Cómo me hubiese encantado tener a alguien que supiera todo de mí por el puro placer de estar para mí en todo momento.Por el puro placer de conocerme, por el puro placer de disfrutar conocerme como su fuera parte de ella.Suspiro, pensando en que debería ir al psicólogo. No creo que el resto de hombres en éste mundo se pasen la vida anhelando un amor para siempre, una mujer que llegue para quedarse toda la vida.Yo lo intenté, pero fallé estrepitosamente en lo de conseguir que me amara como yo la amé.Huyó a la primera prueba.¿Y yo?¿Dónde estaba yo?Congelado, enfocándome en sentir cada grieta que se abría paso en mi corazón.Termino de responder las preguntas en lo que siento que es un tiempo récord y entrego el formulario listo a Jack.Él suspira y lo veo entregárselo a la mujer uniformada que se encuentra detrás de la recepción de la clínica.Este lugar es demasiado tranquilo.No hay ruidos, sólo silencio y tranquilidad.—Acompáñame al patio un momento, Daniel. —me indica él y lo
CALEBMiro el pequeño angelito en mis brazos, mientras pienso en lo que tendré que hacer para no dormirme durante toda la noche.No puedo sólo dormirme.¿Y si la bebé necesita que la gire durante la noche?¿Y si se ahoga con su propia saliva?¿Qué pasa si se hace del dos y quiere que la cambie?¡Ella ni siquiera es quejona, no llora!¿Cómo podría decirme lo que quiere?Los doctores siguen preguntándome qué cómo me siento y yo sigo respondiendo que bien.Pero seamos sinceros, ¿qué tanto puedo decir si acaba de morir la madre de mi hija y no sé qué mierd@s haré para criar solo a la bebé?Lo bueno es que asimismo están al pendiente de la bebé y de lo que le puede faltarle. Cada hora aprendo algo nuevo sobre cómo cuidarla y yo sólo espero que mi memoria sea lo suficientemente competente para recordar todo lo que me enseñan.Últimamente, solo me limito a responder como un robot, mi mente sigue pensando en cómo haré para sobrevivir a esta aventura.Aun no puedo creer que Rachel murió.Ahora
DANIELTengo que solucionar esto cuanto antes.— ¿Y el bebé, Jack? ¿Qué ha sucedido con el bebé?— pregunto preocupado de dónde se encuentra.—Es una niña, hermano. Felicitaciones, eres padre de una pequeña cosita linda y bien portada. Deberías ver cómo la aman en el área de maternidad. —dice con cariño y mis ojos se humedecen furiosamente.Jack se mantiene en silencio un rato, mientras yo suelto por los ojos toda la tristeza que he estado conteniendo por casi un año.No sabes lo mucho que me rompiste el corazón, Rach, pienso con ironía.Una vez que consigo calmarme un poco, me aclaro la garganta.— ¿Cómo puedo recuperarla, Jack?— pregunto sin más.Mi amigo suspira ruidosamente y por su expresión me imagino que no me dirá algo muy agradable.—Esa es otra historia… La niña actualmente está registrada bajo el nombre de Caleb Dryden, lo que quiere decir que la pequeña es legalmente su hija. Para que pudieras demostrar tu paternidad, sería necesario un examen de ADN. — dice y lo veo mirar
—No enti-tiendo porque mamá no te asignó gente del servi-vicio para el departamento, ¡si a mí no me deja-jaban en paz en la cabaña! — le escucho decir a Jared desde la habitación, mientras camino por el pasillo con la cesta de ropa sucia.—Hablando de eso…—le digo aprovechando que sacó el tema a relucir. —He escuchado que una de las chicas de limpieza te ha tenido la vida hecha cuadritos desde que llegó. — agrego, alzando la voz por el pasillo para que logre escucharme.—Estoy seg-g-guro que el soplón de Zareck vi-vino a decirte t-todo. — exclama Jared molesto. —Es que defi-fi-finitiv-vamente ese enano no puede guardar ningún secreto… Es un com-completo bocazas. —agrega irritado.—Eh, ya. Relájate.—digo al escuchar su tartamudeo.— No la agarres contra el enano sólo porque tu amorcito no te pela. —le digo burlón.Jared suelta una carcajada fuerte y decido ignorarlo.Tal como he hecho desde la infancia con todas sus peleas tontas, para finalmente ir a lavar la ropa.Porque definitivame
