En la helada Rusia, Dariana y Alessandro, ya habían terminado con el trabajo, habían despedido a la jefa de recursos humanos y sus cómplices, Dary, como directora se había encargado de entrevistar a las nuevas aspirantes, habiendo dejado a Mara Stand, a cargo, esa noche darían una fiesta para el personal con bocadillos, bebidas y música para despedirse y a a vez que ellos la pasaran bien, trabajan muy duro y le eran fiel a la empresa, la joven Ferreira, queria de alguna manera recompensarlos — Damiano, hace un par de días que no te consigo por la mansión, te llamo y dices estar muy ocupado, necesito que vengas a casa porque necesitamos hablar de algo muy importante — He estado trabajando, papá, entre reuniones y juntas no me ha quedado tiempo para casi nada, ni siquiera he podido buscar a Dariana, para que podamos hablar con mas tranquilidad, eso me tiene de muy mal humor - Los empleados cercanos al joven CEO, lo veían siempre muy callado, no les dejaba pasar un solo error, cosa
Damiano, se veía desmejorado, debajo de sus bellos ojos azules podías ver unas ligeras ojeras, su mirada hacia Dariana era suplicante, él quería hablar con ella, despedirse quizás para siempre, todavía se preguntaba por qué la engañó, por qué la traicionó si la queria tanto, sus deseos de hombre le nublaron la razón, se arrepentía con todo su ser por jugar con ella tan vilmente — Márchate Damiano, comienza a respetar a la madre de tu hijo, si ya sabes que ella espera a tu bebé, no me explico que haces intentando hablar conmigo, lo nuestro es pasado, fueron buenos años los que pasamos juntos, pero ya he dado por concluida esa historia — ¿Lo sabes? ¿cómo...? me acabo de enterar, no sabía nada al respecto — Maya, ella vino a decírmelo, pero no en el plan de presumir, si no en el plan de luchar por tu amor, ella te ama sinceramente, me preguntó si cabía la posibilidad de que perdonara tu infidelidad con ella, por supuesto respondí que no, entonces ella mencionó lo del bebé y di
La fiesta en la empresa Ferreira, comenzó a las ocho de la noche, los empleados estaban muy contentos, comían y bebían entre charlas y risas Dariana estaba terminando de arreglarse, ella llevaba puesto un vestido Gucci, zapatillas y accesorios a juego, su maquillaje era fresco y natural, lo que la hacía verse hermosa y a la vez de alta clase como era, aunque eso no la hacía arrogante o inaccesible, ella era amable con todos sus empleados — Pero que hermosa es que estás, recibirme con un beso — pidió el CEO, Dariana, se lo dió pero resultó que no podían quitarse las manos de encima — Para... para ya Alessandro, ya vamos tarde, deja de tocarme así Alessandro, llegó a recogerla, el hombre por supuesto que iba muy bien vestido, pero no de traje como siempre acostumbraba a estar, está vez llevaba un pantalón negro de vestir zapatos del mismo color y una camisa verde oscuro con las mangas arremangadas, dejando ver las venas de sus antebrazos además de un costoso reloj — Pero q
Larry Brown, se quedó con la mente en blanco por un momento, ¿acaso, Dariana había querido decirle que...? ¡Naaah...! eso no podía ser cierto, seguro solamente lo estaba molestando para que dejara de preguntar en qué se demoró — Muy buena broma, eh, casi caigo, ya que por fin llegaste ve a compartir con los empleados, todos se estaban preguntando por tu ausencia — Si, si, ya me pongo en eso Larry Brown, regresó al lado de Gregory, el joven oficinista, se había puesto su mejor traje, quería lucirse frente a su superior, habían hecho buena química, si todo seguía así, quizás podían comenzar a salir — Tengo un vaso de whisky para ti, superior, pude ver qué te gusta más esa bebida — Gregory, le dedicó una sonrisa El asistente, se sintió muy complacido por la atención del apuesto jóven, están pensando muy seriamente en invitarlo a salir en plan de pareja, ellos se quedaron en ese rincón charlando, el joven ruso hablaba muy bien el inglés y Larry Brown, hablaba un sesenta po
