—Maldito, mil veces maldito— Zamir habla entre dientes, mientras observa con recelo la escena entre Cielo y Aarón ¿Estás seguro?— pregunta a la persona con la que habla por teléfono —¡Eso no es posible!, han sido años teniendo todo esto solo por mi lado, no puede ser.

Cuelga con furia sin poder dejar de ver al militar que de lejos también lo desafía sabiendo lo que ha pasado. Una de las cosas con las que Zamir Black puede ganar es el autocontrol y aunque en este momento quiera sacar su arma y descargarla en el cuerpo de Aaron, eso es imposible por lo que se excusa para atender otra llamada y tomar un auto que no es el de siempre. Él hombre sabe muy bien cómo cuidarse las espaldas y con la cólera y la ansiedad al límite llega manejando como un loco al infierno que se ha desatado.

—¿Que mierda paso aquí?— pregunta histérico al ver cómo su horrible negocio arde en llamas— ¡Duque!— grita llamando a su mano derecha.

—Demonio de dos cabezas— lo recibe el hombre temblando no solo de miedo