CAPÍTULO 23

Emma estaba sentada en el suelo de su habitación con una botella de vino que había pedido exclusivamente con gran pesar. No le gustaba el vino, pero si lo que le hacía sentir. Como un autocastigo luego de los años vividos.

Un error de su pasado ahora estaba en el mismo edificio y la delataría. Emma nunca se creyó mala persona, pero si había tomado decisiones que quizás, podrían considerarlas como tal.

La puerta se abre y aparece Ashton. Camisa blanca abotonada, ojos azules y cabellera rubia. Musculoso. Alto y buen porte.