CAPÍTULO 5

“Para Atrapar A Un Asesino Necesitas Profesionales”

Cuando sientes el último aliento de vida que sale de la mujer, te fijas en sus ojos. En algún punto, es ser Dios.

—Ted Bundy

15 de septiembre

D A R I E N

Viktor Casteli...

Alto y musculoso, lo suficiente como para matar a alguien.

Astuto, bastante como para engañar a una chica y a un par de policías que nunca se habían visto en esta situación.

Con el dinero necesario para sobornar a cualquier persona.

Él es mi principal sospechoso.

Bueno, el único.

Confesó tener ataques de ira..., quizá en medio del estrés por llevar un mes sin poder salir de este pueblo, a causa del asesinato sin resolver, le dió alguna crisis y decidió volver a matar.

Sin embargo tengo un pequeño problema: Vent Casteli.

Él es aún peor que su hijo.

—Oficiales —Nos saluda el señor Casteli con falsos ánimos cuando nos abre la puerta de su departamento.—Qué sorpresa verlos por aquí, ¿por fin pudieron hacer bien su trabajo?

—¿Dónde está su hijo, señor? —Pregunto reuniendo la poca paciencia que hay en mi sistema.

—¿Para qué lo necesitan?

—¿Sabía que la nueva novia de su hijo acaba de ser encontrada muerta? Por la expresión que acaba de poner en su cara asumiré que no, así que, como ya sabrá, debo hacerle unas cuantas preguntas a su hijo. —Lo empujo suavemente con el hombro y entro.

–¡Viktor! Tus amiguitos te están buscando. —Grita el señor -dudo que haga falta recalcarlo, pero, por cualquier cosa: con sarcasmo- para que su hijo nos atienda.

—¿Puedo saber para qué me necesitan ahora? —Dice en cuanto llega a la sala en la que nos encontramos.

—¿Conoces a Naia Croen? —Chase pregunta aunque ya sabemos la respuesta.

—Sí, ¿por qué?

—Bueno, esto podría ser un poco déjà vu, pero fue encontrada muerta esta mañana en las afueras del lado este del pueblo. —Informa.

—¿Qué? —Inquiere incrédulo el sospechoso.

—Lo mismo dije cuando me enteré.

¿Cuándo será el día en el que Chase entienda que no debemos bromear con los sospechosos? ¡¿Cuándo?!

—Ya tienes experiencia en esto, así que ya sabrás que debemos hacerte algunas preguntas. —Informo.

—Adelante. —Nos ofrece asiento.

El interrogatorio no dura mucho, no nos da mucha información, cualquiera pensaría que es un adulto joven completamente normal. Sin embargo, es imposible verlo de esa manera después de estar relacionado con dos muertes.

Según su declaración no hubo algún evento violento con Naia, pero cinco minutos después admitió haberle gritado y empujado en una ocasión. Lo que me hace preguntarme cuánta información nos estará ocultando.

Vamos a la estación donde nos encontramos con Keitha y nos dice lo mismo que el caso anterior: no hubo maltrato, le dieron una buena cena y le extirparon los ojos antes de sacarle el corazón.

Añadió que el corte en el pecho parece estar echo con más cuidado.

Hay algo que se está escapando de nuestra comprensión, eso está más que claro, el problema es que no lograremos resolver esto hasta descubrir el punto en el que estamos fallando.

15 de octubre

No quiero que esto se convierta en una costumbre.

Acostumbraba estar contento a mitad de mes porque significaba el día en el que me llegaba mi pago, ahora no puedo sentirme bien sabiendo que es la tercera ocasión en la que encontramos el cadáver de una joven castaña, de ojos negros y que ronda entre los 24 y 25 años de edad.

Iba entrando a la estación cuando me informaron de la nefasta noticia:

Fedith Vren fue reportada desaparecida hace dos días, sus padres creyeron que había ido de viaje con alguna amiga pero, lamentablemente, la encontraron muerta en la madrugada. Su cuerpo fue dejado encima de la tumba de otra mujer.

Sin ojos, sin corazón y vistiendo un camisón blanco.

La investigación resultó en lo mismo: nada de ADN, ninguna huella, el registro de llamadas con nada fuera de lugar, las cámaras sin muestra de ser manipuladas pero sin rastros de que alguien hubiera pasado con un cuerpo.

