━━━━━━━ ⟡ ━━━━━━━
Soy Caden Howard, hijo de un norteamericano, pero él falleció; y mi madre es dominicana, desde entonces estamos muy unidos después de la muerte de mi padre.
Tengo 29 años y estoy a cargo de la empresa que dejó mi padre, porque soy hijo único.
En este momento me encuentro en mi oficina esperando una “puta zorra”, de esas que se quedan babeando cuando me miran, esperé el horario de salida de los empleados y ya la he llamado.
Y llega Mary, una de las secretarias de mi empresa, que anda mojándose la braga cada vez que me ve, entonces voy a complacerla justo hoy después que me deshice de otra puta en turno.
—Aquí estoy, señor Caden, a sus servicios. —pronuncia con las manos detrás, como quien no sabe o se hace, que no sabe por qué está aquí.
—Te dije que me trajeras estos documentos, ¿pero tú sabes que no es para eso, verdad? —indago para cerciorarme de que ella sospecha al menos del porqué la he llamado.
Me levanto de la silla y de pronto me acerco a ella mientras está de pie.
—Tú sabes, que es para darte duro por el cul*. —Manifiesto sin pudor. Ella se queda quieta haciendo un pequeño suspiro, enseguida prosigo a levantarle la falda —¿No me dices nada? —pregunto finalmente a esta rubia preciosa de ojos verdes.
—Si te digo que no, me despedirá y si te digo, entonces pensará que soy una zorra.
—¿Qué eres entonces?, fíjate que no te despediré en caso de que me digas que no. —Le revelo a sinceridad.
—Pues haz lo que quieras, me muero por ti desde que entré a esta empresa, me ha gustado desde que te vi, Caden. —responde jadeante.
—¿Y tú qué eres, Mary? —insisto en indagar sobre este asunto y prosigo escarbando en su ropa íntima.
—¡Aaah! —Gime mientras meto mi dedo gordo en su vagina, y el otro en su cul*—No soy una zorra, solo me gusta mucho tú… Bésame, amor.
Me pide esto delirante de placer.
—Esto es puro sexo, no acostumbro a “chulearme” a las putas que me doy. —le confieso sabiendo que soy cruel.
—¡No soy tu puta, Caden! —grita enojada por escuchar la cruda realidad de mi boca.
—¡Ya lo eres! —También le grito como un hombre salvaje. La tumbo al escritorio, les doy varias nalgadas mientras desato mi correa; luego meto mi gue** a la entrada de su vagina, le doy varias estocadas muy fuertes para poder venirme. Minutos después estoy exhausto y sudoroso al terminar —¡Por favor, márchate de aquí!—grito con voz fuerte a esa pobre mujer que no pensó en lo que le esperaba.
—No me haga esto, yo estoy enamorada de ti.
Ella está casi lloriqueando.
—¡No soporto a una mujer llorando, por favor, márchate de una vez! ¡No hemos tenido nada, no somos nada, entiéndelo de una vez porque no me enamoro de ninguna mujer!
—¡Me iré de aquí, y no me verás nunca animal sin corazón! —expresa con gran furia señalándome con su dedo.
Ella sale llorando, pero no me conmuevo, en cambio, siento cansancio por esta situación, pero soy consciente de que soy un perro con ella y con otras más.
Enseguida ella se ha marchado, me dirijo al lavabo.
Mientras ya he acomodado mi pantalón y tirado el condón en el pequeño baño de la oficina y me siento, entra Marcus, porque es el único que entra a mi oficina con confianza.
—¡Ay, Caden, otra pobre mujer que cayó en tus sucias manos! —exclama, entonces se sienta frente a mí.
Él es sincero y me gusta que sea así, no es un hipócrita que quiera quedar bien conmigo.
Me acomodo en el sillón de mi escritorio y empiezo a moverme inquieto.
