Kaleb:
He venido a pedir una copa de vino y esperar a que Sylvana salga del tocador. El dolor en mi torso es constante.
—Pensé que te irías a buscar a tu mujer Kaleb… —otra vez Joanna
—Estoy esperándola.
—Vaya, no puedo creer la suerte que tiene de tenerte… —dice con voz seductora, no entiendo como pude liarme con ella alguna vez —. ¿Te ha tratado bien?, ¿tan bien como yo?
Suelta una carcajada y yo me remuevo incómodo. Solo quiero que se vaya, no puedo ni siquiera verla a los ojos, es una mujer muy atractiva pero hace tiempo que dejó de ser mi estilo.
—Estoy mejor que nunca Joan
Sylvana:Se lo he dicho. Mierda ¡Se lo has dicho Sylvana!, esto solo lo sabía Jimena y nadie más y ahora… genial. Hago mi cuerpo un ovillo y cierro los ojos de golpe.Puedo escuchar su respiración, el latido de su corazón chocando contra mi espalda, quisiera volverme a él y refugiarme en su pecho.Este se ha vuelto mi lugar favorito, pero también pudo haber sido el lugar favorito de Joanna… y de quien sabe cuántas mujeres más. ¿Y qué esperabas Sylvana?, ¿que fuera santo, casto y puro?, en ese caso sería sacerdote. Obligo a mi mente a callarse… no funciona.Tengo que aceptarlo, tengo que vencer mi inseguridad… él dijo muchas cosas buenas hace u
Kaleb:Sylvana se ha quedado dormida, tengo que ir a hablar con Adrián sobre lo sucedido. No puede ser que esa mujer haya entrado de esa manera a nuestra habitación.La acomodo delicadamente en el colchón y me levanto con esfuerzo. Joder, el dolor me está matando. Recuerdo que de nuevo no he tomado mis pastillas, tengo que ir a buscarlas. Antes de salir reviso varias veces la ventana del balcón, cierro las cortinas y coloco dos cámaras portátiles, mirando hacia la cama y otra más con vista periférica de la habitación. Díganme loco no me importa.Conecto la señal a mi dispositivo móvil y salgo de la habitación cerrando con llave. Doy un saludo hacia dos hombres que están fuera y doy la orden de no parpadear siquiera.&nbs
Sylvana:Hay algo mal aquí, mi vista está nublada y… ¿Quién es ella? “Sylvana, aléjate de él” dice Joanna sonriendo, “acabará contigo, créeme”. ¿Qué es esto?, un arma… tiene un arma.“NO”, grito como una loca y poco a poco comienzo a escuchar la voz de Kaleb, está llamándome. “Terminarás muerta, no sabes de lo que es capaz”.—Sylvana, despierta… —mi respiración es pesada, abro los ojos de golpe y me encuentro con sus ojos—. He, ¿estás bien?Asiento varias veces mientras me siento en la cama, toco mi frente y me doy cuenta que estoy empapada en sudor. Tomo aire una
Kaleb:Tomo un suspiro. Estoy luchando contra mí mismo, tratando no lastimar a Sylvana de ninguna manera.Nunca he estado con una mujer virgen. Ni siquiera en mi primera experiencia sexual fue así. Es por eso que estoy vuelto loco de la excitación.—Debes relajarte —digo colocándome sobre ella—. Relaja tus piernas, respira, disfruta tanto como yo.Beso sus labios mientras mi mano recorre el camino hasta llegar a su sexo. Joder… está húmeda, muy húmeda. No quiero dejar de besarla.—Voy a entrar, ¿está bien? —estoy agitado pero es por las ansias que siento. Su cabeza se mueve dándome una respuesta afirmativa. Tomo mi miembr
Sylvana:Abro un ojo y la luz del sol me cega. Estiro mi cuerpo y algunos huesos truenan en mi espalda. Siento mis labios hinchados, las piernas adoloridas y… oh, ya no soy virgen. Pestañeo varias veces y al volverme hacia atrás veo a Kaleb completamente dormido. Busco el reloj y señalan las 3 de la tarde.Repaso en mi mente todo lo sucedido. Me he despertado como a las 6 de la mañana, he tomado un baño y cuando llegue al vestidor Kaleb me ha interrumpido y terminamos haciendo el amor… y de qué manera.Escenas de su cuerpo sobre el mío, de su miembro adentrándose en mi y su sudor cayendo en mi pecho hacen que me estremezca y mi entrepierna se humedezca de nuevo. Me siento en la orilla de la cama y trato de ponerme en pie. Mis piernas se sienten bastante
Kaleb:Reviso de nuevo los embarques y no puedo creer lo que estoy viendo.—¿Cómo puede ser que nos lo hayan confiscado?, jamás nos había pasado algo así… —replico molesto—Es lo mismo que yo pienso, estos rumbos nadie más los conoce a excepción de nuestro personal y nosotros.Maldigo una vez más. La policía está sobre nosotros, han confiscado dos tráiler con medicamentos y hemos perdido miles de dólares con ello. Trato de buscar una respuesta, pero todo indica hacia donde mismo… nos han traicionado—Debe ser alguien cercano…—¿Adrián? &mdas
Sylvana:Estoy muy nerviosa, las palabras de Kaleb me han hecho sentir escalofríos y mojar mi entrepierna. No puedo negar que me siento muy ansiosa por volver a compartir esos momentos con él… son fantásticos.Mi móvil suena, es Jimena su llamada me toma por sorpresa pero no puedo evitar sonreír mientras contesto—Amiga, que gusto saber de ti —me interroga con mil y un preguntas comenzando por un “¿Por qué rayos no me has llamado?”—Vale, te he dicho que he estado ocupada, además…—¿Te has acostado con él?—la obligo a que guarde silencio—Jimena por fa
Kaleb:—Tenemos algo pendiente mi amor… —digo en su oído haciendo que su piel se erice. Tomo su ligero cuerpo entre mis brazos y salgo de la sala dirigiéndome hasta nuestra habitación. Cierro la puerta dando un portazo y comienzo a besar salvajemente sus labios, cuello, clavícula. La he deseado desde que nos levantamos de esta cama. Comienzo a deshacerme de su ropa rápidamente hasta dejarla en solo bragas y sostén…—Hermoso juego —muerde su labio y me abalanzo sobre ella una vez más.Nuestro juego de seducción continúa por horas. Jamás logro saciarme de ella, siempre quiero más y más. He olvidado las preocupaciones, las confiscaciones, la policía, mis miedos, mis errores… para m&iacu