Sólo espero que aún quede chance de salvar a mi hija de éste vórtice de problemas, pienso y suspiro.En definitiva, solo queda aprender que la vida da demasiadas vueltas y que nunca estás preparado para soportar todas las vueltas.Hay personas que dan mil vueltas y no les afecta porque tienen estómago de hierro… Pero, honestamente, creo que ni siquiera con un estómago de hierro se puede ignorar todo esto.Tomo el cepillo que está en la mesa de noche, junto a la camilla, y le cepillo el cabello a Rachel.Me esfuerzo por hacerlo con cuidado, dándole pequeñas cepilladas a sus mechones que tienen un color parecido al del carbón.De pronto, los recuerdos de una voz de mujer se pasean en mi memoria.Me llegan imágenes de mis manos hundidas en un cabello color castaño con reflejos y yo parpadeo tratando de alejar esos recuerdos.Pero no sirve de nada, porque me invaden flashes de una piel suave color canela. Bajo el tacto de mis dedos, erizándose con mi toque.Dejo el cepillo en la mesa de n
CALEBUna vez que tengo a la bebé cómodamente acostada en mis brazos, suspiro y algunas personas se giran a mirarme en el aparcamiento del hospital.Cierro la puerta del auto con mi trasero y recuerdo que las llaves están en mi bolsillo, después llevarme un susto pensando que las había dejado dentro del auto.Ante mí, el hospital en el que está mi hija nació, se alza orgulloso y regio, haciéndome pensar que realmente no sé cómo pueden crear unos monumentos tan gigantescos, edificios tan grandes que ni siquiera podemos mirar hacia arriba sin que nos duela el cuello.Hoy estoy aquí para hacer el chequeo semanal a la pequeña Sammy, el mismo que le ha correspondido desde su nacimiento cada semana.Además vengo con el plan de encargarme de los documentos que debo firmar a raíz de la muerte de Rachel.De eso y de encargarme de todo su procedimiento.Estoy seguro de que tendremos que usar la cuenta de Dryden Company para pagar la deuda de Rachel, a causa de los precios elevados de la deuda.
El día se va en un parpadeo y de pronto me quedo dormido después de acostar a Sammy.Mi cuerpo comienza a despertar y abro un ojo, intentando ver qué hora es, pero no consigo enfocar bien.Siento que ya es un nuevo día, uno que llegará de seguro con muchas cosas por hacer.Vuelvo a intentar mirar y el sol se cuela por las ventanas del departamento.Aterrado, me doy cuenta que ha amanecido y olvidé despertarme para revisar a la bebé a las cinco de la mañana.Me paro de la cama y corro hacia su habitación pero para mi sorpresa, la pequeña está dormida.Verifico que esté respirando bien y la arropo un poco más para asegurar que no le dé frío.La observo obnubilado por lo preciosa que es y de pronto surgen varias interrogantes:¿Qué motivos tendría su padre biológico para no hacerse cargo de ella? ¿Qué motivos tendría para abandonarlas?¿Por qué Rachel mentiría encubriéndolo?—Creo que lo mejor es conocer, de una vez por todas, la verdad. —pienso y busco mi teléfono en mi habitación.Res
—…Entonces, ¿qué te dijo la doctora? ¿Todo estaba bien con el embarazo? pregunta mi hermano de pronto, sentándose a mi lado en la mesa del comedor.—Sí todo está bien. —le digo al tiempo que me llevo un bocado a la boca.—¿Y cuando podemos saber el sexo del bebé?—pregunta de luciendo bastante curioso.—Pues supongo que aún falta mucho para eso… Los bebés se muestran después del quinto mes y yo apenas estoy comenzando el primer trimestre, apenas estoy comenzando a tener los primeros síntomas. — admito y me enojo de hombros incomodar sobre qué más decir.—Oye, Caddie, quería hablar contigo acerca de…—comienza a decir mi hermano, pero el abuelo Lucien entra al comedor interrumpiéndolo.— ¡No se imaginan lo contento que estoy de encontrarlos aquí! —dice el abuelo pasando a mi lado.Él regresa un par de pasos y me da un beso en el cabello, para luego caminar hasta Daniel y darle un beso en la cabeza.—Estoy tan orgulloso de ambos… Gracias a Daniel todas las cosas que estaban pendientes por