—La verdad Marcus que estoy harto de esto, no quiero más de esas mujeres, quiero una chica virgen… Nunca he tenido una… —le confieso abriendo mi corazón a mi amigo contándole de mi intimidad.
Él empieza a reír sin parar.
—Perdón, ¿cómo que un hombre como tú, no ha estado con una virgen? —indaga él mientras ha quedado atónito con esta revelación.
—Sí, y no te burles, es mi fantasía ahora encontrar una. Por favor, ayúdame a encontrarla… Quiero sentir su miedo de estar con un hombre, sus nervios al ser su primera vez y que no se deje llevar por la primera conquista.
—Ok, mira, no es fácil encontrar una así hoy en día y que sea virgen, también dudo que no caiga rendida ante ti, por ser tú tan apuesto con esos ojos azules y aspecto nórdico. U mm no lo creo.
Reflexiona él con su mano en la barbilla.
—¡Marcus, no me digas que no aparece una, por favor! —clamo apenado porque me ha surgido esta idea y la tengo profundamente metida en mi cabeza
—En mi familia tengo una sobrina, pero conociéndote como te conozco, te mato si la toca; además está comprometida y se va a casar. Ja. —dice finalmente mofándose de mí.
—Marcus, por favor. La chica que aparezca tiene que estar libre, nada de enamorados fastidiosos.
—Caden, tal vez esas jóvenes se encuentren en los colegios y escuelas, pero tú en ese caso podría ser demandado por acoso sexual, te meterías en serios problemas.
Me levanto del asiento, dispuesto a irme a mi hogar, él también se levanta, entonces me poso al frente suyo.
—Marcus, ya me marcho. Tú haz lo mismo, seguro tu esposa te espera ¡Vaya, que “suertudo” eres! Apuesto que era virgen cuando te casaste con ella.
—Por supuesto nos conocimos desde la escuela, y a pesar de que sí tuve unas cuantas aventuras, ella no… ¡Adiós, Caden, suerte con eso de la virgen María! —expresa él finalmente tocando mi hombro mientras caminamos fuera de la oficina.
Y él sigue riendo a carcajadas.
—Adiós. Ya deja las burlas, que es muy en serio, Marcus. —digo mientras cierro la puerta.
Me marcho de la empresa con esta fantasía en mi cabeza que me surgió unos días atrás, y hoy la he confesado a mi amigo. La verdad nunca he sentido la sensación de ser el maestro de una chica aprendiz.
Más tarde, llego a la mansión, y como siempre María me recibe amablemente.
—Señor Caden, si quieres cenar ahora, ya he dejado todo en orden para que la señora Nina le sirva, porque casi me marcho.
—Gracias, doña María. Iré a darme un baño primero y luego bajaré a cenar con mi madre.
—Con su permiso, señor.
—Sí, puedes.
María se marcha a la cocina, entonces me quedo un momento sentado en la sala.
Al poco tiempo siento un poco de calor, pues estamos en verano, enseguida me dirijo a la cocina por un vaso de agua fresca.
Cuando me acerco de pronto escucho a María conversar con doña Nina. Me da cierta curiosidad y me detengo para escucharlas mientras me quedo en el pasillo sin que ellas noten mi presencia.
—… te digo que quieres trabajar y limpiar baños como yo, para sustentar la universidad. —expresa María con preocupación.
—Déjala no tiene nada de malo, muchos chicos lo hacen para cubrir sus gastos. —Le contesta Nina.
—No, no quiero que mi hija sea igual que yo, quiero que tenga un mejor futuro…
Interrumpo de inmediato, estando muy asombrado al escuchar esta confesión.
—¡Doña María, no sabía qué usted tiene una hija!
—Sí, señor, tengo a mi… Karla. —Responde ella cabizbaja y sintiendo temor por mi descubrimiento.
—Muy bien. Solo vengo a buscar un poco de agua… —respondo queriendo hacer ver que no me ha interesado, pero digamos que la curiosidad me gana—. Deje que ella trabaje, María. No hay problema en que la traiga aquí, porque falta una sirvienta… —enseguida le sugiero.
