Esa tarde Violeta estuvo seria, su instinto le decía que esa mujer quería algo más de su marido además de invertir su dinero

La noche cayó, y después de acostar a los niños, los padres fueron a su habitación, Violeta se metió al cuarto de baño a tomar un baño en la tina, se sentía molesta, inquieta, cuando por fin entró a la cama, Danilo la abrazó a su pecho pero ella no correspondió a su abrazo, eso hizo que los verdes ojos del CEO se abrieran

— Cariño, ¿qué te sucede? ¿por qué no me abrazas como siempre? quiero sentir tu calor — el hombre no esperó la repuesta de su esposa

— ¿Seguro que quieres que te abrace? ¿quizás quieras sentir el abrazo de Misu Wong?

— Violeta, pensé que había quedado claro que esa mujer es solamente una posible inversora, no es nada mío ni me interesa que lo sea, ¿estás celosa?

— ¿Y qué sí lo estoy? eres mi marido, no sabía que tenías citas de trabajo con mujeres tan bellas, ahora ya no sé que tan bueno es que me quede en casa

— Cielo, te juro que no me gusta