El joven oficinista escuchaba la pelea de sus superiores incrédulo, jamás se imaginó que entre ellos existiera algo, ambos lucian muy varoniles Peter, había escuchado claro y fuerte las palabras de Larry Brown, él estaba buscando una relación pero no con él, la buscaba con el sonriente Gregory, eso lo ponía muy celoso y lo llenaba de rabia — Gregory, siento que te hayas quedado en medio de esto, pero.... ese hombre es mío, si te aferras a luchar por él te voy a destruir, no me obligues a hacerlo, márchate ahora por tu propio bien — La seriedad de las palabras del mayor, su penetrante y peligrosa mirada hicieron estremecer a Larry Brown y aterrar al jóven que terminó marchandose del lugar — ¿Qué demonios crees que haces? — Larry, preguntó con los dientes apretados — !Yo no soy tuyo, follamos una vez y ya! — No fue solo una vez , fue toda la noche, ¿lo olvidas? — Lo que quiero decir es que fué solo esa noche, pero no tenemos nada, ¿cómo fué que dijiste? que tú no te comprome
Aithana, por poco se jala los cabellos, no podía ser que Drago pensará quedarse en la compañía todo el día, eso le.complicaba demasiado la agenda — ¿Estás seguro de que quieres quedarte aquí? la sala de juntas es algo incómoda — No, esta bien para mí, el trafico es pesado para estar yendo y viniendo a preguntarte por los detalles, me gustaría un jugo dw naranja y una tarta de fresas La bella rubia quería decirle que no eran un restaurante, pero la ceja enarcada del CEO, no le dejo más remedio que decirle que se ponía en eso — Te lo conseguiré, tú ponte a leer la propuesta para ir avanzando, con suerte terminamos antes del medio día — Parece que tienes mucha prisa en echarme, ¿me preguntó si estás esperando a alguien en especial? si es así desde ahorita te digo que yo soy más importante que cualquier cliente o cualquier visita, y me vas a atender como corresponde o me iré a asociar con otra compañía — No... me quedaré, solo te atenderé a ti, le pediré a mi asistente
Aithana tenía las manos en los labios evitando dar un grito por la impresión de ver a los dos jóvenes CEOS, peleando por algo tan insignificante, se sentía avergonzada, no quería que se hicieran daño, pero Drago, había retado a Eliot y él le había aceptado el reto Los empleados que se encontraban en su hora de comida intentaron separarlos, Pero parecía que les había crecido una fuerza sobrehumana, nadie podía pararlos, siguieron golpeándose hasta que una imponente voz los hizo detenerse en seco — !¿Qué demonios está pasando aquí?! ?acaso quieren destruir mi compañía? ¡¿les importa siquiera un poco como están haciendo sentir a Aithana?! La hermosa rubia, tenía sus bellos ojos azules húmedos, estaba llorando por estar en esa situación tan incómoda, ella salió corriendo de ahí — ¡Aithana...! — Drago, la llamó pero ella no se detuvo, no podía dejarla ir así, golpeado como estaba, quiso ir tras ella pero el CEO Ballesteros, no se lo permitió — Es mejor que se vayan y regresen ha
Aithana, se había encerrado en su oficina, nunca espero que las cosas llegaran a tanto, Drago se había excedido con Eliot, él solamente estaba teniendo un gesto amable con ella, ¿por qué se sentía con derecho de impedirle tocarla? ellos no eran nada La puerta y unos toquidos, la sacaron de sus pensamientos, no quería ver a nadie así que gritó desde su silla — !Por favor vuelva en otro momento! — ¿Me estás pidiendo que vuelva más tarde, jovencita? se trataba del CEO Ballesteros, quien estaba afuera, Aithana, se apresuró a abrir — ¿Qué pasa, papá? por favor ahora no me regañes, me siento fatal, todo esto fué tan poco profesional que... además me siento culpable — Es que si eres culpable, tienes la culpa de ser tan hermosa y tan inteligente, no me sorprende que esos dos jóvenes CEOS, se estén peleando por tu amor a golpes, más me extrañaría que no lo hicieran — Papá, de pronto tu sentido del humor brotó, no es gracioso que dos hombres se estén peleando por tí en el comed