El ruido de los aparatos que indicaban el estado de la joven Ballesteros, el olor antiséptico, y a la bella rubia acostada en esa cama blanca, Drago se acercó a ella a paso lento — ¿Cómo estás, preciosa? ¿por qué no me dijiste que estabas embarazada? ahora entiendo el por qué cuando saliste de aquí antes, tenías los ojos tan rojos, te dieron la noticia y lloraste, ¿cierto? pero yo, estoy tan feliz de saber que estás esperando un hijo mío Fué en ese momento que Aithana, al escuchar la voz del amor de su vida, poco a poco regresó a la realidad — ¿De verdad estas contento por que estoy embarazada? — La joven ceo, hacía un esfuerzo para poder hablar — Pero por supuesto que sí, no imagino a nadie más con quien tener a mis hijos que no sea contigo, mi amor, fué todo una sorpresa enterarme por voz de tu padre, él estaba queriendo asesinar a Eliot, por qué pensó que te había deducido — Dios, pobre Eliot, le ha tocado muy duro últimamente, él es un buen tipo — Como sea, no es sa
El doctor se dispuso primero a cambiar el nombre de la persona que se haría cargo de la cuenta de la clínica, a partir de ese día, Drago, se haría cargo de todo lo que Aithana necesitara, como hombre era lo menos que podía hacer El heredero, que aún vestía en un elegante, fino y costoso traje, salió a hablar con su familia, el CEO Ballesteros, lo vió venir y de inmediato se acercó a él — ¿Viste a Aithana? ¿Cómo está ella? soy su padre, quiero saber — Ella está... todavía en mucho peligro, despertó mientras le hablaba, está asustada porque los médicos no le auguran vivir a nuestro hijo, lloró mucho por esa razón, resulta que cuando la trajeron aquí la primera vez, fué que le confirmaron el embarazo, ¿por qué no me lo dijo? no lo sé, lo que si me contó, es que pensaba terminar su inexistente noviazgo con Eliot, ella no se esperaba la pedida de mano del CEO ingles, agradeció la intervención de su padre — Quiero verla, tenemos muchas cosas que hablar, ¿cómo fué que sucedió todo
La sala de espera por un momento se quedó en un completo silencio, el doctor había perdido el color del rostro, le estaba prohibiendo entrar a ver a su propia hija al imponente padre, el ceo Ramses, hacía ejercicio, tenía músculos, era alto, y lo habían hecho enfadar a su limite, aún así, el jóven CEO, lo enfrentaba con valentía, pero con mucho respeto Violeta se llevó las manos a los labios, estaba además de sorprendida y muy impresionada, por lo que acababa de escuchar de boca de su hijo, preocupada por lo que el furioso Ramsés le haría a su retoño, mínimo un par de cachetadas si le iba a propinar por ser tan insolente, Adriana ballesteros, no daba crédito a las palabras del joven Ferreira hacer tal cosa como prohibirle la entrada a su esposo para ver a su hija y enfrentarlo después, no le parecía una buena idea — ! Tú... Drago Ferreira¡ ¿Cómo te has atrevido a hacer semejante barbajada en mi contra? estamos hablando de mi hija, mi princesa, ¿y tú... tú, me estás prohibiendo verl
Drago, les estaba dando las razones por la cual hizo lo que hizo, no era que tuviera algo en contra del CEO Ballesteros, era que por él bien del bebé, no debían alterar a Aithana — ¿Me estás diciendo que mi presencia alteraría a mi hija? !soy su padre, Drago, no me la voy a comer, ni a gritarle, mucho menos golpearla, quiero estar para ella en este difícil momento que atraviesa, darle mi cariño y mi apoyo! — Lo entiendo, sé que la amas y que solo quieres lo mejor para ella, y lo mejor que puedes hacer por ahora es esperar, darle tiempo para que se recupere, si insistes en verla y pasar por encima de todos nosotros e ir por esa conversación que tú y ella tienen pendiente, Aithana, se estresa y pierde al bebé, vas a cargar con la muerte de tu nieto en tu consciencia por el resto de tu vida, si eso sucede, Aithana, no va a perdonarte... ni yo tampoco — !Drago...! — Dariana, llamó el nombre de su hermano, era verdad que estaba siendo demasiado duro, pero también era cierto que el
