En la oficina de Danilo, él llegaba aventando el fino portafolio por ahí, eso lo hacía cuando llegaba de mal humor, eso Filipoo ya lo sabía, su amigo y jefe era tan sencillo de leer para él

— ¿Amanecimos de malas hoy? ¿y ahora que te pasó? ¿qué le hiciste a Violeta que te ignoró?

— ¿Cómo sabes que ella me ignoró? ¿acaso eres brujo? si lo eres dímelo tú, fuimos a dejar a los niños a la escuela, allá nos encontramos con el imbécil de Ballesteros y su hija que no sabía que tenía y la madre de la niña, pues la hermosa rubia me abordó para pedirme una cita para invertir sus ahorros, eso me pareció algo extraño

— Pues claro, Ballesteros se dedica a lo mismo que tú, ¿por qué te va a pedir a tí que eres un extraño que la asesores en lugar de pedírselo compadre de su hija? está extraño por donde lo veas

— Eso lo sé, pero no iba a perder la oportunidad de molestar al engreído ese, le dí mi tarjeta y le dije que pusiera una cita con mi secretaria, después seguimos nuestro camino a las aulas con l