En el auto, Tamir estuvo con los ojos vendados todo el tiempo y su hija se reía de la situación. No dejaba de preguntar dónde iban a cenar, pero Michaluz solo le dijo que tuviera paciencia, que ya estaban aquí. A Sissi le encantaba todo el misterio, y era cómplice de su tío para conducir el coche de la manera más natural, por una calle recta para que su invitada no sospechara el camino. Porque ella ya había estado allí una vez con él.

- Michaluz a donde me llevas? – Pregúntale a Tamir

- ¡Sorpresa! – Responde Michaluz

- Me estás matando como esa criatura. – dice Tamir en agonía.

- ¡Cálmate mamá! - dice sissi riendo

- Y sorpresa jajaja - Finaliza Sissi

- ¡Ustedes dos se están preparando bien! - Desconfía de Tamir

- ¡No! – Dice Sissi y Michaluz al mismo tiempo

Los dos se miran y empiezan a reírse muy bajo, para no poner más tenso a Tamir. Ella deja de intentar sacarles algo y simplemente se ríe, diciendo que volverá. Michaluz le advierte que si lo hace, él estará listo y su hija está de