Camille da dos golpes en la puerta de Andy, esta impresionada por la perfección de cada uno de los espacios que la rodean, para sus adentros sabe que la única oficina fuera de contexto al igual que ella era la suya.
La puerta se abre automáticamente, ella se queda boquiabierta al ver la oficina de su jefe, parecía un espacio de un Dios del Olimpo, pero modernizado, emanaba un olor perfecto, frente a ella se ubicaba un escritorio de un fino vidrio macizo, que solo estaba ocupado por unos cuantos documentos y una bella laptop de pantalla gigante.
Detrás del escritorio estaba de espaldas en una silla presidencial gigante, el jefe, EL CEO, solo se podía divisar su cabello sobresaliente y su mano puesta en el antebrazo, reluciendo el hermoso reloj de oro.
-Se demoro seis minutos en llegar a mi oficina Camille Ibis ¿acaso a usted no le advirtieron que la puntualidad es el lema de la empresa? - El tono de voz es bastante alto y amenazante.
-Pero si vine apenas usted me lo pidió señor- Ella ni siquiera sabía el nombre de su jefe, había sido tan despistada que escasamente sabía que quien la contrato era Martha. Y tal era el desprecio de sus compañeros que nadie le hablaba para poder captar un poco de información.
- ¿Cuántos minutos le dije que tenía para acercarse?
-Dos minutos señor
- ¿Por qué razón se tomó seis minutos en llegar a mi oficina?, si conociendo los espacios de este piso, sé que la distancia entre la suya y esta es de aproximadamente un minuto treinta segundos, le di treinta segundos más por si resbalaba o algo similar.
Camille no se esperaba escuchar esto de parte de Andy, la forma tan calculadora y fría con la que le estaba hablando le hacía dar escalofríos.
-Yo, yo lo siento señor, discúlpeme, no vuelve a suceder. -Su voz se vuelve más suave y ante los oídos de Andy, por cualquier razón resulta enternecedor.
Él se voltea frente a ella, quedando su mirada fija ante su rostro, los dos se miran embelesados, como si ya se conocieran. Ella inmediatamente se pone roja, y la vergüenza la invade, no se imaginaba que su jefe era un hombre tan joven, guapo y abrumador.
- ¡Ah, pero si es usted!, la que se tropezó conmigo y mi prometida en la calle, ya veo que su despiste es uno de sus defectos más notorios- Le dice mientras hace una mueca con su boca y esboza ironía.
La cara de Camille ahora está llena de furia, todos en esa empresa eran unos miserables, desde su jefe en adelante.
-Si soy yo, dígame para que me llama señor
-Soy Andy Alf, el CEO de la compañía para la cual usted trabaja, por si no se lo habían informado, y por si usted no se tomó la molestia de averiguarlo
-Dígame señor Alf, ¿para qué me llamaba? -Camille responde apretando los dientes evitando gritarle por su arrogancia
-Usted cometió una falta ortográfica en este informe, le hace falta una tilde, en una palabra, lo cual podría cambiar el contexto de este, esto le traería una sanción, ¿lo sabía?
Para sus adentros Camille pensaba que era el reclamo más ridículo que alguien podría hacerle en el mundo, él lo puede corregir, no era necesario todo este espectáculo.
-Lo siento señor, perdone usted mi despiste, como bien lo ha dicho es mi más grande defecto, prometo que no vuelve a pasar. -Le dice mirándolo irónicamente.
-Esta suspendida una semana sin pago, debió leer el reglamento cuando ingreso- Se levanta de su silla y se acerca para abrirle la puerta
-Pero señor- A Camille le rueda una lagrima por la mejilla cansada de todo lo que le pasa. Una semana sin pago significaría que no tendría para cubrir uno de sus gastos programados-Por favor, no me haga esto, yo necesito el dinero
Andy al acercarse más a ella, se da cuenta que a pesar de sus vestiduras es una joven muy hermosa, la piel de su rostro es tersa y libre de maquillaje, su cabello, aunque no está peinando perfectamente es brillante y ella emana un olor particular.
A él ningún empleado le había pedido rendición ante una de sus sanciones, puesto que para ninguno traía alguna consecuencia quedarse una semana sin sueldo gracias a los enormes salarios que allí recibían, ahí entendió que la chica en realidad necesitaba el dinero.