Es como si todo pasara de la nada.

El hecho de que haya durado tres días en manos del asesino me hace pensar que está evolucionando.

Por primera vez dejó a la víctima en un lugar público, como si se estuviera hartando de estar escondido, o simplemente su fantasía avanza cada vez más.

El problema es que no sabemos qué paso en su vida que lo hizo comenzar a matar.

Mata mujeres, ¿algún trauma con su madre? ¿O alguna novia?

Detesto tener más preguntas que respuestas.

Tarareo los dedos contra la madera de mi escritorio en un ritmo constante, tratando de controlar la ansiedad que siento y que la música de espera saliendo del teléfono sólo empeora.

Admito que el tema se agravó de una manera que nunca llegué a imaginar.

Cualquier otro policía ya hubiera renunciado, entre la falta de respuestas y los constantes intentos de soborno por parte del señor Vent, este se hubiera sumado a las miles de carpetas de asesinatos sin resolver.

Sin embargo, si hay algo que me caracteriza es ser terco y no rendirme.

Por fin alguien responde mi llamada, y gasto treinta minutos rogándole a mis superiores por ayuda.

Después de gritos e interrupciones llegamos a un acuerdo.

Enviarán a un experto en asesinos seriales para que nos ayude a resolver el caso.

Chase, Keitha y yo nos reunimos para arreglar todas las pruebas, reportes, testimonios y todo lo que sabemos nos pedirá el experto al llegar.

Es la una de la tarde cuando la campana en la puerta de la estación suena indicando la llegada de alguien.

Volteo y veo a una mujer alta, quitándose las gafas de sol dejando ver unos deslumbrantes ojos verdes.

—Buenas tardes, ¿en qué podemos ayudarle? —Saluda Chase.

—Adara Vräse, me enviaron sus superiores para ayudarles con un asesino serial. —Pasa de él y se acerca a la mesa donde estamos Keitha y yo para sentarse.

No dice mucho, se dedica a analizarnos con la mirada hasta que empezamos a hablar del caso.

Estamos tres horas sentados hablando de todo lo que sabemos mientras ella permanece casi siempre en silencio, sólo preguntando cosas de vez en cuando.

—¿A nombre de quién estaba la tumba donde dejaron el último cadáver? —Pregunta.

Reviso entre las fotografías que tomamos en la última escena y lo encuentro: —Marya Graien.

—¿En la lápida dice de qué murió?

—Sólo dice: “Amada madre, hermana y amiga. Esperamos el sol salga para ti de nuevo, y sonrías ante un nuevo y mejor amanecer” —Interesante, una metáfora—. Murió el 15 de julio de 1907.—Me adelanto a su siguiente pregunta.

—¿Tienen archivos de ese año? —Sigue con las preguntas.

—No lo sé —Respondo con duda.

¿Piensa revisar archivos de 1907?

*********

Llevamos dos malditas horas revisando entre anotaciones de detectives muertos. Chase nos abandonó, según él es alérgico al polvo pero puedo asegurarles que está comiendo, cosa que no he podido hacer en todo el día.

No esperé que la especialista fuera tan... ¿demandante? Sí, creo que esa es la palabra.

—¡Encontré los de 1907! —Exclama una Keitha emocionada. Nos acercamos a donde está y buscamos las notas del 15 de julio. Notas que encuentra Adara después de media hora.

El papel está un poco amarillento y todo está cubierto de polvo, hay partes en las que la tinta se corrió, aún se entiende pero cuesta entender un poco.

—Marya Graien. La encontraron muerta en su alcoba, recostada con su cama. Mostró signos de sufrir violencia por parte de su esposo, tiempo después lo condenaron cuando se determinó que había sido el culpable.

—No fue coincidencia, la primera victima era agredida por su ex pareja. ¿Se centró en buscar más sospechosos, detective? —Deja la pregunta al aire.

—No encontramos nada más, nos centramos en Viktor Castelli, todo apunta a él. Sería demasiada coincidencia que las dos víctimas hayan tenido alguna relación con él.

—¿Le interrogaron sobre la tercera víctima? ¿Saben si tuvo contacto con ella?

—Estuve toda la mañana pidiendo un especialista en el caso, sólo revisamos la escena.

—¿Y qué estamos esperando, entonces?

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