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El comienzo de una rara obsesión

Andy Alf abandona la oficina al poco tiempo de que Camille lo hace, asegurándose que ella estuviera bien, para eso le pide a su conductor que persiga el transporte público donde va Camille sin que le pierda la vista a cada una de las paradas que este hacía. Finalmente cuarenta minutos después y muy lejos de donde estaba la empresa ella se bajó, camino unas cuadras dentro  del humilde barrio donde estaban, y la ve que saca las llaves de una casa, una muy pequeña, y para nada arreglada, parecía la cocina de su mansión, ella entra allí, a los pocos minutos una luz se enciende del lado izquierdo de la casa,  una silueta se asoma en la ventana y se quita las grandes vestiduras, la sombra refleja un cuerpo femenino delgado y perfecto, con un hermoso pecho empinado, y una cintura de ensueño, Andy reacciona ante la invasión que está haciendo, e inmediato se avergüenza de él mismo y sale del lugar.

Los siguientes días, en medio de su perfección, acomodaba quince minutos en su apretada agenda para observar a Camille en su oficina, parecía que estaba viendo un ángel, aquella humilde mujer no salía de su cabeza, el observaba que se la pasaba en su computador cumpliendo con todo el trabajo que le asignaban, se había sentido mal por la vez que le reprocho acerca del pequeño error que tuvo en su informe. Los días que se quedaba trabajando horas extras él también se quedaba para cuidar de ella.

-Andy querido, últimamente no has salido conmigo, todos los viernes te quedas en esta oficina, me estas descuidando demasiado- Keyra se acerca a Andy mientras el observa la pantalla de su computador, el cambia la imagen de Camille y vuelve a un informe.

-Keyra he tenido mucho trabajo los últimos días, - Le responde si tan siquiera mirarla

Andy y Keyra se comprometieron a petición de sus padres, ella era un par de años mayor que Andy y era una reconocida y afamada modelo de la farándula internacional, trabajaba para los mejores diseñadores y al igual que él, era multimillonaria, solo se codeaban con las más reconocidas personas de la alta sociedad, y la apariencia era lo más importante para ellos dos.  

Además de ser una mujer despampanante y hermosa, actuaba igual que Andy, obsesionada por el orden, los horarios y la perfección; para dos personas frías y calculadoras como ellos, el dinero y el buen nombre era lo que debía prevalecer en el momento de fijar un compromiso, por esa razón habían decidido unir en matrimonio los apellidos de las mejores familias de la ciudad.

-Bueno querido, si te quieres quedar aquí en tu oficina hoy viernes, te dejare pegado a ese laptop, yo me tengo que ir, tengo una noche con unas afamadas modelos de Versace, no puedo perder esta oportunidad, te quiero- Keyra se acerca y le da un beso en la mejilla a Andy, entre los dos no había una pasión real.

El sabía que los viernes Camille por alguna razón hacia entre cuatro y cinco horas extras, muchas veces él no tenía trabajo que adelantar, solo se quedaba en su oficina observando a la bella mujer a través de la cámara de su oficina.

De repente ve como ella toma su pequeño celular y recibe una llamada, ella se levanta de su asiento y empieza a cogerse la cabeza, ahora está sumida en el llanto, desesperada da vueltas por toda la oficina, siente como de repente un sentimiento de compasión lo invade y se ve en la necesidad de llegar hasta la oficina de ella.

Toca dos veces a la puerta, Camille da un sobresalto y abre la puerta, su cara esta roja de tanto llorar, se limpia las lágrimas y sufre una vergüenza infinita al saber quién es, pero habla en su defensa

-Señor, lamento si me estaba observando, le prometo que repondré el tiempo, o si quiere usted no me pague esta hora extra. -Le abre la puerta y se dirige hacia su escritorio, a la espera de la peor de las sanciones

-Camille, para nada, solo vengo a ver qué le pasa ¿Por qué está llorando así?, la vi y quise ver que le pasaba. - Andy refleja una repentina preocupación

- ¿Usted me está espiando todo el tiempo señor Alf? - Le dice ella algo confundida

-No, en absoluto, fue una casualidad, simplemente daba revisión a las cámaras de la empresa y allí estaba usted, pensé que le pasaba algo.

Camille se desmorona en llanto y se toma la cabeza, sin importarle quien era el que la observaba ahora.

-Mi madre tiene cáncer y su tratamiento no está funcionando. En el pueblo donde vive los hospitales son precarios, y a pesar de que aquí gano muy bien como secretaria no logro sustentar los gastos para traerlas a ella y a mi hermana a la ciudad- Ella se seca las lágrimas con el buso grande que la arropa

-Camille lo siento mucho por su madre, también siento lo de su puesto de secretaria, pero aquí contratamos según su academia.

-Señor Alf, soy psicóloga profesional, créame que ser secretaria no está dentro de mis planes a largo plazo, estudie con mucho esfuerzo y el de mis padres para acabar mi pregrado y aquí estoy como un ratón, escondida.

- ¿Cómo así que usted es profesional? ¿Que hace de secretaria?

-Pues porque era la única vacante, no tengo magister ni doctorados, no soy nadie- Camille ahora llora más fuerte y desesperada

Andy siente una compasión por la que nadie jamás había sentido y la lleva hacia sus brazos, la abraza con tal fuerza, que más bien sentía que era él quien necesitaba su consuelo, su vida era tan cuadriculada que el contacto físico era limitado inclusive con su prometida.

Ella absorbe su nariz y se siente avergonzada, rápidamente se desprende de su lecho y se voltea para limpiarse su cara.

-Perdón señor. Me deje llevar por mis sentimientos no vuelve a pasar, toma su cartera, se asegura que su computador este apagado y sale corriendo de allí.

Andy el obsesivo y perfecto CEO de la empresa más importante de la ciudad se había dejado cautivar por una sencilla mujer, si hubiera pasado ese abrazo con otra persona inmediatamente estaría quemando su ropa, no soportaría el olor que las vestiduras viejas de esa mujer emanaban, pero Camille era diferente, era especial. No tenía idea en lo que se iba a convertir para él.

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