Andy cerro la puerta y le pidió que se sentara, le pregunto acerca de su vida y ella le conto por encima todo lo que atravesaba, sintiendo compasión por ella, le hizo firmar un memorando, no la dejo fuera del trabajo una semana, no era un insensible como todos pensaban.
Ella sale de su oficina quince minutos después cabizbaja, se encierra nuevamente en el cuarto que le habían designado como puesto de trabajo y sigue con sus funciones sin tan siquiera decir media palabra, su frustración se hacía presente.
Después de ese momento ella no dejaba de pensar en su jefe, en lo guapo que era, en lo perfecto, y en lo “generoso” que fue con su sanción. De ahí en adelante sus trabajos eran perfectos, no quería afectar su salario que sagradamente mandaba a su madre cada que lo recibía.
Nuevamente es viernes en la noche, ella en esta ocasión tiene demasiado trabajo encomendado por Martha, las horas extras bien pagas las aprovecha para poder captar más dinero y sobrevivir en esa enorme ciudad, no hay nadie en la oficina o eso cree, así que sale de su madriguera a buscar un café. Ella ve una luz encendida y se acerca para observar que se trata de la oficina de Andy, para ella era increíble que alguien que podía delegar todo a un tercero trabajara como esclavo igual a ella.
No se da cuenta y escucha una voz por un altavoz que le habla.
-Ibis pase a mi oficina, tiene treinta segundos
Camille sale corriendo despavorida hacia los baños, luego recuerda que es su jefe quien le habla y se devuelve como si de una maratón se tratara a la oficina del CEO.
- ¿Qué hace a esta hora merodeando por aquí Ibis? Su jornada de trabajo termino hace cuatro horas y es viernes. -Le dice mientras la mira detrás de su escritorio, está sentado con la corbata floja en su pedestal.
-Señor, estoy haciendo horas extras, ya sabe necesito el dinero
-Por lo visto para usted todo es dinero- nuevamente es sarcástico
-Pues si fuera mega millonaria estaría en mi casa, o en un sitio espectacular aprovechando mis millones- Ella responde sarcásticamente igual que él.
Andy a pesar de haber demostrado que era un ogro ante los demás, le esboza una sonrisa , le parece divertido lo que le acaba de decir.
-Ya ve señorita Ibis, no todos pensamos de la misma manera, yo trabajo para mi futuro patrimonio, no delego a nadie lo que puedo hacer yo. Por cierto ¿iba para la cocina a tomar café?
-Si señor, se que estoy en mi horario laboral, pero necesito una bebida, siento que voy a dormirme sobre mi escritorio, pero ya regreso, no me tomare un minuto mas sobre la hora.
Andy se queda mirándola, desde el día del informe no la deja de pensar no se explica la razón, no sabe el por qué, ella ni siquiera se acercaba al perfil de mujer que era Keyra, o cualquiera de su estrato social, ella era humilde, era sencilla, des complicada, pero muy aplicada y eficiente, durante toda esa semana la había observado desde su cámara, cada movimiento, cada segundo, cada vez que lloraba, y esa noche se había quedado intencionalmente solo por estar con ella, así fuera desde su oficina. En definitiva, era la primera vez que su razón se veía afectada y no tenía la más mínima idea de que estaba pasando con él.
-La acompaño, tomare café con usted – Se para de su escritorio y se hace a su lado
El olor que ese hombre emanaba inundo la nariz de Camille, ella se queda mirándolo, era tan parecido a un Dios, que ni siquiera podía creer que su jefe fuera tomar café con ella en la cafetería de la empresa.
Salieron juntos por el pasillo de la oficina, y sin pensarlo se encontraron juntos bebiendo café proveniente de una fina cafetera, que él intencionalmente tenía lista para su empleada, ya sabía que cuando se quedaba horas extras preparaba uno pequeño y seguía su deber. Los dos guardaron silencio, pero nunca dejaron de mirarse, ella le pide permiso y se dirige nuevamente a su oficina., Andy se queda allí, parado mirando hacia la nada, ¿Acaso que tenia de especial una mujer como Camille?... Parece que se estaba convirtiendo en una más de sus obsesiones.