La noche por fin terminó, el desayuno llegó hasta la habitación, era una dieta saludable, fruta, jugo, gelatina y un panqueque — Señorita, es hora de comer, te voy a levantar un poco la cama, solo un poco — No tengo apetito, además no sabes cómo me pongo después de comer algo — Debemos intentarlo, querida, si no comes no habrá como vitaminar tu cuerpo, anda, yo mismo te daré los alimentos — ¿Qué...? ¡no, yo puedo hacerlo sola, dame la cuchara! — No, no, no, quedamos en que ibas a ser buena y seguir mis indicaciones — Ahh... está bien, comeré A Aithana, no le quedó más remedio que aceptar comerse todo, Drago, le dió bocado por bocado, mientras lo hacía hablaba con su hijo — El bebé ya se va a portar bien, será bueno y se comerá todo lo que le estamos dando, va a comenzar a crecer más sano y más fuerte, ya no te va a provocar esos fuertes vómitos, ¿cierto, bebé? Mientras tanto, Dariana llegaba a la compañía Ferreira, Larry Brown, ya estaba ahí, ella pidió su hab
— Por supuesto, señorita Ferreira, pase por aquí, la atenderemos enseguida, venga conmigo En el consultorio, Dariana, recibió atención de primer nivel, le checaron la presión, le hicieron exámen de sangre de rigor, ella permaneció en un cómodo sillón mientras los resultados estaban listos, Dary, se moría de los nervios, tenía un presentimiento, así que cuando vió venir al médico de vuelta, ella ya estaba muy ansiosa — Ya tengo los resultados, me lo imaginaba por los síntomas que me describió, está usted embarazada, muchas felicidades, lo que sigue es que se ponga en manos de un obstetra para que le de seguimiento a su embarazo, le recete vitaminas, le haga un ultrasonido y vea que todo venga bien con la criatura, de mi parte es todo, ¿tiene alguna otra pregunta? — No, yo... no tengo preguntas, ¿podría por favor a Larry brown? está allá afuera, llámelo si es tan amable — Dariana, estaba aturdida, ni siquiera podía preguntar nada, la cabeza no le daba para formar algo en estos m
Dariana, se secó las lágrimas para que su padre no sospechara nada, al que le costaba disimular más era al buen Larry, se preguntaba en que momento le comieron el mandado, ¿cómo se fue a descuidar de esta manera? si no hubiese sido por culpa del pervertido de Peter, esto jamás habría ocurrido, el lo distrajo lo peor era que tal vez había sido a propósito, ya que tampoco había tenido noticias de ese Seme Directora y asistente, parecían haber quedado olvidados por esos dos seductores hombres, quizás solo se habían querido divertir con ellos, y lo habían conseguido, se esforzaron mucho eso sí, y parecían ser sinceros cuando dijeron amarlos, y querer comenzar una relación seria, habían sido tan imbéciles de creer en ese cuento de color rosa, ahora ni los mensajes respondían A la lujosa mansión de Alexander Black, llegaban a buscarlo, se trataba de una jóven modelo que había salido un tiempo con su hijo Alessandro, de eso ya hacía casi cinco meses, ¿entonces que hacía ella ahí? Ale
Después de la sorpresiva visita, Alexander se apresuró a ir a la compañía, los importantes hombres de su familia ya lo estaban esperando, todos estaban preocupados por los acontecimientos en Japón, tenían de rehén a nada menos que el próximo heredero de la compañía Di Monti, un joven CEO con una excelente preparación — ¿Alexander, para que es que traes ese costoso reloj en tu muñeca? ¡eres el padre del secuestrado, tú deberías de estar aquí primero que nosotros! — Angelo Black, regañaba a su hijo, con lo malhumorado que era, solo su padre y su abuelo podían llamarle la atención — Tuve un contratiempo, uno que... todavía no puedo asimilar — ¿Qué fué? por tu cara debió haber sido importante — Una jóven, muy bella por cierto, hace meses salió con Alessandro, me enteré por casualidad, aunque también sabía que no era importante para él, ella llegó embarazada a mi casa, dice que el niño es de Alessandro — ¿Qué? ¿un hijo de...? ¿por qué un bebé Black, anda rodando por ahí y y