—No quiero que trabaje de sirvienta, señor. Lo siento… —Me habla algo así como preocupada, mirándome de reojo y cabizbaja mientras yo la miro atentamente.
—Bien, entonces que sea como usted quiera. ¿Cuántos años tiene ella, María? —enseguida indago siguiendo con la conversación porque estoy muy curioso.
—Ya tiene 18 años, señor.
Decido parar y no seguir perturbando a María aunque me mate la curiosidad.
—Lléveme agua a la habitación, por favor.
—Sí, señor, enseguida.
Tiempo después, ella me trae el agua fresca, pero sigo muy curioso por saber más de su hija.
—Piénselo, ella necesita dinero para la universidad. —Le sugiero mientras me siento muy intrigado.
Luego de dejar una jarra con agua fría y un vaso de cristal en la mesita de noche, María me mira seriamente.
—Lo siento, ya le dije que ella nunca pisará este lugar para limpiar baños. —habla con firmeza y decidida para que yo no la conozca porque sé que esto la perturba.
—Bien, entonces puede hacer otra cosa. —Insisto.
—Señor, ya me marcho, y no quiero que ella venga aquí… —María calla de pronto.
Se marcha dejando dudas en mi cabeza.
Es obvio que sabe lo que hago con las mujeres, y además no quiere por nada del mundo que ella venga a la mansión.
Recién me entero de que ella tiene una hija a pesar de tener mucho tiempo en la mansión. Qué extraño, es como si ella no quiere que la vea. ¿Será muy bonita talvez?
Más tarde, miro por la ventana que María se marcha de la mansión, enseguida llamo a mi detective de confianza por teléfono.
—… escucha, tiene que saber lo más mínimo, ¿cómo viven, cuantas personas y donde viven? Bueno, ya te di la dirección, quiero todos los detalles, por favor.
—Está bien, señor Caden, tendrás todos los detalles en poco tiempo.
—Álvaro, escucha, quiero que lo más importante sea saber lo más mínimo de su hija. ¿Me escucha?
—Tranquilo señor, me centraré en su hija. Mañana temprano estaré ahí.
Culmino esta llamada. Luego estoy envuelto en mis pensamientos que ahora son como un torbellino, entonces sonrió. <<¿Por qué la señora María actúa así?, la noté muy nerviosa cuando me enteré de que tiene una hija; es obvio que no quiere verla aquí o que yo no la mire, ¿será?.>>
━━━━━━━ ⟡ ━━━━━━━Al día siguiente, me levanto temprano para ir a la empresa y ya estoy listo. Ahora me encuentro sentado en la mesa del comedor con mi madre. Conversamos mientras María nos sirve el desayuno, entonces la miro de reojo porque la noto extraña, ya que ella está tratando de evitarme un poco asustada. Mientras sigo la conversación. —… madre, la empresa va muy bien, por eso he pensado en instalar una sucursal en la ciudad de Santiago, sabes que es la segunda capital…—Sé que la empresa siempre ha estado bien, pero vamos a hablar de otra cosa. ¿Cuándo te casarás y tendrás un hijo, a quien le dejará la empresa cuando esté viejo y muera? ¿A un desconocido, verdad?Ella me ha interrumpido indagando sobre otro tema por el cual siempre evado porque sobre la empresa ella ya sabe y lo hemos discutido anteriormente. —¡Mamá! —Enseguida, clamo con agobio. —No quiero casarme y bueno un hijo, no sé talvez alquilé un vientre.—¿Cómo? ¡Me dices que ni siquiera quiere tener un hijo natu