Andy Alf abandona la oficina al poco tiempo de que Camille lo hace, asegurándose que ella estuviera bien, para eso le pide a su conductor que persiga el transporte público donde va Camille sin que le pierda la vista a cada una de las paradas que este hacía. Finalmente cuarenta minutos después y muy lejos de donde estaba la empresa ella se bajó, camino unas cuadras dentro del humilde barrio donde estaban, y la ve que saca las llaves de una casa, una muy pequeña, y para nada arreglada, parecía la cocina de su mansión, ella entra allí, a los pocos minutos una luz se enciende del lado izquierdo de la casa, una silueta se asoma en la ventana y se quita las grandes vestiduras, la sombra refleja un cuerpo femenino delgado y perfecto, con un hermoso pecho empinado, y una cintura de ensueño, Andy reacciona ante la invasión que está haciendo, e inmediato se avergüenza de él mismo y sale del lugar. Los siguientes días, en medio de su perfección, acomodaba quince minutos en su apretada agenda p
Angustiada y deseosa Narra Camille Después del incomodo encuentro con el jefe supremo de la empresa, me siento totalmente avergonzada. Era mi primer contacto social con alguien de este sitio, todos realmente eran unos cretinos, me juzgaban por mi forma de vestir, pero mi trabajo era impecable, lo único que me interesaba era que mi madre estuviera bien, así tuviera que venir envuelta en bolsas de basura a trabajar. Los últimos días que hecho horas extras me he sentido perseguida, hay algo que siento que me rodea, pero no puedo saber que es—debe ser el cansancio, trabajar en exceso me esta volviendo loca, regresar tarde a casa de mi tía la desesperante me tiene en jaque, necesito solucionar mi situación pronto. Voy caminando, por la oscuridad, el maldito autobús se ha largado y la estación del tren esta cerrada, hace frio y no tengo dinero para un taxi, lo que me faltaba después del ridículo que hice ante mi jefecito, solo faltaba que gracias a eso perdiera el empleo con el que tanto
LUNES CERO AGRADABLENarra Camille Wow que bendición, nuevamente lunes ¡que feliz me siento de ir a ese hermoso trabajo!, más feliz aun que ni siquiera tengo mi viejo teléfono para llamar a mi madre, que maravilloso.- ¡Escuincla! ¿cuándo traerás dinero y te largaras de aquí? ¡eres un estorbo! -salgo corriendo como puedo, esos son los buenos días de mi adorada tía, tengo que salir con una hora mas de tiempo, hoy tendré que hacer maromas para llegar a la oficina, no tengo un céntimo para el tren.Camino hasta la estación, esperando que milagrosamente su vigilante simplemente se descuide para poder colarme, no quiero llegar sudorosa al trabajo, suficiente con la apariencia de mi ropa, para llegar como si fuera una pordiosera.Diez minutos después sale a cambiar el turno, como puedo salto la barda, cuando lo hago mi pie resbala cuando cruzo al otro lado y siento como se tuerce, chillo del dolor, pero debo seguir o me atraparan, unos cuantos metros después me veo, y tengo el pie inflamad
NO LO ENTIENDO DE VERDADNarra Camille Llegar a la casa de mi tía es lo más desagradable, pero por ahora no tengo ninguna otra opción, y lo peor es que tengo que soportarla por tres semanas, mi incapacidad no me permite volver al trabajo, para mí no sería problema ir así, además estaría más cerca de Andy, ya lo extraño, no sé cómo interpretar todo lo que paso hoy, aunque sé que solo fue un acto de caridad, pero las caricias en el auto, las sonrisas, y el roce de sus manos, me tienen bastante confundida.Trato de llegar a mi cuarto como puedo, pero ahí estaba mi tía, enojada y abusiva como siempre- ¿Y ahora que te paso? ¿no me digas que perdiste el trabajo? Porque si es así, te tienes que largar de inmediato escuincla.-No tía, no perdí el trabajo, tuve un accidente, por favor no me molestes, en cuanto me recuperé me iré de aquí-Ah ¿Qué estas creyendo que vivirás gratis aquí?, no señora, te largas ahora mismoSaco un fajo de billetes del dinero que me dio Andy, ni siquiera miro cuan
