Obsesión Prohibida
Obsesión Prohibida
Por: CELESTE
Capítulo 1

Años atrás.

Mis ojos se llenan de lágrimas y mis manos tiemblan a medida que siento la mirada penetrante del viejo, miré hacia la puerta con la esperanza de que mi mami apareciera y me llevara lejos de éste señor. Pero nadie apareció, parecía que ni siquiera se percataban de mi existencia, como siempre. Mis llorosos ojos miraron al señor que se encontraba frente a mí con una sonrisa maliciosa plegada en el rostro la cual me atemorizaba, me encogí más en la esquina de mi habitación queriendo desaparecer de su vista pero eso parecía divertirlo más, su carcajada retumbaba en mis oídos intenté callar los sonidos con mis manos pero era un intento fallido. ¿Porque papi me había encerrado aquí en la habitación con un desconocido? ¿Dónde estaba mi mami? ¿Luke me estaría buscando? El viejo verde se movió dirigiéndose hacia mi dirección, quería estar pegada a la pared sin sentir siquiera nada.

>>Vamos Zoe, piensa en algo bonito<< Me repetía a mí misma sintiendo como mis pequeñas manos sudaban.

--- No te haré daño.--- Su voz salía suave a pesar de que su rostro emanaba maldad.

--- M-mi mami no me quiere.--- Susurré con tristeza.

--- Entenderás todo en cuanto crezcas pequeña. --- Acarició mis mejillas.

Me aparté de su toque por acto de reflejo. Aunque parecía bueno, su rostro me daba miedo.

--- Usted parece malo. Me asusta.--- Me aferré a mis rodillas queriendo escapar de la realidad.

--- Siempre lleva esto en cuenta.--- Musitó.--- Detrás de una persona fría existen los sentimientos más puros y sinceros. Solo debes derrumbar sus muros y, aunque cueste, valdrá la pena intentarlo. --- Se puso en pie a la vez que me extendía  sus manos. Vacile un poco antes de aceptar..--- Ahora si no quieres que tu papa te pegue tendrás que hacer lo que te diga ¿Vale?.

Asentí.

--- Grita con dolor y en medio del grito clama por ayuda. ¿Okay?.

Hice exactamente como me lo había pedido, no fue difícil, siempre lloraba y gritaba gracias a los maltratos y golpes de mis padres. Pero tenía la esperanza de que un día todo cambiara, de que crecería y encontraría el amor verdadero. Alguien que me diera las fortalezas para seguir adelante a pesar de los golpes que la vida se encargaba de darme, Él me ayudaría a seguir adelante. Con tan solo Siete años mis esperanzas de una vida mejor crecían a pesar de la dura vida que me tocó vivir.

La frase del hombre siempre la llevaría en mi cabeza, así tal vez algún día pueda entenderla con exactitud.

Realidad.

Me levanté muy temprano ese día, con mis amigos habíamos planeado ir a la playa de nuestra ciudad. Zach y Valerie insistían en que los acompañen aunque me había negado, no me dejaron más opción para elegir.

Suspiré con cansancio mientras elegía un conjunto de ropa de baño que usaría en el transcurso y un conjunto que ponerme para salir de aquí. Quizás ir a esa playa no sea tan mala idea podría conocer a otras personas, podría caminar por la arena disfrutando del aire libre y la tranquilidad de ese lugar, a decir verdad era muy concurrido pero aun con todo ese barullo el lugar no perdía el aire confortable que poseía. Era extraño pero en ese lugar podías olvidar tus preocupaciones con tan solo observar el mar, escuchar el canto de los pájaros, las risas de los niños hasta aun el ladrido de los perros, todo era simplemente magnifico.

Horas después ya estaba lista para el encuentro, había hablado con mi hermano durante el tiempo que tenía que esperar a que mis amigos llegasen. Luke me hablaba sobre su trabajo y lo estresante que era a pesar de que solo era un guardia de seguridad en un centro comercial tener que controlar a los jóvenes irresponsables lo tenía muy estresado puesto que éstos no lo dejaban respirar tan siquiera un segundo. Hablamos de cosas triviales hasta que el sonido de una bocina nos indicó que mi hora había llegado. Me despedí de él en un rápido abrazo y salí corriendo hasta la acera en donde mis sonrientes amigos me esperaban.

- Hasta que por fin te dignas en salir.- me dice Vale apenas ingresé en la puerta trasera del auto.

Rodé los ojos.

--- Hola es un gusto volver a verlos--- ironicé.

Zach me regala una mirada fugaz desde el espejo retrovisor mientras conducía. Vale en cambio giró en mi dirección informándome acerca de los planes que teníamos para hoy, no replique nada de lo que me dijo por el simple hecho de que sería en vano, ellos harían cualquier cosa aun cuando no me gustara la idea. Zach de vez en cuando se integraba en la conversación afirmando o negando las palabras de Valerie.