━━━━━━━ ⟡ ━━━━━━━Al día siguiente, estando ya en la empresa, Álvaro me llama otra vez por teléfono. —Señor Caden, le dije que si sabía algo le diría, escúcheme… Ellos no han pagado el alquiler este mes. Investigué con el dueño de los apartamentos y me ha dicho que están retrasados.—Bien Álvaro. Ven acá inmediatamente porque iremos allá… Justamente estaba pensando en ir, pero ya tengo claro lo que voy a hacer por tu llamada.Más tardeÁlvaro llega, entonces nos vamos inmediatamente en mi auto con mi chófer al hogar del dueño de ese edificio.En el camino hacia allá, él me mira curioso...—Señor Caden, ¿y qué piensa hacer allá? —Me indaga el detective.—¡Álvaro, no te pago para que me pregunte, ok!Me altero porque sé que él no va a entender mi locura.—Perdone, señor. Es verdad.Tiempo despuésLlegamos al lugar, salgo del vehículo junto a Álvaro.Enseguida el señor Pablo, dueño del edificio, es quien nos recibe de inmediato.Después de saludarlos, ya estamos sentados en su pequeña o
━━━━━━━ ⟡ ━━━━━━━Karla Domínguez Al siguiente díaA temprana hora de pronto llega el señor Pablo y nos dice que tenemos que mudarnos urgente.—¡Señor Pablo, no puede hacernos esto, por favor, mi madre le pagará pronto! —le ha suplicado un buen tiempo, ya estoy a punto de llorar.—Señorita Karla, discúlpeme, tengo que arreglar cosas graves de ese apartamento. —responde tranquilo mientras se queda de pie en el pasillo frente a nuestra puerta.—¿Qué cosas, señor Pablo? —indago enseguida porque me extraña su respuesta.—Cosas que tú no entiendes, hija, las tuberías, por ejemplo.No me trago esas respuestas, además de que lo observo muy sereno, contrario a alguien que sí querría esto.—¡Señor Pablo, yo sé que hay algo más...!Grito, llena de impotencia por este repentino pedido de él, lo cual es abusivo. Han pasado horas sin lograr que se retracte de este atropello.Mi madre aparece y se acerca a nosotros, luego que ha dirigido a mis hermanos entrar nuestras cosas en el vehículo de la
━━━━━━━ ⟡ ━━━━━━━Llego a la empresa, pero no quiero estar aquí, quiero volver a ver sus ojos y esa cara tan bonita de ella.Me encuentro sentado en mi escritorio pensando mucho en ella, mi corazón palpita de emoción por haberla conocido esta mañana.—¿Perdido en tus pensamientos, Caden? —mi amigo Marcus hace que vuelva a tierra— ¿Y a qué se debe? —prosigue indagando y se sienta frente a mí.Sonrío, entonces me acomodo en el escritorio estirando mis manos hacia adelante.—Verás, ya tengo a Karla viviendo bajo mi techo.Suelto esta bomba, entonces él abre los ojos bien grandes y queda atónito por mi confesión.—¿¡Que-e!? —exclama boquiabierto.—¡Así es, está en mi hogar y quiero ir lo más rápido posible, a ver esa linda muchacha otra vez!Expreso estas palabras colmados de mucha emoción.—¿Se puede saber, qué hiciste para lograr eso? —Mi amigo continúa indagando y no lo culpo porque esta alocada decisión mía es chocante para cualquier persona.—Hablé con el dueño de los apartamentos do
━━━━━━━ ⟡ ━━━━━━━Me he levantado temprano, ya estoy listo, pero escucho muchos ruidos provenientes de las habitaciones de empleados. De inmediato me dirijo a las habitaciones de empleados, una vez allí miro a todos sacando sus pertenencias.Me acerco a ellos. —¿Qué pasa, doña María? —¡Recogemos nuestras cosas, y nos vamos, señor Caden! —ella me grita en mi cara.Esto me agita y me perturba.—¡No, no puede hacer eso!De pronto aparece Karla ante mí, y muy furiosa, entonces su madre se retira. —¡Claro que podemos, señor Caden!Me desespero bastante porque no quiero perder lo que he logrado hasta ahora. —¡No! ¡Hablemos y lleguemos a un acuerdo, por favor! ¡Por favor, Karla!—le suplico con vehemencia, viendo que todo mi plan se derrumba ante mis ojos.—¡Entienda, no voy a aceptar algo tan descabellado, y además me dijo “estar con usted” como si yo fuera una cualquiera! ¡Usted es un mujeriego, lo sé! —Ella sigue firme en sus palabras y por lo que veo ya María le ha dicho que “frecuen
