Eran casi las diez cuando Tamír llegó a la casa de Gilberto con Sissa, los recibió muy bien (Su hija con muchos besos y abrazos y Tamír con un seco hola), y los invita a la casa. La pequeña Sissiane trajo su mochila con ropa y Tamír solo una bolsa para cambiarse de ropa y lo básico para la higiene personal, ya que no pensaba quedarse mucho tiempo allí. Van a la habitación de Sissa para dejar sus maletas y hacer algo juntos.

Durante mucho tiempo miraron, hablaron, jugaron, se unieron a una familia armoniosa y feliz, pero aun así Geilberto pateaba ocasionalmente a Tamir y a Sissa no le gustó eso. Como si no quisiera ese día juntos, como si se sintiera obligado a quedarse allí en su compañía, ya que tanto Sissa como Tamír estaban siendo groseros, pero no se lo tomaron en serio, pensando que era su habitual forma grosera de hablar. hablando. Hasta que llegó un momento en que Sissa fue a tomar una ducha para almorzar, y Gilberto aprovechó el momento para hablar con Tamír hace uno