Cassandra hizo uso de todo su valor para poder decirle a su padre lo que le estaba pasando desde dos meses atrás, no podía seguirlo ocultando, no cuando de un momento a otro su vientre se hincharía irremediablemente

— ¿Qué... qué estás diciendo? debí haber escuchado mal, mi princesa ni puede... tú no puedes... ¿cómo pasó? ¿cómo sucedió? ¿Ivanko es el padre del bebé?

— Ivanko es el padre, una tarde nos quedamos a solas, una cosa llevó a la otra y sucedió lo que... ya sabes

— ¡No, no se, Cassandra! ¡Ese miserable prometió que te respetaría, que no te iba a tocar un cabello, y ahora resulta que estás esperando un bebé! ¡demonios, Cassandra, me he esforzado tanto en que tengas la mejor educación y tú lo tiras todo a la basura por un momento de calentura! ¡me has fallado Cassandra, has tirado tu futuro por la borda, solo por un rato de placer!

Fabio quien siempre era un padre amoroso y paciente, estaba extremadamente furioso, sus gritos se escuchaban hasta la segunda planta, el bebé Fabian