━━━━━━━ ⟡ ━━━━━━━Tiempo después de este espectáculo que he dado volvemos al estudio.Me siento en mi escritorio con los brazos cruzados y esto es para que ella no se sienta invadida por mí. —No entiendo esta locura, Caden y hacer todo esto, de que nos echarán del apartamento. —enseguida me habla ella mientras permanece de pie.Me incorporo hacia delante en la silla y pongo mis manos juntas encimas de la mesa. —Pues verás, yo supe de ti recién porque tu madre nunca dijo que tenía una hija. Cuando me enteré le dije que te dejará venir a trabajar aquí, pero por nada del mundo ella quiso.—Y sus razones tienes, ya que mi madre lo conoce muy bien. ¿Por qué esa fantasía de la que habló usted anteriormente? —me indaga curiosa.Ella sigue de pie y firme en sus palabras, con resistencia a mi propuesta. —Verás, Karla, quiero estar con una mujer virgen. —le confieso sin pudor.—¡¿No me diga, que nunca ha estado con una?! ¡Por favor, un hombre como usted, no lo creo! Ja, ja. Finalmente, ella
━━━━━━━ ⟡ ━━━━━━━Al día siguiente espero a Karla para ir a la empresa con ella, ya se lo había dicho a doña María ayer. Más tarde, ella llega y quedo deslumbrado. —¡Wau-o! ¡Está hermosa, es verdad que sabes usar la ropa adecuada!—¡Vamos, y salgamos de esto! —expresa muy enojada.Tiempo después, en el camino me siento impaciente, me imagino hacerle el amor aquí en el auto. —Karla, debes tomarme del brazo, por favor. No podemos ir cada quien por su lado.Le expongo esta inquietud para que entienda lo que quiero hacer antes de que bajemos del auto. —Está bien, sé que es una mentira y estamos fingiendo lo sé. —responde sin mirar mi rostro. Ella ha permanecido en una posición de guardia siempre alerta porque está a mi lado.—¡Basta, Karla! —digo con voz fuerte, entonces el chófer se detiene porque estamos frente a la empresa—. Ven, ya llegamos.Salgo fuera con rapidez, le abro la puerta del auto.Ella sale mientras le extiendo mi mano, enseguida toma mi brazo. —Conste, que es porque
━━━━━━━ ⟡ ━━━━━━━Al siguiente día, antes de irme a la empresa, ella viene a verme al estudio. Nos saludamos y ella se postra frente a mí quedándose de pie, aunque le hago seña de que se siente.—Caden, quiero hablar contigo.Pronuncia ella con sus manos juntas en posición sumisa ante mí.—¡Ah! ¡Ya no me dice, señor! —me expreso con emoción.—Es lo que quieres, no.—Karla, ¿y qué quiere decirme? —indago con curiosidad por saber que la hizo venir hasta el estudio a hablar conmigo. —Que detenga esta locura, ya. ¿Por qué todo esto ha sucedido tan de repente? Somos prácticamente desconocidos, Caden… Todo lo haces porque somos muy pobres, en cambio, tú tienes dinero y poder, ¡es un abuso!Sus palabras desesperada clamando clemencia de mi parte no me inmuta.—No, Karla, ya no somos desconocidos. Desde que supe que doña María tiene una hija y vi tus fotos, ¡ay-y, no te imaginas lo que has hecho conmigo! —expreso con euforia mordiéndome los labios—. ¡No voy a detener esto ni lo sueñes! —fin