Oficialmente obsesionado Andy saca nuevamente alzada a Camille de esa horrible casa, su tía solo se queda mirando con ira, ella realmente no saca gran cosa de ese lugar, solo la acompaña una pequeña bolsa con un par de cosas importantes. -Andy ¿para donde me llevas? -Bueno, para un lugar mejor que este, eso sí es seguro, me encargare de ti por hoy. El la sube al auto y Orlando los lleva a un pequeño condominio ubicado en el centro de la ciudad, es un barrio clase media, perfecto para Camille, entran a un edificio hermoso, de color café a sus afueras, pero por dentro parecía una tacita de té, adornado de varios colores pastel y luces en el techo, al llegar al segundo piso, él saca las llaves de un apartamento, el 203, baja a Camille y abre la puerta que esta resguardada por mil candados, en dos minutos están dentro. Es un pequeño pero acogedor lugar, decorado con unos muebles de época bastante sencillos, unas cortinas color rosa y una cocina integral muy sencilla, y una barra, él le
Andy cambia de repentePasan las tres semanas de incapacidad de Camille, aunque debía ir a trabajar con un bastón, se sentía mucho mejor, le encantaba el apartamento en donde estaba ahora, pero sabía que debía irse de ahí, desde el día que Andy la dejó allí, ella no había vuelto a saber de él, no la llamo en ningún momento y ella tampoco se sentía en la potestad de hacerlo, pero el se aseguraba que la señora de la limpieza fuera siempre en su ayuda, e inclusive envío una cantidad de ropa a su departamento, ella no sabia como se las habia ingeniado para saber su talla, pero todo le habia quedado perfecto, tenia muy buen gusto.Ese día del regreso de Camille, vestía diferente, llevaba puesto un hermoso vestido tono pastel, con los hombros descubiertos y un saco rosado encima, en sus pies calzaba unos bellos zapatos planos que combinaban justo con su atuendo y lo que mas le gustaba era la cartera tan hermosa que le habia comprado Andy, definitivamente su “adopción” le estaba gustando, e
Después de darse cuenta de que Camille sale del condominio, ella se dirige hacia la estación del tren, desde su auto no tendría forma de perseguirla, pero el instalo un chip de GPS en el teléfono de ella, nunca imagino que tendría que usarlo, pero esa ocasión lo ameritaba, prende el rastreo desde su móvil, y empieza a seguirla. Ella se aleja cada vez más, el ya lleva tres horas de recorrido en su auto, le aterraba la idea de que ella tuviera una vida oculta en un lugar tan lejos de la ciudad, los celos lo estaban volviendo loco, pero lo que encontraría le ayudaría para zafarse de una vez de ella. Así que continuó, hasta que llego a un pueblo lejano y solitario, ella se bajó del tren y siguió caminando hasta una pequeña granja, era la casa de su madre, él ve como Angela y su hermanita salen a su búsqueda, las tres están fundidas en un abrazo, Al ver esta escena Andy se siente un loco celo pata, no comprendía porque razón estaba siguiendo a través de un GPS a la mujer con la que el no t
El chico nuevo Camille llego muy puntual el lunes a la empresa, ese día el trabajo seria un alboroto porque habia personal nuevo y ella pertenecía al departamento de recursos humanos, tenía muchos informes que construir. Pero de repente Samanta, quien era la psicóloga encargada de las entrevistas pesco un virus, no pudo asistir y en su reemplazo no habia nadie que estuviera capacitado para hacer dichas funciones a excepción de Camille, quien por ordenes de Andy tuvo que reemplazar esa mañana a la estruendosa Samanta. Todas las entrevistas iban su curso normal, las contrataciones listas y Camille desempeñándose a la perfección, esa era su especialización, no estar haciendo informes todos los días, pero sabia que esa dicha era solo un día y que afortunada se sentía, mas aun cuando de contratar al nuevo ingeniero de software. Julien Evans es un hombre de 27 años, acuerpado, rubio y de ojos verdes, bien arreglado para su estilo, nada perfecto y eso le encantaba, loe mejor es que estaba