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Capítulo 41

Un día en la vida del brujo.

-¿Cómo has estado hijo mio? -mumuró su madre y luego se dio cuenta de mi existencia:- ¿Quién es esta señorita?

-Ella es Francia -dijo y yo me levante-, es mi amiga.

Le tendí mi mano sin embargo la señora me apretujó en un abrazo, y se separó solo para mirar mi rostro, no pasé por alto que olía a sudor o cajas viejas.

-¿Nada de compromisos? -Me alzó una ceja y al ver mi rostro lleno de confusión, espabiló su mano en el aire-, olvidalo. Me llamo Claudia. Que agradable sorpresa, ¿ya comieron?, ¿Balti, les ofreciste siquiera agua?

Baltazar negó con la cabeza. Su madre estaba tan llena de emoción que fue directo a la cocina a comenzar a hacer comida mientras hablaba del negocio de hortaliza

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