Aunque fuesen mis amigos me sentía fuera de lugar, siendo un mal tercio y por sobre todo sintiendo todo esto que sentía. Estaba enamorada de Zach, o eso es lo que creo. De alguna manera sentir todo esto me mataba por dentro, pero aprendí a ser fuerte y no demostrar mis sentimientos. Intentaría con todas mis fuerzas olvidar esto que siento y concentrarme en otras cosas que si valían la pena, porque si algo sabía y tenía claro era que no dejaría que sentimientos tontos me hagan perder a mis únicos y grandes mejores amigos.

Llegamos a la playa y sin más preámbulos nos pusimos a nadar, estos momentos eran los momentos más felices de mi vida, podía sonreír sin tener que forzar a hacerlo. Pronto nos encontrábamos en un duelo de voleibol con un grupo de adolescentes en el agua, era increíble como mis amigos podían congeniar con otros tan rápidamente en cambio a mí me costaba hacerlo pero eso no me impedía divertirme con ellos.

Sentimos que ya no podíamos más por lo que Vale y yo nos fuimos a tomar el sol. Estábamos sentadas observando a Zach seguir jugando con los demás.

--- No lo merezco. --- La voz de Vale me dejó descolocada. Voltee la mirada observándola. --- Él es muy bueno para mí. ¿Sabes? A veces siento que no estoy lista para llenar siquiera sus zapatos. --- Su vista estaba puesta en aquel chico del cual estaba enamorada.

--- Eres una tonta Vale.--- Siseé.--- Eres más de lo que Zach puede desear. Son perfecto el uno para el otro.

Ciertamente cada palabra que salía de mi boca quemaba cada parte de mi cuerpo pero tenía que decirlo aunque doliera es lo que cualquier amiga debe de hacer en éstos casos y yo no sería la excepción porque ante mis sentimientos tontos estaba el lazo irrompible de la amistad.

--- ¿Tú crees?--- Sus ojos se encontraron con los míos, tenía un brillo de esperanza en ellos, una esperanza que yo no se lo quitaría jamás. Asentí con una sonrisa.--- Eres la mejor amiga del mundo ¿Te lo he dicho ya?--- Me envolvió entre sus brazos, le correspondí con la misma intensidad. En momentos así me sentía la peor persona del mundo.

--- ¿Me perdí de algo? --- La voz de Zach nos separó al instante.

--- Solo estábamos hablando de cuánto nos queríamos. --- Respondió  Vale envolviendo sus brazos alrededor de él.

Zach le devuelve el gesto pero su mirada estaba puesta en mí.

--- Sin duda la queremos. --- Baje la mirada al suelo a causa de mis mejillas teñidas en rojo. --- ¿Sabes? Estuve pensando y creo que debemos de conseguirle un buen candidato a Zoe ¿Sería genial, cierto? --- Le susurró a Vale aunque yo lo había escuchado perfectamente.

--- ¡Sería estupendo! Seriamos algo así como el cupido del amor.--- Rodé los ojos ante el entusiasmo de mis amigos.

--- No es necesario.--- Solté.--- Pero si así dejo de ser un mal tercio por mí, sin problemas.

Evite las miradas reprobatorias de mis amigos observando el mar frente a nosotros.

--- Eso no es cierto.--- Me reprende Zach. --- Bien, creo que es hora de irnos. --- Sentenció.

Valerie asiente en respuesta. Los dos esperaban mi respuesta pero la verdad quería seguir en este lugar por lo que me negué, quería pensar en lo que estaba haciendo con mi vida hasta ahora y en buscar la forma de arreglar el problema en el que estaba metida. No podía seguir sintiendo esto por Zach, no era correcto y por más que duela sólo me estaba haciendo daño a mí misma.

--- Bien, entonces cuídate ¿Quieres?--- Me pide Vale.

Asentí regalándole una sonrisa con los labios apretados. Se despidieron de mí con un abrazo para posteriormente encaminarse hacia el auto de Zach.

Una vez que estuve sola me puse a pensar en todo. Mis ojos viajaban a cada grupo de personas que conformaban una familia los cuales algunas se encontraban nadando, otras jugando en la arena. Una de las razones por la que no quería venir aquí es por todo esto, familias felices, niños jugando con libertad con sus padres, algo de lo que yo no había vivido. Nunca habíamos venido junto con mi familia a visitar la playa, las veces que había venido fueron las veces que Zach me traía dejando de lado la escuela. De no haber sido por él yo estaría sola en mi casa con unos padres alcohólicos y con sus constantes maltratos.

Una vez había deseado ser una chica normal, quería ser como las demás niñas quienes iban de compras con su madre y hacían travesuras con su padre. Pero eso era mucho pedir.

La sonrisa que un niño me había regalado hace unos momentos hizo que mi corazón sintiera una calma. Adoraba a los niños, su inocencia y su forma tan adorable de alegrarte el día con una sola mirada.

Comencé a proyectar en mi mente lo que sería este nuevo año. Esperaba enamorarme y así poder olvidar este amor que tenía por Zach, aunque en varias ocasiones traté de hacerlo. Nunca pude. Pareciera algo imposible de ser pero tenía la esperanza. 

Luego de un largo paseo por las costas decidí que era momento de volver a casa. 

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