimar, mi reina. — Vibró él, su tono suave, pero cargado de un aura maligna imposible de disimular. — Ya que no me permites vagar por tus sueños, te he invitado a los míos.— ¡Me secuestraste, no me invitaste! — Gruñí ferozmente, empujándolo para apartarlo. Sus ojos chispearon con diversión, acompañados de una sonrisa oscura.— No deberías tratar a un Dios de esa manera, híbrida, a menos que no te importe tu propio bienestar y el del hijo que crece en tu vientre. — No
POV: AARONEntré al portal y me encontré cara a cara con el Dios Oscuro, quien sostenía a Callie por el cuello, acercándola de manera íntima a su grotesco rostro.— ¡Suelta a mi Luna! — Rugí ferozmente en mi forma de Lycan, con las garras afiladas prominentes y los colmillos sedientos de su sangre. — No lo pediré de nuevo.— Siempre apareces en momentos inoportunos, guerrero de la Luna. — Despreció la deidad, apretando más las manos en su cuello, haciéndola gruñir.— ¿Qué tal si resolvemos esta guerra aquí y ahora? — Gruñí, vibrando con mi poder supremo, haciendo temblar su reino sombrío.— ¿Y anticipar nuestra diversión en tu mundo? — Giró sus ojos sombríos hacia mí, lanzando a Callie con fuerza. La atrapé antes del impacto, pero
POV: ARRONMe tomé un momento hasta que mi mente se habituó; fruncí el ceño bajo la mirada de la bruja, que emanaba su magia sobre mi cuerpo.— ¿Hemos vuelto? — dije, confuso, frotándome las sienes. — ¿Dónde está Callie?Me levanté, tambaleándome hacia un lado y sosteniéndome en la camilla, siendo ayudado por Yulli.— Ve con calma, grandote, has estado inconsciente durante una semana. —dijo la hechicera con la voz cargada de emoción. — Callie está bien.— ¿Qué? ¿Una semana? — Gruñí confundido, manteniendo la mirada fija en su dirección. — ¿Qué pasó? ¿Dónde está ella?— Siéntate y hablemos; tu agitación no ayudará en nada. — Yulli mantenía un tono suave, como si noticias
POV: CALLIELas noches eran tensas y sombrías, una constante batalla contra los miedos que habitaban mi mente. Cuando finalmente lograba conciliar el sueño, me encontraba sola en el templo, un lugar que antes había sido sagrado y seguro. Cerraba los portones con manos temblorosas, mientras el miedo y la incertidumbre me dominaban.Miraba por las rendijas de los portones, esperando una señal de su esencia, una presencia que me trajera consuelo. Pero él no venía. Con cada momento de espera, la ansiedad crecía, como una sombra que me envolvía.Fue entonces cuando, en medio de esa vigilia solitaria, la realización me golpeó con una dolorosa claridad.— ¡Él no siempre vendrá! — susurré, la voz entrecortada por el dolor de ese descubrimiento.Desde que fuimos arrastrados a la tierra de Nocturnus, todo se v
POV: AARONSalí del hospital un día después, consciente de las responsabilidades que me aguardaban. Varios informes se habían acumulado, detallando las acciones de los últimos días. Kemilly y Keenan habían liderado un ataque decisivo contra los lobos errantes que rondaban nuestra base, limpiando la zona y liberando a los prisioneros que aún no habían sido corrompidos por la magia de Nocturnus. Sin embargo, Jaxon y Esmeralda habían desaparecido misteriosamente. Keenan había perdido su rastro en medio de la densa fauna, tras sufrir ataques consecutivos de la secta que servía al Dios Oscuro. La conexión de ellos con Dante y el dios sombrío se estaba volviendo cada vez más evidente.Se sucedieron largas horas de conversación con el consejo de guerra. Discutimos nuevos planes y estrategias, mientras ingería elixires para acelerar la recuperaci
Mi pata golpeaba contra el charco de agua fría del bosque, los sonidos de la caza eran cada vez más fuertes y cercanos. Con el corazón acelerado, el miedo se instalaba en mi interior, el desespero me consumía. Me detuve, en la oscuridad absoluta, mi vida era así, sin poder ver, tuve que desarrollar mis otros sentidos para sobrevivir a los ataques de los lobos de mi propia manada.Olfateé el ambiente. Ya había sido soltada en esa fauna por mi padre, quien me usaba como presa viva para entrenar a sus guerreros, aparentemente era la única forma en que podía contribuir con la manada.Debido a mi condición de ciega, era considerada una carga para los lobos, aún más en el delicado momento que estábamos viviendo con la falta de recursos. Algo que me fue atribuido a mí, como la renegada de la Diosa Luna, mi manada me culpaba por la falta de alimento y el hambre que sufríamos.Pero yo sabía que esto era solo una excusa de mi Rey y padre, que por diversión, a veces, se unía a la caza solo para
El olor a sangre era tan fuerte que parecía palpable en el aire, mezclándose con los gritos intensos que resonaban por toda la manada. Gruñidos seguidos de rugidos aumentaban la sensación de caos:— ¡Estamos siendo atacados! — Gritó alguien a lo lejos.Miré mis manos, tocando mi rostro asustado. Jale algunos mechones de cabello hacia adelante y vi las puntas moradas. Una visión que me dejó perpleja.— Mi Diosa, ¿estoy viendo? — Miré a mi alrededor, viendo a varios lobos caídos. Era una carnicería. No muy lejos, avisté a mi padre acercándose en su forma de hombre lobo. Quitó la mano del lugar herido, donde debería estar el corazón, había un enorme agujero. Se arrastró hasta quedar a centímetros de mi rostro, posando sobre mi cuello.— ¡Todo esto es tu culpa, por la maldición que cargas! — Gruñendo débilmente, Hunter me miraba con un odio extremo. — Voy a llevarte conmigo.Apretando con más fuerza, miré el vientre de mi padre y vi una mano atravesarlo cerca de mi cuerpo. Algo en su espa
— ¿Qué? ¿Por qué haría eso? — Orión preguntó inquieto. — ¿Tuviste otra visión? Algo malo está por suceder, ¿verdad?— No lo sé con claridad, pero necesito que estés a salvo… Por favor, insisto en que salgas de la manada hoy mismo. — Supliqué, aunque no pudiera ver, sentí que él estaba reflexionando. — ¿Orión?— Está bien… Pero, ¿y tú? — Suspirando, sentí que él se levantaba.— Estaré bien, solo mantente a salvo, eres como un hermano para mí. — Me esforcé por sonreír.— Hermano… — Gruñó el omega con desagrado. — Más te vale estar viva cuando regrese a la manada.— ¡Haré lo mejor que pueda!Sentí que se había ido. En una oración, le pedí a la Diosa:— Por favor, protege a mi amigo y hermano de corazón.Volví a ceder ante el cansancio de mis heridas y desperté en mi oscuridad con una fuerte patada en el vientre. Gemí desesperada, sintiendo las lágrimas acumularse, y al olfatear los aromas, percibí a alguien conocido que estaba presente y furioso.— Maldita, me dejaste mal frente al Alfa